Razones por las que Elsa se convirtió en un ícono LGBT

Cuando Frozen: Una Aventura Congelada (89%) se estrenó en cines hace seis años, nadie imaginó que se convertiría en un fenómeno de masas que recaudaría cientos de millones en taquilla, que luego de todo este tiempo Disney terminaría lanzando una segunda parte y que su protagonista se convertiría en un ícono LGBT. Bueno, quizás las dos primeras ya estaban en los planes de la compañía desde hace al menos un par de años, pero la última no la vieron venir. La segunda entrega, Frozen 2 (80%), continúa en el mismo sendero y no hay quien nos detenga de creer que detrás de su historia puede haber mucho más de lo que aparenta.

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Hablar de esta película animada no es solo referirse a su música o a sus agradables personajes, sino que también es meterse en un debate que se ha mantenido en todo este tiempo. ¿Es Elsa lesbiana o solo es la imaginación de sus fans? Lo cierto es que los fans han encontrado suficientes paralelismos con la historia de la Reina de Arendelle con los de cualquier miembro de la comunidad LGBT y a partir de eso surgió el constante pedido de que se le diera una novia en la película. Esto no sucedió, pero eso no fue motivo para detenerse. Frozen 2 revivió el pedido de los fans y a pesar de que no cumplió, hay motivos suficientes para decir que hay indicios de que hay algo sobre la sexualidad del personaje, aunque sea de forma involuntaria, que hace que continúe siendo un ícono.

Razones no deberían sobrarle a Disney para lanzarse de lleno en este ámbito: al menos en Estados Unidos tendría un mercado grande al que podría llegar fácilmente y la comunidad LGBT de ese país mueve miles de millones de dólares por año. Otro factor que favorecería a la compañía es que la inclusión de género suma en lugar de restar. Pese a que hay muchas familias conservadoras, y Disney no busca exponer a los niños a este tipo de historias aún, cada vez existen más personas que no discriminan y que solo les importa que hayan condiciones igualitarias para todos. Quizás aùn falta mucho para que se atrevan a dar ese paso, así que por ahora debemos contentarnos con lo que les ha salido sin proponérselo... o eso es lo que creemos.

Estas son varias de las razones que volvieron a Elsa un ícono indiscutible de la comunidad LGBT:

Su historia se presta para una doble lectura

Hay demasiados paralelismos en su historia con lo que pueden haber pasado personas que ahora viven abiertamente su sexualidad. Pueden verse varias fases como la de antes de salir del clóset, cuando sus padres vivían y debía pasar encerrada porque no tenía control sobre sus poderes al ser una niña. Podría decirse que lo que hace diferente y especial a Elsa, que son sus poderes, se refiere a la sexualidad de las personas queer, y si seguimos analizando descubriremos que más de una canción tiene en su subtexto varias referencias a este tema.

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Cuando se acepta a sí misma es feliz

Elsa debe esconder sus poderes para no ser considerada una persona rara y eso es algo que la hace muy infeliz. Ha tenido que vivir una vida llena de mentiras y de ocultarse de los demás por ser diferente, pero llega un punto en el que dice basta y se libera de todo lo que la oprimía. Se acepta a sí misma y aunque no le importa si los demás podrán hacer lo mismo, eso le quita un peso de encima y aunque en ese momento está sola se vuelve una persona nueva.

No tiene un interés amoroso definido

El centro de la franquicia siempre ha sido la relación de Elsa y Anna. El mensaje del amor fraternal brilla en cada escena de la primera película y es lo que mantiene la historia de la segunda a pesar de que el pasado de la reina de hielo adquiere más peso y da espacio a la figura materna de la Reina Iduna. A diferencia de otras historias de Disney, Elsa no parece tener interés en una relación amorosa y eso es demasiado interesante. No solo se rompe el cliché de encontrarle una pareja a la protagonista, sino que demuestra que el amor verdadero primero será el de tu hermana que el de alguien a quien acabas de conocer. Eso y que, de acuerdo con el canon de Frozen, ella no es lesbiana, pero las dudas que deja son reforzadas por la doble interpretación que pueden tener sus canciones.

"Let It Go" se convirtió en el himno LGBT y el canto a lo diferente…

En la primera venida de Elsa, es decir en 2013, fue esta canción la que ayudó a que se dispare el éxito de la película animada. Se convirtió en una de las melodías más sonadas de ese año (y de los que siguieron), pero trascendió más allá de ser una ganadora del Óscar. “Let It Go” nos enseña que la Reina de Arendelle no es una villana, sino que es un ser que por dentro es más frágil y complejo de lo que parece. Tiene miedos, pero al final decide abrazar su verdadera identidad, es decir que aprende que deberá vivir con sus poderes, y eso genera en ella una explosión de júbilo cuando decide soltarse. Probablemente no hubo un alma en todo el equipo de producción que hubiese imaginado lo que vendría después, pero se convirtió en el himno de la comunidad LGBT desde el primer momento y aunque les cueste admitir, el subtexto está ahí y salta a la vista.

...Y "Show Yourself" en el himno para salir del clóset

Cualquier duda que alguien haya podido tener sobre Frozen 2 queda en el olvido, en parte por su éxito en taquilla y los buenos comentarios de la crítica, pero principalmente por el hecho de que una nueva canción fue adoptada como himno de la comunidad LGBT. Conocida en español como “Muéstrate”, la nueva melodía es en parte un mensaje de aceptación que principalmente habla sobre la búsqueda de personas como ella que la puedan apoyar y querer por como es. Elsa siempre fue rechazada, pero por más que ahora sea la Reina, no ha encontrado esa comunidad que la pueda recibir con los brazos abiertos, además que se menciona “muéstrate” con la idea de salir del escondite para dejarse ver.

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