Videoteca Tomatazos | La Hora Fatal (1940)

Uno de los momentos históricos más retratados en el cine de los Estados Unidos, es sin duda el de la Segunda Guerra Mundial. En los años del conflicto bélico, sobre todo cuando el país norteamericano se involucró, el cine de este corte proliferó con distintos fines, entre ellos el de la propaganda. Con el paso de los años, y tras ir descubriendo los horrores de la guerra, las películas aumentaron hasta tener una filmografía amplia sobre el tema.

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Sin embargo, en los años del ascenso del nacionalsocialismo en la Alemania de Adolfo Hitler, hubo una cinta que anticipaba lo que estaba por venir. Lanzada en 1940, antes de que Alemania y los Estados Unidos se declarasen la guerra, La Hora Fatal - 100% del estadounidense Frank Borzage se estrenó en México el 11 de septiembre de 1940 en el Teatro Iris. La película tiene en los papeles estelares a Margaret Sullavan, James Stewart y Robert Young.

Al inicio de la cinta, con un fondo que nos presenta nubarrones que se van acumulando, el narrador nos habla de cómo en el principio de los tiempos del hombre, éste construyó refugios para protegerse del viento y de la lluvia; sin embargo, con la evolución del mismo, se fueron desarrollando al interior de cada uno elementos tan poderosos como los de la naturaleza. El narrador nos advierte entonces que quizá haya que protegernos de la furia misma de la humanidad.

Reconocido por su cine melodramático, por sus historias donde el amor literalmente lo puede todo, La Hora Fatal es una de las películas indispensables de Frank Borzage. Si bien el amor está presente, es posible que éste no sea suficiente contra la tormenta que se avecina. Tormenta que al momento del lanzamiento de la película no conocía los horrores por venir, pero que los presagiaba. Es la cinta un documento invaluable cuando se ve en el contexto en el que se estrenó.

Conocemos entonces a la muy unida familia Roth, quienes se alistan para la celebración del cumpleaños del patriarca, el profesor Viktor Roth (Frank Morgan). A su lado su adorable y cariñosa esposa Amelie (Irene Rich), sus hijos sanguíneos Freya (Margaret Sullavan) y Rudi, y sus hijastros Otto (Robert Stack) y Erich (William T. Orr). La fecha es enero de 1933, el lugar, un pequeño pueblo universitario en el sur de Alemania y en las faldas de los Alpes. La alegría, el amor y la paz reinan en ese lugar donde la celebración del profesor Roth es todo un acontecimiento.

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En una de las escenas, que será presentada más adelante en forma de rima y tras los sucesos por venir, el profesor acude un tanto extrañado a su tradicional clase pensando que nadie se acordaba de su onomástico, hasta que de pronto y en un acto muy emotivo es sorprendido y felicitado por sus propios alumnos. Sin embargo, la sombra de esa tormenta que se nos presagiaba, llega en la parte final del cumpleaños. En una cena, donde además el pretendiente de su hija Freya da a conocer su compromiso con ella, una noticia en la radio interrumpe como un rayo la celebración. Adolfo Hitler ha ascendido al poder de Alemania; el nacionalsocialismo irrumpe en la vida de los alemanes.

A partir de esa notica la vida de la familia se ve partida. Los hombres jóvenes del núcleo son afectados por la pasión del movimiento encabezado por Hitler. La mano dura que tanto se les había prometido, es asumida por ellos con un patriotismo exacerbado. Fritz (Robert Young), el joven prometido de Freya, es uno de los más interesados en la causa. Su compromiso político es extraordinario, tanto, que ni siquiera pone en duda ninguna medida. Muchos de los jóvenes de ese pueblo asumen con fe ciega el nuevo rumbo del país. No sabemos si Viktor Roth es judío, y de hecho no se nos menciona –esto se entiende por el contexto en el que la película fue estrenada–, sin embargo, nos queda claro que no es de sangre “aria”.

El amor, ese motor dominante en la filmografía de Borzage, se nos presenta con el personaje de Martin (James Stewart), un joven granjero amigo de la familia Roth quien es el único que ve con recelo la pasión provocada por el clima político. Martin, además, ha estado siempre enamorado de su amiga Freya, quien también, como mujer, ve de manera inaudita lo que está ocurriendo.

La rima de la escena anteriormente mencionada es desgarradora. El profesor Viktor Roth acude una vez más a su clase, pero ahora frente a sus estudiantes ya uniformados y quienes ven con recelo sus enseñanzas. Roth es un científico que pone en duda la máxima del gobierno político en el poder; para Roth no hay una sangre dominante, lo cual hace que éste pierda popularidad por significar una afrenta a la misión del país.

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Llena de elementos desgarradores, con simbologías que se aprecian mejor con el paso de los años, La Hora Fatal - 100% se nos presenta como una película extraordinaria. La cinta nos deja en la antesala de los horrores que están por venir, con una sensación de desazón y de franca tristeza que es difícil dejar pasar. Sin embargo, y sin quererles revelar más de la trama y mucho menos del final, existen elementos que el propio Borzage coloca para hacernos pensar que a pesar de todo el final puede resultar distinto. Pareciera que el amor no es la solución frente al conflicto; sin embargo quizá ese no es el papel de ese sentimiento. Quizá el amor resulta al final el refugio que se nos mencionaba al principio de la película, el refugio más importante del hombre contra sí mismo.