METE-CRÍTICA | CODA y un domingo cualquiera en los premios Óscar

Si nos ceñimos única y exclusivamente a los valores cinematográficos, seguro la mayoría coincidiríamos con los BAFTA, los Globos de Oro y el Festival de Venecia; y reconoceríamos la corrección llevada a niveles de devastador virtuosismo de El poder del perro - 98% de Jane Campion, por encima de la tan comentada a estas alturas CODA: Señales del corazón - 93% de Sian Heder, la que quizás solo se pondría al mismo nivel en cuestión de reflexión y discurso. Sin embargo, luego de lo sucedido con la reciente premiación del Sindicato de Productores donde pensaron lo contrario, todo parece indicar que esto se repetirá en la próxima entrega del máximo galardón Hollywoodense, tomando en cuenta que en cuatro de los últimos cinco años han coincidido en el resultado

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Pero lo que es algo más que una simple posibilidad, no debería sorprendemos. Recordemos que en todas las entregas de premios y festivales del mundo, incluso los más prestigiosos, también pesan las posturas políticas, las tendencias y la popularidad, convirtiéndose a veces en la prioridad. Luego, no podemos ignorar el actual afán de la ceremonia por demostrar que pueden ser inclusivos. Están desesperados por validarse después de haber sido cuestionados tan duramente en ese sentido, lo cual también ha influido en la caída del rating, que desde hace ya bastante tiempo es una constante.

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Es por ello que a pesar de que está por debajo de la obra original francesa titulada La Familia Bélier (2014), que por cierto no tiene más que unos pocos años de haber pasado por la cartelera norteamericana sin que le prestaran mayor atención, haciéndonos pensar que quizás ni siquiera la vieron; CODA: Señales del corazón - 93% resulta ideal para llevarse el Óscar. Así pues, si al final ello se concreta, no es algo fuera de la normalidad. Es simplemente la Academia siendo la Academia en “Any Given Sunday”, retomando el título de la película de Oliver Stone sobre fútbol americano, para hacer un paralelismo pensando en que para bien y para mal, a nivel de show, este es el “superbowll” de los cinéfilos, algo que no hay que perder de vista, y de ser posible sacarle algún provecho como en este caso, en que bien podría servir para la necesaria visualización de las personas con sordera, lo que pese todo no es asunto menor.