RESEÑA: Los amores de una rubia | Un coming of age atemporal

Este 2021 vuelve uno de los eventos más importantes de la Cineteca Nacional, se trata del Foro Internacional de Cine de la Cineteca Nacional con su edición número 40, la cual se llevará a cabo del 16 de julio y hasta el próximo 2 de agosto. 14 títulos conforman la programación de este año y uno de los filmes de apertura será Los amores de una rubia - 95% (1965), filme de Milos Forman y exponente de la Nueva Ola Checa, que fue nominado a los Globo de Oro y a los Premios de la Academia en la categoría de Película de habla no Inglesa.

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La historia de Los amores de una rubia - 95% comienza en un pueblo checo, donde la mayoría de los habitantes están dedicados al trabajo en una fábrica textil. En este lugar hay un buen número de mujeres, pero muy pocos hombres, por lo que las autoridades deciden recibir a un grupo de militares durante un fin de semana con el fin de generar encuentros románticos y sexuales entre chicas y chicos. Andula, una joven rubia y atractiva que labora como fabricante de zapatos, asiste a una fiesta en la que se acuesta con Mildos, un apuesto pianista. Tras este suceso, Andula decide viajar a Praga para buscar a Mildos, ahí descubre que él vive con sus padres y a partir de ese momento la trama empieza a seguir las aventuras de un romance agridulce con un final inevitable.

La premisa de esta película es bastante simple, sin embargo, hay un subtexto muy interesante en el que el director se ocupa de abordar temas tan complejos desde la sátira, entre ellos el régimen comunista, las relaciones de pareja, el feminismo, la masculinidad, el placer femenino y los ideales románticos. Forman construye de manera interesante a sus personajes y en ocasiones llega a hacer de ellos una caricatura pero al mismo tiempo los vuelve entrañables y únicos en su tipo, además que siempre es empático con cada uno de ellos. En los diálogos hay ingenio y un humor seco, propios de una comedia costumbrista que destila la ingenuidad e inocencia de una mujer que en el fondo solo desea enamorarse y ser correspondida para olvidarse de la monotonía impuesta por un sistema planificado.

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Es en la sencillez donde radica uno de los mayores atractivos de esta cinta que mantiene una atmosfera minimalista y es notable la capacidad del realizador para extraer la cotidianidad y darle un brillo especial a las situaciones más banales que transcurren en la puesta en escena. Como ejemplo está la escena de baile con los soldados, la cual resulta magistral y llena de encanto, Forman convierte este momento tan trivial en un pasaje espectacular y memorable. Lo mismo sucede con los icónicos momentos de la pareja desnuda en la cama, filmada con una intimidad que se ofrece sin filtros al espectador. Cabe destacar que Milada Jezková y Josef Sebánekdestacan con maravillosas actuaciones y una envidiable química de pareja que traspasa la pantalla. La dirección de actores de Forman es impecable y logra manejar con destreza interpretes profesionales y no actores.

A Los amores de una rubia - 95% también se le puede considerar una clase magistral de cine, no es coincidencia que películas como Ida - 96% de Pawel Pawlikowski e incluso Las primeras obras de Xavier Dolan, beban de esta obra maestra, así como es imposible negar que el trabajo de Forman tomó como referencia del cine de Jean-Luc Godard. Además del guion, la dirección y las actuaciones, la cinta cuenta con un impecable trabajo de fotografía en el que destacan encuadres cargados de poesía cinematográfica, el director de fotografía siempre sabe posicionar la cámara para absorber lo que es verdaderamente importante en el relato, este es uno de esos filmes que nos recuerda la importancia de la angulación y los puntos de vista al momento de decidir un plano. En cuanto a la música, es agradable como se integran las guitarras y pianos para dar ritmo y emoción a un retrato melancólico con sonidos de rock y jazz.

Los amores de una rubia es, un relato sofisticado y peculiar que utiliza el amor para comunicar temas más profundos, pero lo hace con una sencillez y un humor perspicaz con los que resulta fácil conectar con ella y su protagonista. Un coming of age atemporal con el que todos podemos identificarnos. Su duración es corta, pero su impacto es amplio y es por eso que este esfuerzo de Forman ha envejecido tan bien con los años. Imperdible para cualquier cinéfilo que guste deleitarse con poemas audiovisuales a blanco y negro.

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