Cannes 2019: Matthias and Maxime, de Xavier Dolan, ya tiene calificación de la crítica

La aventura de Xavier Dolan con el Festival de Cine de Cannes inició hace justo 10 años, en aquel entonces tenía 19 años y su primera película como director, I Killed My Mother - 81%, la presentaba en el festival de festivales, con ella fue reconocido como un enfant terrible y tras películas como Los Amores Imaginarios - 74% y Laurence Anyways - 83%, las cuales también se presentaron en Cannes, el canadiense fue considerado un genio del cine. Ahora con diez años de carrera y ocho películas de su autoría, Dolan es un director ampliamente reconocido y un consentido del festival que en esta edición compite por sexta ocasión con Matthias y Maxime - 45%, película que también lo ha llevado a regresar a su natal Quebec tras The Death and Life of John F. Donovan - 25%.

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Sin embargo, el canadiense no ha encontrado la simpatía de los críticos de cine o, mejor dicho, no de todos, de hecho, ha vuelto a dividir a los especialistas tal como lo hizo con No es Más que el Fin del Mundo - 45%, dicha comparación no la señalamos solamente por la calificación que ha conseguido hasta ahora en nuestro Tomatómetro, sino porque ha vuelto a explorar las temáticas emocionales y el drama familiar para tocar fondo de una forma más descarnada y honesta que aquella, aunque para algunos expertos esta película no es más que la suma de las obsesiones del canadiense de forma ruidosa y poco afortunada.

La historia sigue a dos amigos de la infancia que en su edad adulta, filman un cortometraje para la universidad, el guión pide que se besen. Tras el beso, ambos comenzaran a cuestionar su preferencia sexual, lo que pone en peligro la estabilidad de sus vínculos sociales.

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Si bien, el cine de Xavier Dolan se ha aproximado a la ambigüedad sexual y de identidad, fue con Laurence Anyways donde exploró las repercusiones sociales de un hombre que busca cambiar de sexo, pero Matthias and Maxime no ha llegado tan allá, de hecho, tanto las reseñas positivas como las negativas, han coincidido que Dolan ha hecho un retrato de su generación envuelto en un registro sentimental rodado en 35 milímetros que podría hacerlo merecedor de alguno de los premios.

Algunos de los reseñistas han señalado una clara indiferencia a la película, no sólo por lo absurdo de su premisa, sino porque abusa de sus rasgos habituales: gritos, diálogos largos y un montaje estridente que algunos críticos califican como “histéricos tics narrativos”, sin embargo, otros señalan que el director ha vuelto a demostrar ese don natural que tiene para filmar las emociones en estado puro.

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Parece que a estas alturas de su vida, Xavier Dolan es elogiado y odiado por igual, lo que es síntoma de su crecimiento como autor, algo que Matthias y Maxime - 45% demuestra. A continuación, dejamos las críticas más destacadas.

Diego Battle, de Otros Cines:

...más allá de ese “suspenso”, se trata de un trabajo menor (eso sí, rodado en 35mm y con el habitual despliegue de encantadoras canciones que abunda siempre en el cine de Dolan)...

Nando Salva, de El Periódico:

...su premisa es tan absurda que resulta imposible tomarla con un mínimo de seriedad...

Oti Rodríguez Marchante, de abc:

Vaya usted a saber lo que opina el jurado de una película como esta, pero uno la coloca en la sección de las ni fu ni fa.

Jon Frosch, de Hollywood Reporter:

Deja la impresión de girar en torno a una emoción que nunca llegamos a sentir.

Eugénie Malinjod, de Festival de Cannes:

...retoma la estética de Tom en la granja y la energía de Mommy.

La redacción de Le Script, expuso:

...hace a ratos un cargante retrato de las borracheras de su generación, y concluye con un crescendo sentimental por el que merece subir de nuevo a los altares de Cannes. Así es Dolan, insoportable y genial.

Robbie Collin, de Daily Telegraph:

El trabajo más convincente y accesible de Dolan a la fecha.

Guy Lodge, de Variety:

Este estudio agridulce sobre la amistad masculina (y quizás algo más) supone el regreso de un Dolan en forma (…) La película parece a la vez joven y madura, dulce y mejor pensada que sus últimas obras.

Steve Pond, de The Wrap:

Representa el regreso a los aspectos más interesantes con los que ha trabajado Dolan en el pasado (…) Reafirma su peculiar estilo cinematográfico, retomando sus puntos fueres y mientras les añade elementos nuevo y distintivos.

Luis Martinez, de El Mundo:

...es sencillamente un dolor. Por sobreactuado, incomprensible, antiguo y, lo dicho, banal.