Los Que Se Quedan | Top de críticas, reseñas y calificaciones

El director Alexander Payne (Nebraska - 91%, Los Descendientes - 89%) regresa, después de dirigir Pequeña Gran Vida - 60% hace seis años, con un relato navideño ubicado en los 70 escrito por David Hemingson, donde un estudiante, una cocinera y un profesor malhumorado crean una relación de amistad cuando se quedan solos en las vacaciones invernales. Irradiando calidez y con la complejidad en la escritura de los personajes, la cinta podría convertirse en un clásico de Navidad, porque ya es una favorita del público y una sorpresa en la temporada de premios.

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Es la segunda vez que Paul Giamatti (Billions - 73%, The Congress - 73%, Cosmópolis - 64%) trabaja con Alexander Payne, la primera fue en la película Entre Copas - 96%. A Giamatti se une Da'Vine Joy Randolph (Dolemite Is My Name - 100%, Kajillionaire - 95%, Only Murders in the Building - 100%) y Dominic Sessa (en su primer papel en el cine) para formar el trío protagonista: Paul Huhham, Mary Lamb y Angus Tully, respectivamente.

Por sus actuaciones, los protagonistas han ganado los Critic's Choice Awards como Mejor actor (Giamatti), Mejor actriz de reparto (Joy Randolph) y Mejor actor joven (Sessa); los Globos de Oro como Mejor actor de comedia o musical (Giamatti) y Mejor actriz de comedia o musical (Joy Randolph). Además, la película apareció en la lista del American Film Institute como una de las mejores películas de 2023. Hasta el momento en que se escribió este Top la película fue nominada a siete premios BAFTA y tiene pendientes dos nominaciones a los SAG Awards y una a los DGA Awards.

¿De qué trata Los Que Se Quedan?

1970. Paul Hunham es un profesor cascarrabias de un prestigioso colegio de Nueva Inglaterra que se ve obligado a permanecer en el campus durante las vacaciones de Navidad para velar por un puñado de estudiantes que no tienen a dónde ir. Contra todo pronóstico, la convivencia le llevará a forjar un insólito vínculo con uno de ellos, Angus Tully, un inteligente y problemático muchacho con sus propios traumas, y con Mary Lamb, la jefa de cocina de la escuela que acaba de perder un hijo en Vietnam.

La crítica es muy positiva con Los Que Se Quedan: Payne regresa a la dirección de una manera segura, combinando tres actuaciones increíbles y un guion equilibrado en su sentimentalismo y su humor. El mundo que se nos presenta existe más allá de nosotros y esto lo logra el director de fotografía Eigil Bryld y el director de producción Ryan Warren Smith; lo anterior y que la cinta tenga una concepción formal en sonido, color y hasta en celuloide transporta al público a una producción como las que se hacían en los años 70, la época en la que está ambientada. Paul Giamatti, Dominic Sessa y Da'Vine Joy Randolph son excelentes interpretando a los personajes detallados escritos por David Hemingson, cuyo guion es hilarante, conmovedor, honesto y nostálgico. Los puntos en contra son que es una película "de premios" y que está hecha para encantar al público. Sin embargo, el público la encuentra novedosa dentro de los clichés del género navideño, además de que es una historia humana y reflexiva que puede convertirla en un clásico de invierno.

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¿Qué dice la crítica de Los Que Se Quedan?

Peter Debruge de Variety:

...su historia es sólo un mecanismo de entrega de algo mucho más profundo y más humano. Si se mira más allá de la superficie perfectamente satisfactoria de las películas navideñas, Los Que Se Quedan es una película sobre clases y razas, dolor y resentimiento, oportunidades y derechos. Es esa rara excepción a la queja tan escuchada de que "ya no las hacen como antes".

Benjamin Lee de The Guardian:

Por segunda vez en su carrera, Payne trabaja a partir de un guión que él mismo no ha escrito. El escritor de televisión David Hemingson es un compañero ideal, modulando lo dulce con lo triste sin caer en el sentimentalismo de una manera que se siente como si Payne realmente lo hubiera escrito. Su historia de tres personajes obligados a pasar la Navidad juntos también tiene la textura de una gran novela americana, un mundo que puedes imaginar existiendo en su totalidad antes del comienzo de la película y continuando sin nosotros durante mucho tiempo después.

Maureen Lee Lenker de Entertainment Weekly:

Si bien la película es engañosamente inteligente y bastante divertida, también muestra la comprensión inherente de Payne sobre el poder del silencio. (...) Los Que Se Quedan es un cálido abrazo de película y lo más parecido que hemos tenido a un nuevo clásico navideño en bastante tiempo. Quizás en gran medida porque revitaliza el mensaje de otra querida película navideña con su conmovedor recordatorio de que ningún hombre es un fracaso si tiene amigos.

Irene Crespo de CINEMANÍA:

A Payne no le da miedo rozar el sentimentalismo para asegurarse una sensación de calma reconfortante. Él se aplica la frase del profesor y, gran conocedor del cine pasado, ha hecho una película de los 70 como si de los 70 fuera. Una cinta, por eso, de otro tiempo. Sin dobleces. Sin miedo a la nostalgia y tampoco a la Navidad, aunque esta sea sólo circunstancial. Emotiva, conmovedora y entretenida. Porque busca más la sonrisa y la calidez que la lágrima. Se mueve en un terreno complicado saliendo una vez más muy bien parado.

Stephanie Zacharek de TIME:

El problema no es lo que sucede en Los Que Se Quedan; es como Payne, a menudo elogiado como un cineasta de ingenio agudo y seco, con un buen ojo para el lado puntiagudo de la naturaleza humana, aborda el material. Como la mayoría de las películas de Payne, Los Que Se Quedan simplemente está cubierta con una fina capa de misantropía que Payne pule metódicamente para revelar sentimientos humanos reales. Es el mecanismo que le funciona, pero eso no lo convierte en uno bueno.

Brian Tallerico de Roger Ebert:

Hollywood tiene una larga historia de historias de “familias improvisadas que aprenden algo”, pero entonces ¿por qué Los Que Se Quedan parece tan novedosa? Probablemente sea porque ha pasado tanto tiempo desde que una de estas historias parecía tan cierta. Payne y su equipo reconocen los clichés de esta lección de vida, pero les incorporan verdades que siempre serán eternas. Todo el mundo tiene esa amistad inesperada o incluso la tutoría de alguien que cambió para siempre el rumbo de su vida. Y todos tienen a ese joven que los ha sacado de su estasis, ya sea al revelar en qué se han convertido o en qué no llegaron a ser. Los Que Se Quedan es una película consistentemente inteligente y divertida sobre personas a las que es fácil apoyar y agradar a los que conocemos. Su mayor logro no es lo fácil que es verse a uno mismo en Paul, Angus o Mary. Es que lo harás en los tres.

Nick De Semlyen de Empire:

Aunque es en gran medida una película de "premios", cada actuación está finamente calibrada y el arte en todos los ámbitos es exquisito, es demasiado divertida para reducirla a esa etiqueta. De hecho, otra película en la que quizás termines pensando es Shrek: otra historia de un ogro gruñón que aprende a cuidar. Puede que Los Que Se Quedan no tengan un burro, pero tienen tanto encanto como el que le falta a su personaje principal. Divertidísima y sincera, es una historia que hay que atesorar.

Antonio Trashorras de Fotogramas:

Sorpresas pocas o ninguna, en fondo y forma, son las que uno encuentra en este atinado ejercicio de moralismo no indigesto, tan conmovedor como divertido (en calculadas dosis), cuyo marco de referencia más obvio sería ese tan reconocible subgénero que podríamos denominar ‘comedia dramática de ambiente navideño’.

Ethan Vestby de The Film Stage:

Los personajes son continuamente una buena compañía, incluso si comienza a sentir que la película les ha exprimido todo lo que puede hasta que sus arcos llegan a conclusiones inevitables. (...) Sin embargo, por la forma en que captura el ambiente de salir de una licorería y caminar por una calle invernal unos días después de Navidad, Los Que Se Quedan es la visita anual ideal para las fiestas. Si bien está lejos de ser reveladora, contiene una gran dosis de simpatía y honestidad.

Ezequiel Boetti de Otros Cines:

El octavo largometraje de Alexander Payne es tan simple y transparente en su estructura como conmovedor en sus resonancias. Una comedia graciosísima, a veces amarga y otras (muy) negra, pero siempre dueña de un humanismo innegociable y de una proverbial capacidad para, aun esquivando los lugares más comunes del subgénero navideño, encuadrarse con orgullo en esa larga tradición de películas de descubrimiento y revelaciones en vísperas a la llegada de Papá Noel iniciada por Frank Capra en ¡Qué bello es vivir!

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