Animales Fantásticos: formas en las que Warner Bros. puede salvar las precuelas de la franquicia Harry Potter

La franquicia Harry Potter es extremadamente popular y está más que comprobado que casi todo lo que hace es un éxito. El Mundo Mágico, conocido también como Wizarding World y antes como el Mundo Mágico de J.K. Rowling , es el universo que reúne todo lo relacionado con la creación de la autora británica desde películas hasta videojuegos. Empezó con las siete novelas, siendo el primero Harry Potter y la piedra filosofal el cual fue publicado en 1997, y le siguieron las adaptaciones cinematográficas de cada uno, con un total de ocho películas puesto que el último libro contó con dos: Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte Parte I - 78% y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte II - 96%.

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Sumando todas las adaptaciones, Warner Bros. ha recaudado más de US$6 mil millones y sus varios lanzamientos y maratones siempre han sido un éxito rotundo entre el público que va al cine; muchos de ellos tuvieron la oportunidad de crecer al mismo tiempo que Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint, leer las novelas conforme se iban publicando y ver las películas en cada fecha de lanzamiento. Pero el estudio siempre quiso más y esto se convirtió en una franquicia de medios que ahora alberga muchas más cosas, incluyendo videojuegos para teléfonos inteligentes y consolas, todo tipo de libros, los constantes rumores de series de televisión y, después de unos años del último estreno en cines, más películas.

A partir del libro Animales fantásticos y dónde encontrarlos, J.K. Rowling terminó creando un universo de precuelas cinematográficas que arrancó en 2016 con la adaptación Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos - 73%, que fue un éxito en recaudación con más de US$800 millones. Sin embargo, su secuela, aunque recaudó US$651 millones, representó una gran caída para lo que venía haciendo la franquicia con sus historias live-action. Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald - 48% fue una decepción para el público y la crítica, donde ni siquiera la interpretación de Johnny Depp como Gellert Grindelwald pudo evitar que eso sucediera.

El potencial de este nuevo lado de la franquicia se vio afectado por lo mucho que fue desperdiciado por sus realizadores, lo que hizo que a su vez fuera poco apreciado por el público y los fans de Harry Potter de toda la vida. Afortunadamente, el potencial sigue allí y podría no ser tarde. Después de todo, será un total de cinco películas que contarán la historia de Newt Scamander, Albus Dumbledore, Grindelwald y más, y ahora que es un hecho que la franquicia regresará con Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore, su tercera película a la cual le tomó algo más de tiempo y bastantes tropiezos, sabemos que aún hay tiempo para corregir algunas cosas al menos y de esa forma concluir de la manera en que el Mundo Mágico debería hacerlo.

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A continuación, les contaremos de qué manera podrían salvarse las adaptaciones de Warner Bros. y el futuro de Harry Potter antes de que sea tarde:

Menos películas

A veces, menos es más. Cuando se anunció que serían cinco películas en las que se iba a contar más del pasado del Mundo Mágico, muchos no supieron qué pensar, especialmente porque el libro que dio pie a la primera adaptación ni siquiera es una novela como Harry Potter y la piedra filosofal, sino una guía sobre los animales de este universo que Harry, y seguramente sus compañeros de Hogwarts, usaban en clases para aprender más. Sin embargo, Rowling se las ingenió para crear una nueva historia que salió bien aunque no fue tan encantadora como la del niño mago. Pero viendo cómo se complicó el equipo de Warner al tratar de expandirse en la secuela, con tantos giros innecesarios, nos hizo pensar que la tiene bastante difícil el estudio si desea cumplir con lo prometido sin caer en desgracia. Una trilogía habría sido más que suficiente pero la ambición prevalece y ya es muy tarde para la que habría sido una de las mejores soluciones.

Menos giros dramáticos y una trama menos compleja

Esto continúa en la línea de lo mucho que se complicó el estudio por sí mismo. Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald - 48% estaba llena de demasiados puntos de la trama que incluso dejó confundidos a los fanáticos familiarizados con la serie original de Harry Potter. Parecía que algunos personajes tenían cada uno su propia historia separada, y todos estaban intentando encajar en una sola película. Si bien la primera película fue lo suficientemente directa y simple como para que las personas que no leyeron la serie de Harry Potter pudieran seguirla, la segunda película no es tan indulgente. Con la intención de hacer cinco películas, nos preguntamos por qué no se dosificaron algunas partes de la trama en lugar de tratar de hacerlo todo en la secuela, pudiendo haberse ahorrado hasta las reseñas negativas.

Un nuevo director

Tener a un solo director a bordo puede ser una buena idea, pero depende de cómo se lo hace. En el caso de David Yates, quizás es momento de dar un paso al costado y dejar que otra persona pueda llegar con nuevas ideas, elementos y estilos a la franquicia. Yates dirigió las cuatro últimas películas de la saga de Harry Potter empezando por Harry Potter y La Orden del Fénix - 79% hasta Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore y probablemente las dos que seguirán. Habría sido una mejor idea comenzar con esta nueva parte de la franquicia con otro director, pero quizás no lo hicieron para manejar un mismo estilo. Lo malo de esto es que Newt (Eddie Redmayne) y compañía definitivamente necesitan una nueva voz y un diferente curso, que aún podría ser arreglado en las siguientes películas.

Más animales fantásticos

Es cierto que la nueva saga lleva por título Fantastic Beasts (Animales Fantásticos) en cada una de sus entregas, pero de estas criaturas hay cada vez menos protagonismo, y en cierto modo está incumpliendo con una parte de lo que ha prometido. La primera película destacó por centrarse en Newt Scamander y sus encuentros con criaturas fantásticas que jamás habíamos visto en el Mundo Mágico y es en gran parte lo que la hizo muy especial. Conforme la saga avanza, se aleja de lo que en un momento la hizo genial y debería más bien hacer que regresen con fuerza, de una forma en la que se demuestra cómo son estos animales fantásticos en todo su esplendor y ese toque único que le añaden a la historia, siendo a su vez lo que diferencia a estas películas de las otras.

Menos intereses amorosos para Newt...

Bastante innecesario, hay que admitirlo, es que la segunda película se centró demasiado en los personajes que sirvieron como intereses amorosos para Newt Scamander. Al comienzo de la película, la película presenta a un personaje llamado Bunty, quien se desempeña como su asistente, y en quien se confía lo suficiente como para ayudar a cuidar a sus criaturas mágicas. Su papel en la película es mínimo, y su interés en él se pasa por alto. Otro es Leta Lestrange (Zoë Kravitz), quien fue su novia de la infancia, pero finalmente se comprometió con su hermano, lo que fue incómodo para Newt y para el público por igual. A este ritmo, habría al menos un interés amoroso en cada película, y pues el protagonista parece estar bastante ocupado en otros temas.

...Y más de Newt Scamander

El personaje principal de la primera película de Animales fantásticos es un tipo de protagonista genuinamente diferente y el público realmente gravitaba hacia él. Fue amable, paciente y cariñoso y no recurrió a la violencia en cada oportunidad. La segunda película de la franquicia estaba tan sobrecargada que Newt no tuvo tanto tiempo en pantalla como debería. Si la franquicia va a tener éxito, deben apoyarse en gran medida en Newt y en la forma en que Eddie Redmayne lo retrata.

Menos referencias (forzadas) a Harry Potter

A veces las cosas nuevas están bien como están, pero como todo estudio cinematográfico, Warner Bros. necesita exprimir la nostalgia al punto de meter referencias forzadas a las películas anteriores sin importar su poco o nulo aporte a la trama. A veces, los fanáticos no necesitan las respuestas o la historia de fondo de todo y eso es algo que las nuevas películas deben dejar de hacer. La segunda película presenta a Nagini, la serpiente de Voldemort, que aparentemente comenzó como una mujer (Claudia Kim) que fue condenada a convertirse en una serpiente. Sin embargo, esta información carece de relevancia para la trama, ya que todo lo que realmente hace Nagini es seguir a Credence Barebone (Ezra Miller) a lo largo de la película.

Arreglar el problemático giro al final de Los crímenes de Grindelwald

Una de las peores cosas que hacen las nuevas películas es meter un giro de la trama cada vez que pueden. Ocurrió en la primera película y volvió a ocurrir en la segunda, pero este último es bastante problemático para la saga y debería corregirse. Este giro de la trama es impactante, por decir lo menos, especialmente después de que se revela que Credence no pertenece al linaje de la familia Lestrange. En cambio, ese punto de la trama emerge como una pista falsa elaborada. Sin embargo, la presencia de Aurelius Dumbledore dentro de la línea de tiempo del Mundo Mágico interrumpe nuestra comprensión de la línea de tiempo canónica. Dumbledore tenía dos hermanos menores, Aberforth y Ariana, al menos según el conocimiento público. Después de que Ariana fuera gravemente traumatizada a la edad de 6 años por un grupo de niños muggles, el padre de Dumbledore, Percival, fue enviado a Azkaban en 1890 por vengarse de ellos.

En Las reliquias de la muerte, se revela que la madre de Albus, Kendra, fue asesinada accidentalmente por Ariana en 1899, colocando naturalmente el nacimiento de Credence antes de ese incidente. Esto es problemático, considerando que el año oficial de nacimiento de Credence aparece como 1901, dos años después de la muerte de Kendra. Además, si uno tuviera que considerar el hecho de que estas fechas son incorrectas, y que Kendra había dado a luz a Aurelius antes de su muerte en 1899, se colocaría a Credence como de 28 años de edad (como mínimo) durante los eventos de Animales fantásticos y dónde encontrarlos, que se desarrolla en 1926. Esto no cuadra con la apariencia o las circunstancias de Credence, ya que claramente es alguien que está al final de la adolescencia o al principio de los veinte.

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