La Forma del Agua: Guillermo del Toro quiso mostrar una princesa diferente a las de Disney

Luego de ganar su León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, Guillermo del Toro ha aterrizado en el Festival de Cine de Toronto con su laureado y exuberante cuento de hadas, La Forma Del Agua - 92%, protagonizado por Sally Hawkins quien interpreta a Eliza, una empleada de limpieza en un laboratorio que termina enamorada de un “monstruo” marino (encarnado por Doug Jones) que los científicos están estudiando. A grandes rasgos esa es la historia que desarrolla el director de Cronos - 89% y El Laberinto del Fauno - 95%, pero también, La Forma del Agua es una carta de amor al cine; una historia de amor de gran escala que encantará a los espectadores de todas las edades destinada a convertirse en uno de los más grandes trabajos del cineasta mexicano y donde muestra de mejor forma sus habilidades artísticas.

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En el marco del Festival de Toronto, Guillermo del Toro y los actores realizaron una sesión de preguntas y respuestas donde profundizaron sobre la película, especio que también aprovechó el director para explicar a detalle las ideas que lo empujaron a realizar este emotivo relato:

Las ideas que quería poner en la película, eran sobre la inversión... dejar a la criatura hacerse cargo de la chica fuera una imagen hermosa en contraposición a una imagen de horror. Y hacer que el tipo que suele ser el bueno en las películas de ciencia ficción de los 50, del traje bonito y mandíbula cuadrada (Michael Shannon), fuera el malo.

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En este panorama, el director de películas como Mimic - 61% y La Cumbre Escarlata - 71%, también tenía un modelo a seguir en cuanto a la constitución del personaje de Eliza, aunque con algunos giros radicalmente distintivos:

Quería hacer otra jodida princesa de Disney. Quería mostrar a alguien real… en Hellboy, había una línea, ‘nos gustan las personas por sus cualidades, pero las amamos por sus defectos’, creo que eso es amor.

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Al mexicano también se le preguntó por qué la criatura acuática no tiene nombre a lo que Del Toro indicó que fue algo que obedeció a los elementos psicológicos de los demás personajes ya que significa algo completamente distinto para todos los que conviven con él. El director Titanes del Pacífico - 71% también profundizó en el motivo que lo llevó a desarrollar la historia en 1962:

La decisión de ambientar la película en 1962 fue porque cuando la gente decía ‘hagamos América grande otra vez’, soñaban con ese tiempo. Es una época donde los coches tenían aletas, las cocinas eran automáticas. Todo era súper-grandioso si eras blanco, anglosajón, y protestante, pero si no eras nada de eso, estabas jodido. Eso no ha cambiado mucho.

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Guillermo del Toro espera que La Forma del Agua aporte a un cambio esperanzador, incluso en tiempos difíciles:

Creo que cuando nos despertamos por la mañana, podemos elegir entre el miedo y el amor. Todas las mañanas. Y cada mañana, si es que eliges alguna, eso no te define hasta el final… La forma en que terminas tu historia es importante. Es importante que elijamos el amor por encima del miedo, porque el amor es la respuesta. Por más tonto que parezca, es la jodida respuesta a todo.