¿Las historias de amor están desapareciendo de las películas de superhéroes?

Hubo un tiempo en que los superhéroes, principalmente hombres, parecían necesitar una figura romántica para completar su historia. Por supuesto, la idea era que estas mujeres representaban dos puntos importantes para los protagonistas. Por un lado, la clásica conexión romántica que no se puede quebrar con nada y que ayuda al héroe en momentos de necesidad emocional, mejorando así sus posibilidades de ganar contra el villano. Por otro lado, servían como carne de cañón, siendo siempre secuestradas y puestas en peligro para que el héroe se tomara personal la lucha que evidentemente ganaría.

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Eventualmente este mismo patrón se extendió hasta la violencia. Los cómics siempre fueron abiertos para mostrar la violencia a la que se enfrentan sus personajes, pero definitivamente ha cambiado mucho el tipo de situaciones que la generan en primer lugar. En 1994 una edición de Green Lantern nos mostró el cruel asesinato de Alexandra DeWitt, cuyo cuerpo en pedazos es puesto en el refrigerador del héroe Kyle Rayner, provocando su ira. Este momento tan sorpresivo terminó por convertirse en la muestra más clara de este peligroso patrón donde las parejas deben ser abusadas de alguna manera para motivar la historia del protagonista.

Muchos movimientos partieron de aquí para exigir una mejor representación de los personajes femeninos, incluyendo heroínas que no fueran sólo inspiradas a hacer el bien por un lazo romántico. Esto provocó cambios importantes en las historietas. Algunas de las parejas ahora también tenían poderes especiales y estaban a la par de los héroes masculinos o la parte romántica simplemente se dejaba de lado para avanzar con la historia. Lo obvio era que las propias adaptaciones siguieran esa línea. Si uno ve Superman: La película - 93% es claro que su relación con Lois Lane era un punto muy importante, mientras que en Batman vs Superman: El Origen de la Justicia - 27% está presente pero sin esa misma fuerza. Incluso en Liga de la Justicia - 41% la relación entre ambos se siente extraña y parece tiempo perdido en pantalla.

Deadpool 2 - 85%, por ejemplo, trató de volver a la línea de “el héroe (antihéroe) no quiere vivir sin su amor”, matando a la pareja de Deadpool (Ryan Reynolds) y a la esposa e hija de Cable (Josh Brolin), lo cual provocó muchas críticas sobre el supuesto machismo de la franquicia y el cómo se siguen sacrificando a las parejas “débiles” para que el héroe crezca, madure y descubra cosas importantes de la vida y de salvar a otros. ¿Cómo proceder entonces?

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Mujer Maravilla - 92%, protagonizada por Gal Gadot, mantuvo la idea del romance y, en este caso, del sacrificio (no cruel asesinato) del hombre que termina por darle una lección importante de amor y luto a la protagonista. En esta primera entrega eso funcionó muy bien, pero en Mujer Maravilla 1984 - 76% ya no fue bien recibida. Muchos se quejaron de que Diana no crecía como personaje y su mundo parecía girar alrededor de Steve Trevor, vivo o muerto. Además, en la secuela se habla de que un cuerpo ajeno es usado para “traer de vuelta” a Steve, lo que ocasionó quejas sobre un posible abuso y violación de parte de la protagonista.

Capitana Marvel - 60%, por ejemplo, prefirió dejar a su protagonista (Brie Larson) fuera del mundo romántico. El personaje interactúa con varios hombres y mujeres, pero no siente atracción por ninguno. Independientemente del recibimiento general hacia la película (y a la actriz), esta decisión se agradeció entre el público y la crítica especializada, pues sigue siendo novedoso tener a una mujer que puede seguir un camino para encontrarse a sí misma sin que una pareja intervenga. Sin embargo, después de un tiempo muchos comenzaron a insistir en que tuviera una pareja, específicamente una mujer, para aportar a la inclusión de la comunidad LGBTQ.

El paso lógico era llegar al punto en que las relaciones se vieran de una manera más natural y con diversos acercamientos, desde los encuentros casuales hasta los compromisos formales a pesar de los problemas que implica salvar al mundo siempre. En la trilogía de Christopher Nolan, Bruce Wayne (Christian Bale) pasa por varias parejas que de alguna manera representan su evolución como héroe y hombre, quedándose al final con Gatúbela (Anne Hathaway) para llevar una vida tranquila y normal, tal y como ella también deseaba.

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La poca tolerancia es todavía un factor muy importante al momento de desarrollar las historias románticas. Es muy fácil asumir que si la mujer es sólo la pareja y no tiene poderes, entonces está sirviendo como un objeto a favor del héroe, pero también si se hacen historias de amor Queer se percibe como inclusión supuestamente obligada que además nadie quiere ver bajo el pretexto clásico de “que sean lo que quieran ser, pero que no sea público”. Personajes como Felicia Hardy, Loki, Batwoman o Harley Quinn, que siempre se han mostrado en el papel con bastante apertura sexual ahora son juzgados como ejemplos de la explotación LGBTQ, de lo "políticamente correcto" o de la necesidad para atraer más audiencia.

Existe esta insistencia en que estas nuevas perspectivas del amor no se dan de manera natural y por lo tanto son despreciadas. Si bien es cierto que existe el “Queerbaiting”, término utilizado para hablar de esas propuestas que en apariencia son LGBTQ pero que sólo son para quedar bien ante el público que las exige y terminan por convertirse en clichés que fomentan los prejuicios, lo cierto es que en muchas ocasiones se hace bien y se utiliza este pretexto para ignorarlas y tratar de sacarlas del canon tanto en los cómics como en las series de televisión y el cine.

Es muy curioso lo que el público considera explícito. Una pareja LGBTQ que tan sólo comparte un beso es considerada casi peligrosa, mientras que las escenas de sexo heterosexual son algo bien visto, siempre y cuando el hombre se vea con poder o la mujer como agente seductor. El público y la crítica especializada atacaron la escena de sexo entre Batman y Batgirl en la adaptación de Batman: The Killing Joke - 45% más porque era innecesaria y no era parte de la novela gráfica original. Además, muchos consideraron que se sentía peligrosamente cercana al abuso considerando la jerarquía de poder entre ambos, aunque en la escena sea ella quien da el primer paso y sea la que queda arriba de él.

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El caso más reciente y extraño es el que sucedió entre Batman y Gatúbela en la serie de Harley Quinn, donde se vería una escena donde el héroe le practica sexo oral a la famosa ladrona, pero que fue censurada y retirada porque “los héroes no hacen eso”. No se critica cuando el hombre es el que siente placer o cuando la mujer se ve como objeto sexual, pero si se trata de complacerla a ella entonces es mal visto. Esto provocó una ola de análisis sobre el placer de las mujeres en este tipo de historias y cómo todavía quedan en segundo plano.

Aunque parece inevitable pensar en un héroe que no tenga relaciones románticas el público está muy dividido actualmente. Siempre existe un punto de crítica, ya sea por mantener un estilo pasado de moda o por buscar incluir a aquellos que históricamente no han sido tan representados en estos medios. Uno puede aclarar que lee o ve estas historias para disfrutar del héroe salvando al mundo, pero no se puede olvidar que cada vez se trata de ser más realista haciendo personajes complejos y complicados, en vez de dejar que todo sea blanco y negro. Es casi evidente que la verdadera razón para que los héroes ya no tengan tantas historias de amor es para evitar las críticas. Malo si lo haces y malo si no lo haces. ¿Cómo abordarán estos temas en un futuro?

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