Pocas veces nos encontramos con adaptaciones ejemplares que al ser trasladadas a la pantalla grande se convierten en auténticas obras maestras (o lo más cercano a ello). La película de [Director] Juan José Campanella cumple con todos los requisitos: se diferencia de lo existente, provoca todo tipo de emociones en el espectador, especialmente cuando se trata de tensión, y es capaz de obtener lo mejor y peor de él. Esas son apenas algunas de las virtudes de El Secreto de sus Ojos, la película argentina que ganó el Óscar e Mejor Película de habla no inglesa en la edición número 82 de los premios de la Academia.
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La trama nos presenta a Benjamín Espósito ( Ricardo Darín), un agente judicial retirado que en 1999 decide escribir una novela sobre un asesinato que ocurrió en el año 1974, en cuya investigación participó. Lo siguiente es un flashback que nos lleva a ese año, donde Benjamín empieza con la investigación del crimen de Liliana Colotto de Morales (Julia Juhas), una joven que fue violada y asesinada en el interior de su casa en Buenos Aires. Su esposo Ricardo ( Pablo Rago), que quedó viudo a causa de la tragedia, quedó devastado y con su esperanza puesta en Espósito, quien le promete dar con el culpable. El equipo del agente está conformado por Pablo Sandoval (Colin Firth), su asistente, y la nueva jefa del departamento Irene Menéndez-Hastings ( Soledad Villamil).
El relato de ese caso que le cambió la vida, que es lo que Espósito está escribiendo en su novela, llega en un momento en el que el protagonista se encuentra aburrido al estar jubilado, aunque tampoco es que lo haya podido olvidar por las circunstancias que lo rodearon. Pero El Secreto de Sus Ojos no es solamente un thriller o una película policial, sino la combinación perfecta de una historia sobre un crimen con una de amor. Una alimenta a la otra, pero también se siente como una le desagrada a la otra, con el director moviéndose entre ambas con toda la confianza del mundo porque después de todo la película es muy suya. No tiene problema alguno cuando se trata de navegar entre los diferentes tonos y escenarios en los que se construyen estas historias.
Es esa dualidad la que añade ese toque especial a la adaptación de la novela La pregunta de sus ojos de [Escritor] Eduardo Sacheri. La película supone una visita al noir y se beneficia de las excelentes actuaciones del elenco, una gran construcción de personajes y un envidiable uso de diálogos que sacan provecho del sólido guión también escrito por Campanella. La investigación policial salta de la pantalla grande a la realidad del espectador gracias a que el largometraje juega con la idea de sembrar pistas falsas o con alargues que afortunadamente no se sienten innecesarios. Eso sí, no faltan las sorpresas al final y los giros de tuerca que son algunos pero no llegan a cansar.
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Esta producción se ganó la aclamación de la crítica en los festivales en los cuales fue presentada y se llevó casi todos los premios por los que competía. Destaca principalmente su victoria como Mejor Película Iberoamericana en los premios Ariel y Goya de 2010. El éxito de El Secreto de Sus Ojos también llegó al público, que la convirtió en una de las películas taquilleras en la historia de Argentina y la más vista en 2009, el año en que se estrenó.
Llegó el momento de recordar lo que dijo la crítica de esta película en ese entonces:
Ed Koch de The Atlantic:
Más de Eva y Juan Perón y el impacto del fascismo en la sociedad se habrían sumado a la película. Sin embargo, es un buen viaje, pero no excelente.
Peter Bradshaw de Guardian:
Una película sumamente disfrutable, bien hecha y bien actuada con un oscuro y vigoroso sentido de la historia…
Clemmy Manzo de White Little Lies:
Una película argentina elegante e inteligente, destinada a convertirse en un clásico mundial del cine.
Chris McCoy de Memphis Flyer:
La estructura bifurcada de la película es lo más interesante de El Secreto de Sus Ojos, pero no puede salvar el guión increíblemente torpe.
PJ Nabarro de Pnabarro:
Un interesante tratado sobre la noción de la vehemencia y la nobleza del amor no gratificado desde hace mucho tiempo, además de una astuta crítica a la maleabilidad de la justicia en la Argentina de los setenta.
Sergio Benitez de Espinof:
En perfecta sincronía, todos sus elementos se unen para crear una obra maestra.
Laura Hiros de Rincón de cine:
… un verdadero placer, aunque agridulce, para todos los que lo ven.
Matthew Lucas de From the Front Row:
A pesar de todo su drama, se siente dolorosamente forzado y trillado, tan adusto y aburrido como desenfocado.
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