Muchísimas series de televisión se han convertido en referentes culturales obligados, por lo que no es extraño que celebridades, figuras públicas y políticos utilicen referencias ya sea por gusto o para atraer a ciertos sectores que de otro modo no estarían interesados en ellos. Especialmente cuando hablamos de programas de corte político, como House of Cards - 71% o Homeland, existe una tendencia por compararse con estos personajes que siempre se presentan tan inteligentes, maquiavélicos y complejos.
Sin embargo, nunca faltan los comentarios al aire que usualmente suceden en vivo o en redes sociales, pero es peor, definitivamente peor, publicar un libro que contenga una connotación de este tipo que puede cambiar la perspectiva de cómo te ve la gente. Es aún más trágico,cómico y sospechoso si se trata de un texto que debe posicionarte como una víctima de las circunstancias, como una persona que velará por los intereses del pueblo y que está cerca de transformarte en un mártir. Justo este desliz le sucedió a Hillary Clinton que fue vencida por Donald Trump para ser presidente de Estados Unidos.
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Según The Independent, Clinton se compara de manera bastante inexacta en una parte de su nuevo libro de memorias llamado What Happened, que ya es el número uno en Amazon. Este libro se enfoca en la carrera política de Clinton, especialmente los últimos años cuando se postuló a la presidencia por el partido Demócrata. En la página 126 escribe:
Las multitudes en los mítines de Trump pidieron mi encarcelamiento más veces de las que puedo contar. Gritaron: "¡Culpable!, ¡culpable!" como los fanáticos religiosos en Game of Thrones coreando "¡vergüenza!, ¡vergüenza!" mientras Cersei Lannister caminaba de regreso a la Fortaleza Roja.
Este episodio se refiere a los constantes ataques que recibió en distintas presentaciones después de que Trump dijera que merecía ir a la cárcel. Es evidente que a la política le pareció indispensable lanzar una referencia cultural para demostrar algo... pero falló.
Los fans de la serie saben que Cersei, interpretada por Lena Headey, ha crecido para convertirse en la verdadera villana de la historia y este momento en especial en el que debe humillarse frente al pueblo que tanto desprecia es el último paso en su transformación. El siguiente paso que da el personaje es el de hacer estallar el lugar donde se encuentran aquellos que provocaron dicho momento. Este acto provoca también que ella por fin se vuelva reina, pero una despiadada, así que la comparación resulta muy extraña.
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Si lo que quería dar a entender Clinton era que había pasado por una terrible humillación, pero que la superaría en una especie de renacimiento político y personal, eligió la figura equivocada, pues Cersei tiene elementos demasiado negativos como para servir de ejemplo de lo que un gobernante debe ser. Nadie niega la fortaleza e inteligencia de Cersei, pero si Clinton quería utilizar un personaje femenino bien pudo compararse con Daenerys. Además, la solución de Cersei siempre es la venganza y el asesinato despiadado, movida siempre por sus entrañas. Es así que parece que Clinton está insinuando una cruel venganza contra Trump y sus seguidores, en vez de una evolución y madurez a raíz de este episodio tan ofensivo.
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