Días Perfectos | Top de críticas, reseñas y calificaciones

A lo largo de su carrera, Wim Wenders ha sido reconocido con innumerables premios y honores, incluyendo la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes por Paris, Texas - 100% en 1984 y el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia por The State of Things en 1982. Su influencia en el cine contemporáneo es innegable, con directores de todo el mundo rindiendo homenaje a su visión única y su impacto duradero.

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Con una carrera que abarca más de cinco décadas, Wim Wenders se erige como un pilar del cine mundial, un maestro en la exploración de la condición humana a través de la lente cinematográfica. Conocido por su estilo visual distintivo y su narrativa reflexiva, Wenders ha dejado una marca indeleble en la historia del cine, trascendiendo fronteras y culturas con su trabajo y lo vuelve a demostrar en su más reciente largometraje: Días Perfectos - 92%.

¿De qué trata Días Perfectos?

Kôji Yakusho interpreta a Hirayama, un contemplativo hombre de mediana edad que vive una vida de modestia y serenidad, pasando sus días equilibrando su trabajo como encargado de los numerosos baños públicos de Tokio, con su pasión por la música, la literatura y la fotografía. A medida que nos unimos a él en su estructurada rutina diaria, una serie de encuentros inesperados empiezan a revelar gradualmente un pasado oculto que se esconde detrás de su contenta y armoniosa vida.

¿Qué dice la crítica acerca de Días Perfectos?

Este drama contemplativo, presentado en el Festival de Cine de Cannes, ha dejado a críticos y cinéfilos maravillados, elogiando la precisión de su dirección y la actuación magistral de Yakusho.

Los especialistas comentan que, la película sustentada en una precisa puesta en escena sin ostentaciones, recuerda a los admiradores del cine de autor el estilo austero de Yasujirô Ozu, mientras que la actuación minimalista y matizada de Yakusho evoca las interpretaciones características de los films de Kiyoshi Kurosawa. Este matrimonio entre la dirección sobria y la actuación excepcional ha llevado a muchos críticos a celebrar el retorno de Wenders a su mejor forma.

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Los periodistas afirman que la filosofía vitalista de Wenders se refleja en la trama de la película, donde se nos recuerda la importancia de vivir en el momento presente y apreciar cada instante como un regalo irrepetible. Esta esencia vitalista sirve como un antídoto contra el paso implacable del tiempo, ofreciendo al espectador una perspectiva renovada sobre la existencia.

Aunque Días Perfectos no inventa nada nuevo en el panorama del cine de autor internacional, ofrece una visión honesta y sensible de la vida de un hombre que, si no es feliz, al menos ha encontrado paz consigo mismo. La cinta se presenta como una modesta poesía audiovisual, capturando la esencia de la vida ordinaria con una sensibilidad exquisita.

A continuación, más de lo que dice la prensa acerca de Días Perfectos:

Aryan Patel de Mama's Geeky:

Días Perfectos es una película extremadamente emotiva que te hace apreciar las pequeñas cosas de la vida con Koji Yakusho ofreciendo una actuación increíble. Días Perfectos es una de las películas más emotivas del Festival de Cine de Nueva York de este año, repleta de bellas tomas, una historia desgarradora pero alegre y una interpretación casi perfecta: esta es una película que debes ver. (...) El núcleo de esta película tiene sus raíces en la sencillez, la sencillez de la vida, de los momentos que compartimos, de cada pequeña experiencia que tenemos. Días Perfectos consigue hacerte salir del cine valorando que a todos se nos ha dado una vida.

Tayler Wells de Film Speak:

Días Perfectos es una visión completamente hermosa de la vida y de quiénes somos como personas, y cómo en el bullicio y la monotonía olvidamos lo especiales que son las cosas. Para aquellos espectadores que luchan por recordar la belleza de la vida, esta película puede ser justo lo que necesitan. Wim Wenders ha creado innumerables películas magníficas, pero esta podría ser la mejor. ¿Quién hubiera esperado que una película sobre baños te hiciera llorar en silencio detrás de tus palomitas de maíz? Esta conmovedora película es una visita obligada este año para todos.

Graeme Guttmann de Screen Rant:

Días Perfectos es absorbente en su monotonía y fascinante cuando algo la interrumpe, un retrato de una existencia simple pero hermosa que sirve como un recordatorio de la vida para valorar los pequeños momentos tanto como los monumentales. (...) Es en todo esto donde Hirayama encuentra la paz en un mundo que puede parecer sombrío. La alegría de Hirayama (y la sutil sinceridad de Yakusho) hacen que la visión de Wenders se sienta magistralmente serena.

Murtada Elfadl de AV Club:

Con Días Perfectos, Wenders muestra lo que puede lograr un artista que ha vivido una vida plena. Hay un ritmo dulce en la película que aprecia los pequeños momentos que podrían pasar desapercibidos en otros lugares. Un momento de soledad disfrutando de la naturaleza en un parque, un encuentro casual con un extraño o un vínculo compartido a través de una canción. Wenders entiende lo que hace que la vida sea especial y en Días Perfectos nos lo dice de manera dulce, sencilla y sin mucha fanfarria.

Luke Hearfield de Next Best Picture:

El legendario actor japonés Koji Yakusho es absolutamente sublime como Hirayama. Es un hombre de pocas palabras pero, aun así, contiene una presencia de pantalla magnética. (...) Fácilmente el mejor largometraje narrativo de Wim Wenders en muchos, muchos años, Días Perfectos es una historia profundamente simple sobre la búsqueda de paz, significado y belleza en la mundanidad de la vida cotidiana. Es imposible resistirse a la interpretación zen de Yakusho. Es una pieza suave y reflectante de Wenders y una verdadera joya del 2023.

Caspar Salmon de The Daily Beast:

Hay una delicadeza, una especie de intimidad silenciosa, en estos momentos, en los que Wenders elige revelar información sin recurrir al dramatismo. Debido a la ingeniosa construcción de la película, que refleja la rutina de Hirayama pero se mantiene un poco alejada, existe la sensación de que discretamente se nos ha dejado entrar en algo; que compartimos secretos, de la forma más sensible posible.

Rafaela Sales Ross de The Playlist:

Días Perfectos es una película sobre un cineasta experimentado que bebe de la fuente de otros cineastas experimentados, un texto narrativo en expansión que se revelará en toda su riqueza al volver a visitarlo. A primera vista, es difícil no ver esto como si Wenders honrara nuevamente al gigante japonés Yasujirō Ozu (...) y quizás el más grande de todos, es Yakusho, cuya actuación central lleva la mayor parte del peso de lo último de Wenders. En un papel casi completamente carente de diálogo, el veterano actor (y coproductor de la película) encuentra las palabras donde no las hay, traduciendo con pequeñas miradas lo que ninguna línea intrincada podría jamás lograr.

Zhuo-Ning Su de Awards Daily:

La película tiene un tono muy suave y poco teatral. La primera media hora casi parece un documental, ya que registra de forma neutral y silenciosa la rutina diaria del protagonista. Y, sin embargo, desde el primer fotograma en adelante, la película nunca resulta obsoleta ni carente de interés. (...) Teniendo en cuenta lo poco que habla el protagonista, se necesita una actuación de gran carisma para que la película funcione, y Yakusho irradia tal elegancia y humanidad que casi brilla.

Damon Wise de Deadline:

La razón por la que funciona se debe al astuto y elegante Koji Yakusho, quien domina la pantalla con una actuación en gran medida silenciosa. Su serenidad es contagiosa, complementa perfectamente la dirección en clave menor de Wenders y añade una profundidad inesperada al mensaje aparentemente simple de la película...

Kevin Nguyen de The Verge:

¿Son los días de Hirayama realmente “perfectos”? La película sugiere principalmente que sí, la rutina y la gratitud por los placeres simples constituyen una vida plena. La entrañable actuación de Koji Yakusho ciertamente vende esa idea. Pero no pude evitar dejar la película con la sensación de que todo estaba demasiado limpio, demasiado sencillo, que fue hecha por alguien a quien realmente le gusta una canción de Lou Reed.