Entrevista: Cruz | El desplazamiento forzado interno del que no se habla en México

Después de sorprendernos con Sunú en 2015, ahora la cineasta mexicana, Teresa Camou Guerrero, nos presenta Cruz, documental ganador del Premio José María Riba en Impulso Morelia durante el 18° Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y que formó forma parte de la gira del Festival Ambulante 2021. La película se centra en Cruz, un hombre que pertenece a los Tarahumara, un pueblo amerindio del norte de México. Él y su familia fueron desterrados de su tierra por el crimen organizado. Actualmente viven exiliados bajo amenaza de muerte y están apelando desesperadamente ante la justicia poder recuperar sus tierras y regresar a su casa.

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El equipo de Tomatazos tuvo la oportunidad de conversar con Camou acerca de su documental y cómo fue el proceso de rodaje de este proyecto.

La realizadora nos contó cómo fue que conoció a Cruz, el personaje principal de su documental. Con quien aseguró tener un lazo cercano y una amistad de años, en los cuales ella ha sido testigo de las acciones que él ha realizado para defender el territorio de él y los demás.

Lo conocí hace 25 años, somos de la misma edad. Lo conocí como defensor del bosque, enseñándole a su gente, a su comunidad sobe la defensa del territorio, el artículo 27, la ley agraria para que se organizarán y pudieran estar fuertes como comunidad. Lo conocí siendo un gran líder y desde entonces he visto su caminar en su territorio.

La directora confesó que sintió una gran indignación al reencontrase con Cruz y darse cuenta que él había tenido que cambiar por completo su estilo de vida a causa del crimen organizado.

En 2015 cuando le asesinan a su primer hijo y después a las pocas semanas los desplazan por no querer colaborar, trabajar con el narco ya me lo encuentro a él y a su familia en el exilio en una situación muy triste, muy deprimente y al verlo fue muy fuerte porque de conocer a este hombre que tenemos la misma edad, verlo así, le cambió el eje de su vida, es otro rostro, otra persona. Para mí fue muy fuerte de verlo como líder en la búsqueda de ahora por justicia, en la lucha por sobrevivir, porque todos estén bien y después encontrarlo y verlo así me indignó.

Ante tal indignación, se instaló un gran motor en la cineasta, que la llevó a querer contar una nueva historia, por lo que decidió acercarse a Cruz y mostrarle su trabajo, y así, posteriormente, poder contar también la vida de su amigo.

Me dio rabia y coraje y como contadora de historias así fue como un impulso y lo invité a ver mi primera película. Estaba en ese momento presentando Sunú y le dije ‘’ven y que venga toda la familia’’ y llegaron todos a ver a Sunú y le dije, ''mira Cruz, esto es lo que yo hago. Yo hago cine para que se conozcan y se sensibilicen historias que de otra forma la gente no va a saber’’.

Camou, recordó y nos compartió las palabras con las que le propuso a Cruz hacer un documental acerca de él y su familia. Una propuesta que partió de la impunidad que existe en el sistema de justicia mexicano.

Le dije, yo no quiero que tú y tu familia se queden en el olvido, porque aquí si no se sabe es cómo que no pasó nada y no importa. Yo no quiero que acabe tu nombre y el de tu familia en una carpeta en una oficina de policías con un número. Yo siento que contar esta historia y visibilizarla es que no se olvide, que se quede en la memoria y que esta historia puede ayudar a cambiar y puede ayudar a otras familias como ustedes.

Camou, subrayó que una vez que Cruz aceptó que filmaran su historia para visibilizarla a través de este documental, inició un largo proceso de cinco años, en los cuales fue necesaria mucha colaboración entre los protagonistas del documental, el equipo de trabajo y la directora.

Me dijo, déjame lo sueño, los raramuri sueñan antes de tomar decisiones. A los dos días me marcó y me dijo está bien, vamos a contar esta historia. De ahí empezó cinco años de trabajo, de mucha colaboración, de un trabajo muy personal de mucha intimidad, de un caminar juntos para ver cómo contar esta historia y que ellos fueran poniendo la pauta de qué decir, cómo decirlo porque esta historia no es algo que pasó hace 10, 20 años, es algo que están pasando ahorita ellos. En el momento de rodaje de filmación, es un momento donde las emociones, la vida, todo estaba pasando en ese momento, mucha colaboración entre ellos y el equipo.

La cineasta nos platicó que antes del proceso de rodaje, fue necesario crear redes de apoyo con instituciones que pudieran garantizar la seguridad del equipo de trabajo y de las personas involucradas en la historia.

Primero cuando me dice sí claro, yo digo órale y ahora cómo la cuento, porque yo no quería exponerlos. Para mí hubo cosas muy claras, una fue hacer una red de apoyo, las ONG’S, las instituciones, gente que está apoyando esta familia y decirles ‘’quiero hacer esto, cómo lo ven, qué creen que sea relevante que se tenga que contar’’. Entonces fue empezar a crear un círculo de apoyo a nivel seguridad social, temática y luego a nivel artístico, cómo lo quiero filmar, no quería poner en riesgo.

La directora, relató que ella siempre tuvo claro que no quería abordar su documental desde un punto de vista amarillista, ya que el tema se su documental es bastante delicado.

Para mí en un principio fue, yo no quiero hablar del crimen organizado, yo no quiero hacer realmente una película en la que si ya van a hablar, todavía no se expongan más. Y esa parte del cine, del reportaje, del amarillismo, en esta historia no. Primero, por lo delicado y segunda, por el cariño que les tengo.

La realizadora afirmó que las limitaciones creativas fueron de bastante ayuda al momento de planear este documental. Además, se planteó con seguridad que quería retratar a sus personajes con la mayor dignidad posible.

Para mí desde el principio era sacarlos con mucha dignidad, desde donde ellos estén, pero con dignidad. En su lucha pero con dignidad y como pueblos indígenas raramuris. Entonces, al escribir yo así, me acuerdo que tenía en mi pared, todo lo que quería y lo que no quería. Un equipo muy pequeño de filmación, que nadie se entere que estoy haciendo la película, no los quiero sacar afuera de la calle, todo adentro, entonces me fui dando limitaciones que al final se vuelven aciertos creativos para contar la historia.

Camou, detalló que, durante el proceso de rodaje tuvo que irse adaptando a las situaciones que le presentó la realidad. Fue en uno de esos momentos cuando surgió la idea de presentar a otra familia y crear un contraste de estilo de vida dentro de su película.

Siento que el cine documental es fascinante en esta forma como yo lo hago, cada quien tiene sus estilos donde te tienes que adaptar mucho a la situación. La situación te va a poner límites y te va a dar momentos buenísimos. Entonces ahí yo fui fluyendo, fui haciendo esta escaleta de cómo y ya cuando tenía un poco mapeado como íbamos a filmarlos a ellos en el exilio, también fue, quiero meter una segunda familia, y esa familia tiene que estar en la sierra con sus usos y costumbres porque quiero mostrar lo que perdieron, quiero mostrar lo que es vivir en libertad y ahora ellos no. Y también quiero mostrar que esta familia estuvo igual de vulnerables que ellos porque el narco se está acercando y en cualquier momento pues les puede pasar lo mismo, entonces ahí también ya entró otro momento muy importante de la película.

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La directora aclaró que durante el proceso de rodaje fue importante el proceso de observación antes de filmar.

…se fue dando la estructura y dije 18 meses de rodaje y en esos 18 meses vamos ir viendo qué vamos contando junto con ellos. Y no todo el tiempo grabábamos, también era tiempo de estar ahí y observábamos, qué iban a hacer al siguiente día, como podíamos entrar nosotros a grabar, las entrevistas que fue lo más pesado.

Al hacer un documental tan complejo como Cruz, la directora tuvo que enfrentarse a una lista de retos para poder contar esta historia. Ella misma nos reveló cuáles fueron los momentos más complicados de dicho proceso.

Un reto para mí muy muy grande fue las entrevistas. Eso para mí fue un reto muy muy grande, cómo abordar y sin retraumatizar y sin tampoco hacerlo melancólico, hacerlo con muchísimo respeto, porque yo me cuestionaba cómo le voy a preguntar a esta persona qué se siente haber perdido a un hijo y luego a otro, que el gobierno no responda, que no le importar al gobierno, eso para mí fue un reto enorme y pues para el equipo, para todos.

La directora confesó que durante la filmación todos se encontraron en una situación muy vulnerable, que sin embargo, era necesaria para poder dar a conocer esta historia a los demás a través del cine.

Esa vulnerabilidad de la seguridad de saber que estás haciendo algo en una situación muy difícil y que no quieres perjudicar, sino ayudar. También el estar cinco años con ellos tan cercano, pues uno empieza a sentir igual que ellos y te duele y te da coraje y es muy difícil a nivel psicológico, es muy difícil de procesar.

Camou, aseguró que fue necesario recibir ayuda psicológica mientras se realizó el largometraje. Además, previamente ella se acercó a otros directores que habían filmado cintas con temáticas similares y así poder prepararse mejor para su proyecto.

Nos acompañamos de psicólogos. Yo hablé con muchos otros directores que han hecho películas en situaciones similares, entonces yo fui agarrando experiencias de qué hacer, qué no hacer y el equipo de edición y postproducción fue ayudando a que fuera agarrando forma, color y fuerza esta historia. El contar una historia de tanto dolor es muy difícil. Yo no se lo recomiendo a nadie si no tienes un lazo tan fuerte con ellos y un interés de querer aportar con la película al cambio social, es muy complicado, es muy difícil.

Camou, nos contó que para ella fue importante involucrar en los personajes de su documental en todo el proceso, desde la preproducción hasta la exhibición.

No cerramos la edición Lucrecia y yo hasta que ellos nos dieran su punto de vista. Luego ya pasamos a la postproducción y antes de que se presentara en cualquier lugar del mundo se las presenté a ellos en salas de cine para que se vieran enormes y entendieran esto del cine, de mostrar historias. Así y ahora con el comienzo de ruta de festivales que ellos también fueran a presentar la película para que escuchen lo que la gente va a decir. Para mí eso es muy importante porque voy justificando, van entiendo y los lazos se hacen más fuertes.

Cruz, el documental está logrando un fuerte impacto en el público mexicano y prueba de ellos, es la proyección que se realizó el lunes pasado en el senado de la república; una función en la que pudieron estar presentes un colectivo de personas que han vivido el desplazamiento forzado interno, entre ellos Cruz, acompañado de la directora.

Este lunes pasado presentamos la película ante el senado de la republica con un colectivo de desplazados y de ONG’s para impulsar la ley y entonces ahí vinieron ellos a presentar la película. Para mí fue un sueño que la presentaran y justificaran la película. Le pregunto a Cruz ya cenando, ‘’¿cómo viste la presentación en el senado, qué te pareció?’’ y me dice ‘’no, es que sin la película la gente no entendería’’. Y para mí te juro que solté cinco años así de estrés, de justificarles, cómo les digo que el cine sí puede ser una herramienta social muy importante. Qué momento más lindo que el que le tocó a él presentar la película en el cine en el senado, como líder indígena, como hombre político de lucha

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Camou, nos compartió su visión acerca del cine documental y cómo es que está transformando este género cinematográfico a la sociedad.

Ahora es un momento muy importante para este género de cine social. Muchas películas ya tienen sus propias campañas de impacto desde hace unos años y que va más allá del festival. México tiene muy buen cine social y que también está saliendo fuera del país, que se están viendo en otros espacios internacionales.

Finalmente, cuando le pedimos a la directora que nos compartiera cuál es el impacto que espera que tenga su documental en el público, nos respondió lo siguiente.

Que el público en general sienta la indignación, rabia y que es un tema necesario para empezar a darle sentido. En México no se habla del desplazamiento. A nivel Gobierno a nivel ONG’S igual, que se empiece hablar del desplazamiento. A nivel comunitario de familias desplazadas que empiecen ellos a alzar la mano, decir yo soy desplazado, a denunciar y se empiecen a crear colectivos entre ellos, para que empiecen a agarrar fuerza y exijan desde ellos lo que necesitan para estar bien. Yo espero que la película pueda incidir en estos tres objetivos. Yo sé que la película es algo muy pequeño a comparación con el tema y lo que significa el desplazamiento forzado en México, pero siento que es una herramienta muy importante y va a ayudar un poquito a que la gente se acerque a esta realidad, a estas familias.

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