Películas con las mejores escenas en el metro

El metro es uno de los transportes más eficaces en las grandes ciudades por su rapidez y capacidad. Su historia se remonta a 1843 cuando el inglés Charles Pearson propuso construir túneles subterráneos con vías férreas, pero fue hasta 1853 que el parlamento autorizó la propuesta y en 1863 inició su construcción, así, el primer metro del mundo fue el subterráneo de Londres. Las siguientes ciudades en tener metro fue Nueva York, Budapest y Glasgow. Fue en el siglo XX que empezó a expansión por Latinoamérica, Oceanía, África y Asia. En México, la inauguración del metro de la Ciudad de México fue el 4 de septiembre de 1969 y corrió a cargo del entonces presidente de la república, Gustavo Días Ordaz y por Alfonso Corona del Rosal, Regente del Distrito Federal.

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No hace falta comprobar que el metro se ha convertido en el principal medio de transporte en el mundo y el cine también ha sucumbido a su encanto. El cine norteamericano ama el metro de Nueva York, mostrando lo abarrotado, lo horrible, desordenado, mugriento y malvado que es. De igual manera, el metro se ha convertido en una metáfora de la ciudad en sí misma: estamos a merced de otros, ya sea lanzándonos hacia nuestro destino o atascándonos en él. Pero el metro también es un lugar de gran humanidad, el lugar donde las personas se conectan de maneras poco probables.

Hay demasiadas escenas de metro en demasiadas películas para que una lista les haga justicia, pero aquí hay algunas de las mejores escenas de metro en las películas, vayamos a verlas (vía Vulture).

Vestida para Matar - 84%

En este clásico de Brian De Palma, la cámara se precipita a través de los vagones del metro cuando la valiente prostituta Nancy Allen es perseguida por una pandilla de maleantes, luego es repentinamente atacada por la misteriosa asesina rubia de la película (Michael Caine), cuyo ataque es frustrado por el joven Keith Gordon.

Los Cazafantasmas II - 51%

El metro de Los Cazafantasmas II no es realmente el metro de Nueva York, sino el Beach Pneumatic Transit, un prototipo que fue construido y abandonado en la década de 1870. Los Cazafantasmas lo exploran después de que comienzan a sospechar que los extraños sucesos a su alrededor están siendo creados por la energía negativa de la ciudad que se filtró bajo tierra. Es por eso que esta escena todavía parece tan apropiada: en las películas, el metro a menudo representa lo que está mal en la ciudad.

El Vengador Anónimo - 67%

En esta película de venganza extremadamente inquietante, Charles Bronson dispara a dos asaltantes que lo abordan en un vagón vacío del metro. Esto ocurre después que disparó a otras personas, por lo que su descenso de arquitecto apacible a vigilante despiada está básicamente completo en este punto y hay una casualidad desconcertante en sus acciones; sentimos que alguien vendrá por él. No es una gran escena, pero destaca por sus inquietantes connotaciones con la vida real y, una década después de su estreno, llamaban a esta escena como el “vigilante de metro”.

Fiebre de Sábado por la Noche - 90%

En una escena, John Travolta está reflexionando tristemente sobre su vida después del clímax de esta película. El marcado contraste de la película entre el brillo de la disco y la angustia de la clase trabajadora culmina en este momento, cuando nuestro héroe reevalúa su vida y sus actitudes, decidiendo cambiar sus formas.

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Atrapado por su pasado - 80%

Mientras intenta llegar con su amada Penélope Ann Miller en la terminal Gran Central, el mafioso Carlitos (Al Pacino) es perseguido por todo el metro por una agrupación de mafiosos. El director Brian De Palma, que no es ajeno a las impresionantes secuencias de metro, se desliza entre los autos y las plataformas, creando suspenso. Todo esto llega a un clímax devastador cuando Pacino está a, punto de escapar, es asesinado a tiros por un joven John Leguizamo.

La Locura Está de Moda - 88%

Aunque Woody Allen no es conocido por filmar escenas en el metro, esta se ha convertido en una de sus más icónicas, gracias, en parte, a la presencia del entonces desconocido Sylvester Stallone como uno de los maleantes que aterrorizan a un vagón del metro y asaltan a una anciana antes de que el malvado Fielding Mellish (Alen) intenta intervenir. Es una mezcla de pesadilla y payasadas de la ciudad.

Los Guerreros - 91%

En este clásico de culto de Walter Hill, la pandilla de adolescentes del título tiene que regresar a Coney Island en el metro después de que una reunión masiva en el Bronx termina en asesinatos y caos. Desafortunadamente, su camino está bloqueado por incendios, policías y otras pandillas vengativas. Esta visión infernal y distópica del metro o es exactamente realista: Hill lo filma como si fuera una arena de combate que como un medio de transporte.

El Hombre Araña 2 - 93%

Los puristas sobre del metro pueden quejarse de esta escena ya que muestra a un tren que atraviesa el centro de Manhattan, el cual no existe, pero también resulta ser la mejor escena de toda la serie dirigida por Sam Raimi. Y aunque tener a El Hombre Araña y al Doctor Octopus enfrentados es toda una gloria, la acción le da un toque emocionante, así como el momento en el que el superhéroe intenta evitar que el tren se desvíe.

Deseos Culpables - 79%

El drama de Steve McQueen sobre un adicto al sexo de Wall Street, el protagonista (Michael Fassbender) seduce a una mujer casada en el tren con una mirada sostenida desde el otro lado del vagón del metro. Es una escena intensamente sexy, pero que gana escalofrió cuando sale del tren, tocándole brevemente su mano.

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Contacto en Francia - 98%

Todo el mundo piensa en la secuencia de acción central del clásico de William Friedkin, pero en realidad es una persecución en el metro, porque mientras se precipita a toda velocidad el policía interpretado por Gene Hackman, en realidad está persiguiendo el tren que pasa encima de él o, mejor dicho, al sicario que va en él. De hecho, esa es una de las cosas que hace que la escena funcione tan bien: la forma en que Friedkin refleja constantemente el tren y el automóvil, ya que ambos van más y más rápido y la emoción y el caos se acumulan.