El Diablo Viste a la Moda: el verdadero villano es la cultura laboral tóxica, revela escritora

Han pasado 15 años desde que se estrenó El Diablo Viste a la Moda (75%), una cinta importante en la carrera de Anne Hathaway que fue parte de su transición de las comedias adolescentes a los dramas y otros géneros un tanto más profundos. La película llegó poco después de Secreto en la montaña (87%), en donde el personaje de Anne tuvo sus primeros pasos dramáticos que lograron acaparar la atención de muchos.

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Hace apenas un par de semanas, con motivo de la celebración de su aniversario, se revelaron algunos detalles detrás de la producción, como el hecho de que Hathaway no era la favorita para el papel, pero con su insistencia y el apoyo de Meryl Streep logró conseguirlo. La cinta abarca el tema de cumplir tu sueño laboral, demostrando que no es un camino fácil; a grandes rasgos busca señalar que no vale la pena perderlo todo con tal de conseguir tu trabajo ideal.

Pero a pesar de ello, sigue estando presente que después de todo lo que vivió en aquella editorial de moda, la protagonista consiguió madurez y se reintegró al camino correcto, dando a entender que así deben ser las cosas. Sin duda, la cinta, por más comercial que parezca, tiene muchas cosas en las que se puede reflexionar, como el hecho de que el novio de Andy no es empático y sólo piensa en sí mismo, o que sus amigos la critican por darle prioridad a sus deberes, pero aún así reciben con emoción sus regalos.

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Ahora ha surgido otra reflexión acerca del villano de la película de David Frankel, que no es necesariamente Miranda Priestly. La escritora independiente Lindsay Lee Wallace, hizo un análisis acerca de la cultura laboral tóxica (el verdadero villano) que evidencia El Diablo Viste a la Moda, en donde la protagonista piensa que el verdadero triunfo en su trabajo es dar su vida por el mismo más allá del vestuario costoso.

El hecho de que sea más importante ser asistente personal de Miranda – lo que implica solucionar problemas fuera de su horario de trabajo y cumplir con los caprichos de los hijos de su jefa – que vivir una vida tranquila, sólo deja en evidencia el ideal que se tiene sobre el éxito. El famoso “si no es difícil, entonces no lo vale”. Dentro del texto de Wallace, queda claro que estamos acostumbrados a pensar que para ser exitoso es necesario sufrir.

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A pesar de que la protagonista termina dejando plantada a su jefa, es ella misma la que tiene que ver con que consiga “el trabajo de sus sueños”. Si no hubiera sido por su recomendación, ¿Andy habría sido contratada como editora del Respectable Journalism Weekly? Entre líneas, la cinta estaría insinuando que, si no se hubiera sacrificado, entonces no habría llegado hasta donde lo hizo.

Desgraciadamente, el ideal del trabajo de tus sueños, hace que se normalice la explotación. Se piensa que hay que dejar muchas cosas de lado para alcanzar el éxito. Si bien es cierto que todo requiere un gran esfuerzo, es importante hacer notar que no precisamente debe haber de por medio sacrificios familiares o simplemente personales.