Stranger Things: Denuncian a Netflix por filmar escenas en una ex-prisión Nazi

En los últimos meses, Netflix se ha visto envuelta en varias controversias difíciles de asimilar. Además de los problemas económicos que han sufrido y de los despidos masivos, sus problemas legales llegan a otras áreas. Hace unos días se dio a conocer el fallecimiento de dos actores en una de sus producciones, y ahora se revela que la filmación de Stranger Things - 98% filmó en una prisión Nazi sin consideración alguna a las víctimas de dicho evento o al legado del lugar. Por supuesto, esto no quedaría sin respuesta de parte de las comunidades afectadas, quienes ahora piden una disculpa pública y compensación por los hechos.

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Stranger Things es una de las series más importantes de Netflix y una de las más relevantes para mejorar sus números en la actualidad. La cuarta temporada sorprendió a los fans con su temática oscura, sus instancias de violencia y un horror que nos recordó a los primeros episodios. En unas semanas se estrenará el final y todavía queda una quinta temporada para cerrar bien toda la historia de una manera adecuada y digna. Con este éxito, la compañía también decidió explotar la marca en otros formatos como cómics spin-offs, juguetes y recorridos con ambientación especial para que las personas disfruten de la experiencia de ser parte de este mundo.

El asunto con este tipo de trabajos es que hay que tomar muchísimas cosas en cuenta más allá del deseo de obtener dinero de los fans, algo que parece que los encargados de Stranger Things pasaron por alto. Al final de la temporada pasada parecía que Jim Hopper (David Harbour) había sacrificado su vida para salvar a todos, pero con una escena post-créditos comenzó la teoría de que había sobrevivido, pero estaba en una prisión en Rusia. Esto se confirmó con los avances y rápidamente en el primer episodio de la cuarta temporada.

Buena parte de la historia de Hopper en estos episodios tiene que ver con querer escapar de la prisión, que sigue todos los clichés conocidos sobre Rusia y su trato a los prisioneros. Además de matarlos de hambre y obligarlos a trabajar a bajas temperaturas, todos viven con miedo porque en cualquier momento los pueden usar para alimentar a un monstruo que tienen ahí, al que los espectadores ya conocen como Demogorgon. El asunto es que la producción no tomó en cuenta que estaban filmando en un lugar histórico y de mala reputación, algo que causará serios problemas a Netflix, en especial cuando se relacionó directamente con otra controversia provocada por la serie.

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Según Primetimer, estas escenas de Hopper se filmaron en La Prisión de Lukiškės en Lituania, una cárcel que fue muy importante para los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial y donde sucedió la trágica masacre de Ponary donde fueron asesinadas más de 100 mil personas de origen judío y romaní, así como aquellos acusados de traición y de ser activistas peligrosos para la nación. El número es un estimado, pues la masacre procedió por varios años y de forma constante; en realidad, es imposible saber exactamente cuántas personas fueron víctimas de este atroz momento. Representantes de la comunidad judía y romaní lanzaron una petición para reclamar a Netflix una disculpa pública y reparación de daños que esperan dar a la gente de ese lugar.

El problema no es sólo la filmación, sino también las intenciones de Airbnnb de convertir las celdas de la prisión abandonada en cuartos especiales inspirados en Stranger Things donde los usuarios podrán pasar la noche, algo con lo que ya comenzaron a lucrar el pasado 4 de junio cuando recibieron a sus primeros visitantes.

Esta controversia se une a otra provocada por una tendencia inspirada en la serie. En Stranger Things, Once y el resto de los niños de prueba tienen un tatuaje que marca el número designado por los investigadores, y ahora los fans se están tatuando números en la muñeca, algo que sucedió durante la Segunda Guerra Mundial y que servía para marcar a las personas judías en los campos de concentración. Esto también lo nombran en su petición para llamar la atención de Netflix:

Esto no sólo se burla del trauma compartido por la comunidad judía y romaní, sino que también profana aún más los vivos recuerdos de los sobrevivientes del Holocausto (una parte significativa sigue viva hoy) y sus descendientes.

Netflix no ha respondido al llamado y por ahora todavía se pueden hacer reservas en el Airbnb de la prisión. En las próximas semanas esto podría cambiar si es que la petición logra su objetivo, algo que parece bastante posible.

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