En su tercer largometraje, el maestro de la animación cuadro por cuadro nos entrega una absurda y silenciosa mirada a los particulares placeres y perversiones carnales de diferentes personajes que encuentran en objetos como disfraces, cepillos, bolas de migajón o robots, la fuente de su felicidad más grande. Con referencias a Freud, el Márques de Sade y Luis Bueñuel, Jan Svankmajer muestra sin recelo el placer como una noción deformable, repleta de fetichismo, subversión, mastrurbación y muerte.
Comentarios
Facebook
Tomatazos
Mejores
Nuevos