Venecia 2017: primeras críticas de La Forma del Agua de Guillermo del Toro

El director mexicano Guillermo del Toro ha fascinado a millones alrededor del mundo por su estilo personal y por su forma de plasmarlo en películas fantásticas que van desde los dramas bélicos hasta los blockbusters más impresionantes de los últimos años. En esta edición 74 del Festival Internacional de Cine de Venecia, del Toro compite por el León de Oro con su última cinta, de la cual empezaron a circular las primeras críticas desde ayer: La Forma Del Agua - 92%. La calificación actual en el Tomatómetro puede cambiar en los próximos días y cuando se estrene en salas comerciales.

Desde que Alberto Barbera, director del festival, dio a conocer a los competidores por el León de Oro, ya se empezaba a decir que esta nueva obra del director mexicano era uno de sus mejores trabajos y que competía en calidad con El Laberinto del Fauno - 95%, y las primeras reseñas no han hecho más que confirmarlo. Algunos destacan también su mensaje a favor de la tolerancia y su crítica a Estados Unidos en la década de 1960 “donde la tolerancia de otras razas, nacionalidades, y del amor sin 'valores familiares' era volátil”.

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Nuevamente se compara con El Laberinto del Fauno; se celebra su evocación a las películas vintage y la desbordante imaginación propia de del Toro. Estas primeras impresiones confirman al mexicano como uno de los directores más versátiles, cuyas últimas tres cintas destacan por lo diferentes que son: Titanes del Pacífico - 71%, La Cumbre Escarlata - 71% y La Forma del Agua, y nos demuestran que en todas logra imponer su sello y hacerlas destacar dentro de sus propios géneros.

David Rooney en Hollywood Reporter:

Un cuento de hadas oscuro tan amorosamente lleno de la magia de las película vintage como de una imaginería acuática hipnótica. Esta cautivante historia de una criatura casa el retrato del moralmente corrupto Estados Unidos de principios de 1960 con un cuento de amor y amistad de otro mundo.

Alonso Duralde en TheWrap:

Hay algo aquí para los amantes de todo tipo de películas - incluso mudas y musicales- pero del Toro trasciende el mero pastiche para elaborar un trabajo que se siente como el producto de nuestro subconsciente colectivo cinéfilo.

Brian Formo en Collider:

La Forma Del Agua no sólo entretiene como un suntuoso cuento de hadas, sino que refuerza una fe en la humanidad en un tiempo donde la tolerancia de otras razas, nacionalidades, y del amor sin "valores familiares" era volátil. Y se filtra a la superficie otra vez.

Guy Lodge en Variety:

Un deslumbrante, excéntrico autor imaginando, derramando arte, empatía y sensualidad por todos los poros abiertos, también ofrece una película más sobria para invertir tu dinero que las de cualquier estudio de Hollywood este año.

Robbie Collin en The Telegraph:

Es indiscutiblemente la mejor y más rica película de Del Toro desde su obra maestra de 2006 en español, El Laberinto del Fauno. Crucialmente, es también una que él y sólo él podría haber soñado.

Xan Brooks en Guardian:

Del Toro proporciona el trabajo suficiente para mantener el esquema plausible y su película es elegante y encantadora; carne roja para los sentidos con algo de azúcar encima.

Marlow Stern en Daily Beast:

Una premisa como esta -mujer muda se enamora de una criatura humanoide del pantano en la década de 1960 en Baltimore- parecería absurda si no fuera guiada por la hábil mano de Guillermo Del Toro, quien realizó una unión similar (aunque más platónica) en su obra maestra de 2006, El Laberinto del Fauno. Y, haciendo eco de las notas antifascistas de esa película, La Forma del Agua tiene mucho que decir sobre los duros prejuicios de la década de 1960 en Estados Unidos.

David Sexton en Evening Standard:

La Forma del Agua, enamorada del melodrama, del canto y de la danza de los años cincuenta, está dramáticamente iluminada, ricamente amueblada y coloreada, en el estilo personal de del Toro, extravagantemente mohoso y asombrosamente fantástico. La bella nunca ha abrazado a la bestia con más entusiasmo.

Jessica Kiang en The Playlist:

Es una película que te hace sentir demasiado, pero sobre todo te sientes afortunado -afortunado de estar viéndola, afortunado de que algo tan sinceramente dulce, tristemente aterrador y demasado extraño pueda existir en este mundo no-maravilloso.

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