Los tesoros más valiosos que posee una persona son los recuerdos, cada uno conlleva un sinfín de emociones que hacen volver a “vivir”. Julita Salmerón tuvo una vida medianamente buena, ni muy rica y ni muy pobre. Cuando era joven tenía tres deseos: 1. Tener muchos hijos, 2. Tener un mono y 3. Comprar un castillo; afortunadamente para ella, cada uno de los deseos se volvió realidad y dentro de su castillo almacenaría todo tipo de artefactos que le hicieran recordar todo lo que había hecho y vivido en sus 80 años, pero tras enterarse que se ha perdido la vértebra de su bisabuela, pedirá ayuda a su enorme familia para recuperarla entre todas sus cosas…lo que ella no sabe, es que está por encontrar su razón de vivir.
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