METE CRÍTICA | Godzilla vs Kong, vs la pandemia

Uno fue parte de la inspiración -junto con Lost World (1925) y The Beast from 20,000 Fathoms (1053)- para la creación del otro, es un clásico hollywoodense, e icono de la historia del cine y la cultura popular. El otro es el responsable de consolidar el catch fílmico a través de enfrentamientos con personajes como Rodan y King Ghidora, que luego también tuvo en los cómics con Los Avengers, y hasta con Charles Barkley en un simpático comercial, además fue denominado embajador de turismo del distrito de Shinjuku, en Tokio, y es el más grande de los Kaijus, un termino que antes era usado en Asia para referir a las películas con efectos especiales, pero que ha terminado por catalogar a los monstruos gigantes.

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Ambos han protagonizado videojuegos y series animadas, y esta no es la primera vez que se ven las caras. En los sesentas hicieron vibrar al mundo a través de secuencias con actores que vistiendo la acostumbrada botarga de “lagartija gigante” y el disfraz del gorila, deambulaban entre elaboradas maquetas.

Pero quizás ninguno de sus enfrentamientos había sido tan significativos como el de 2021. Y es que en esta superproducción no solo buscarán derrotarse uno al otro en la pantalla, sino entusiasmar lo suficiente al gran público en Mexico y algunos otros países en los que no se estrenará en plataformas digitales, como para que decida regresar a las salas, que a pesar de que cuentan con todos los protocolos de seguridad y no son consideradas de alto riesgo de contagio, aún siguen desoladas y han reportado pérdidas del 96%.

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Por supuesto para ello aluden a la encarnación del sentido básico del cine como entretenimiento, uno de los rasgos que le definen desde su origen, y según parece eso está asegurado, digo, nadie espera una gran historia, solo fuegos artificiales sin complicaciones. Al menos las expectativas generadas con los avances, han despertado en las redes sociales ese lado divertido que solían acompañar a los blockbusters. Veremos pues si a esta película que por desgracia, al igual que aquella que hiciera debutar a Godzilla iba impregnada por el resabio de los ataques a Hiroshima y Nagasaki, ahora llega a un entorno marcado por el trágico paso de la pandemia, le alcanza el espectáculo para despertar en el espectador sus ganas y su capacidad para sorprenderse, y llevarle de regreso a sentarse frente a esa ventana por la que se asoman las creaciones de la fábrica de sueños por excelencia, pero que además necesita ser un negocio para poder subsistir.

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