El Vigilante | el México nocturno del que nadie puede escapar

El panorama actual en el cine mexicano parece estar claramente divido en dos vertientes, por un lado, la comedia que ha explotado el rubro comercial, mientras que las historias de seres comunes alcanzados por la violencia parecen ser las temáticas predilectas de las producciones independientes. El Vigilante - 85%, la ópera prima de Diego Ros, se inserta en el segundo grupo temático, cine de denuncia sugerida que además pretende ser el vehículo para elaborar un thriller de corte más naturalista, sin embargo, ha sido en el discurso y en su oficio narrativo donde esta propuesta se tambalea peligrosamente entre la línea de la verosimilitud dramática y el escepticismo ficcional.

Podría interesarte: La Libertad del Diablo y la caída de un país al abismo

Partiendo de un guión escrito por el propio Ros y con una marcada influencia de El Ángel Exterminador - 95% de Luis Buñuel, el relato se detona a partir de la ruptura en la cotidianidad de Salvador, un nombre que podría percibirse como una especie de presagio de lo que tendrá que hacer este hombre que se dedica a vigilar una obra en construcción a las afueras de la Ciudad de México, el cual es encarnado por un solvente Leonardo Alonso. El paraje rodeado de terrenos baldíos que significan la promesa de bienestar futuro para el desarrollo familiar se torna en un ambiente sórdido que amenaza la tranquilidad de Salvador cuando una noche en la que tiene un apuro especial por salir de su trabajo para acudir a un evento importante, se verá imposibilitado de abandonar la construcción debido a la sucesión de una serie de infortunados y curiosos sucesos; es en esta serie de desafortunados eventos donde El Vigilante pone a prueba su credibilidad narrativa en su intención por construir los tropiezos que tendrá que sortear Salvador, los cuales convertirán su noche en una experiencia extraña. Y es que, si bien algunos contratiempos parecen totalmente factibles, otros se aprecian como situaciones forzadas para extender el periplo del personaje.

Lee también: FICG 2018 | Mente Revólver: una frontera violenta con pocos tintes de esperanza

Como propuesta estética, Ros muestra un trabajo visual definido y un eficaz tratamiento de las atmósferas en la creación de la intriga y los momentos más espectrales donde lo “inexplicable” adquiere una vis truculenta al revelar que las atrocidades se ejecutan por personas de carne y hueso, aunque esta construcción sensorial no logra sostenerse a lo largo de los apenas 78 minutos de metraje gracias a un ritmo atropellado y lo disparejo que resulta su tono dramático. Por el contrario, es aplaudible la profundidad psicológica de Salvador que, acompañado de un convincente trabajo histriónico de Alonso, constituye lo que quizás sea el mejor aspecto del filme: un personaje que dudará de sus ideales ante los imprevistos sin perder por ello su humanidad; es en este punto donde el argumento de Ros encuentra también su mayor virtud, intentando ensayar en torno a esos pequeños momentos donde la rectitud y la honestidad podrían ser sacrificadas o, en otra línea de lectura, qué tanto estamos dispuestos a ceder en una sociedad gobernada por la corrupción y la impunidad.

Continúa leyendo: Todo Mal | el humorismo mexicano mal y de malas

Resulta un tanto desafortunado que la denuncia social y la visión comprometida de Ros no haya quedado del todo depurada: la camioneta abandonada con el cuerpo de un infante en las cercanías de la construcción, los policías mal encarados y corruptos, el tráfico de menores, la falsedad de las declaraciones para salvar “el pellejo” y la violencia urbana que cobra la vida de seres “anónimos” contextualizado todo ello en los festejos de la Independencia mexicana, abrían la posibilidad de crear una crítica más mordaz y contundente de la vorágine cotidiana a la que se enfrentan personajes comunes en un México que parece ser una dimensión desconocida, pero El Vigilante termina cediendo sus ambiciones a la construcción del thriller, uno bastante regular, por cierto, aunque quizás sea más afortunada como una aproximación a ese México nocturno, temerario y desconocido gobernado por sus propias reglas y del que nadie puede escapar.

El Vigilante fue galardonado con los premios de Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Morelia y el Festival de Cine de Los Ángeles en 2016.

---------------------------------------
También podría interesarte:
Tuya, Mía... Te la Apuesto | Un tiro penal que falla y se va por arriba de la portería