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Clasismo y racismo en México, el caso de Yalitza Aparicio

Yalitza Aparicio es una actriz que se ha enfrentado al lado más terrible de México. En este artículo abordamos su trayectoria, los ataques en su contra y la realidad sociocultural de un país que odia a los morenos

Yalitza Aparicio es una de las actrices con mayor influencia en los últimos dos años. Con un solo título en su carrera, podemos decir sin pena que ha logrado más cosas que muchos de los actores que llevan años en la industria del cine mexicano. Con voluntad de acero y palabras firmes, la oaxaqueña de 26 años se ha abierto paso por todo tipo de situaciones tan maravillosas como complicadas. Pero mientras que en el extranjero fue alabada por su actuación en Roma (99%), en su país natal solo encontró discriminación y ofensas. Este es el caso de Yalitza, estrella de piel morena en el México racista y clasista.

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Yalitza Aparicio Martínez nació el 11 de diciembre de 1993 en Tlaxiaco, Oaxaca. No tenía aspiraciones vinculadas al mundo del cine, su sueño fue ser maestra y lo cumplió. Durante un tiempo se dedicó a la enseñanza preescolar en su tierra natal, sin embargo, tuvo que dejar el puesto debido a ciertos conflictos del tipo sindical. Nunca pensó que la vida le daría la oportunidad de convertirse en la gran influyente que es el día de hoy, todo gracias a un casting inesperado.

Edith Luna Aparicio fue quien convenció a su hermana Yalitza de participar en el casting de Roma, la película de Alfonso Cuarón (Gravedad (96%), La Princesita (97%), Harry Potter y el Prisionero de Azkaban (91%)) en la que retrató el amor que siente por el México que lo vio crecer y en el que toma un papel central Cleo, la joven empleada doméstica que encarna a Liboria, la verdadera nana del cineasta. Yalitza fue quien llamó a Cuarón con su forma de ser y talento latente, no hablaba mixteco, pero lo aprendió para la película y los resultados fueron grandiosos.

En Camino a Roma, el documental de la cinta, podemos descubrir todos los secretos sobre su rodaje. Se trata de un material en donde observamos el desarrollo de Yalitza en el set, ambiciosamente dirigida por Alfonso Cuarón en una de las producciones mexicanas más influyentes de todos los tiempos. Aparicio se convirtió en la primera mujer indígena en ser nominada al premio Óscar en la categoría de Mejor Actriz, triunfó en los premios de la Asociación de Críticos de Cine de Chicago, en los premios Critics Choice, en los premios Gotham, en los premios de Cine de Hollywood, en​ los Gotham, entre el Círculo de Críticos de Cine de San Francisco, en los premios Satélite y muchos más.

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Yalitza Aparicio se transformó en una estrella internacional de la noche a la mañana y con justa razón. En 2019 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad por la UNESCO y fue incluida en la lista de las 100 mujeres más influyentes e inspiradoras del mundo por la BBC, compartiendo sitios de honor con otras grandes artistas, activistas, científicas, políticas y deportistas. Aparicio también se ha pronunciado a favor de los derechos de las mujeres, haciendo especial énfasis en los pertenecientes a las trabajadores domésticas

Tal y como hemos apuntado, Yalitza Aparicio se mantiene como una figura relevante del cine mexicano. Desde 2018 ha impresionado al público internacional y tenemos la certeza de que su legado se mantendrá vivo durante mucho tiempo. Pero no todos los mexicanos están felices por el éxito de la actriz, y desde el estallido de su fama también se ha convertido en el blanco de ofensas y otros palabras cargadas con odio.

México es un país racista y clasista, y quien diga lo contrario es porque vive muy alejado de la realidad. Se trata de un problema cultural que nuestra sociedad lleva arrastrando por siglos y cuyo destino debe ser la extinción. El racismo y clasismo en el país deviene en parte del sistema de castas surgido en el México colonial, cuando el Virreinato de la Nueva España comenzó a ser habitado por pieles de todos los colores. Se inició la asociación de los blancos con la belleza y la riqueza, y de los morenos y negros con la pobreza y la fealdad.

En el tiempo actual nos seguimos topando con el racismo y el clasismo, individuos que denigran a las pieles morenas por considerarlas pobres o inferiores. Lamentablemente somos bombardeados de manera constante por una industria del entretenimiento y publicitaria que ama la piel blanca y no le interesa hablar sobre la diversidad del país porque “eso no vende” (un pretexto muy escaso de visión a decir verdad). Federico Navarrete, profesor del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM lo expuso para Gaceta UNAM de forma contundente: “Deseamos el blanqueamiento de los indígenas, pero jamás la indigenización de los blancos”.

Los indígenas son uno de los grupos más discriminados en México y Yalitza Aparicio fue víctima de lado terrible de sus compatriotas tras el éxito de Roma. La actriz apareció fulgurosa en las portadas de importantes revistas internacionales y nacionales como Bad Hombre, Chilango, Quién, Forbes, Estilo DF, Marie Claire, People, The Hollywood Reporter, Vanity Fair, Vogue y The Wrap. Su éxito mundial despertó la vena más hostil de cientos de miles de mexicanos que todavía cargan con los prejuicios que absorbieron desde la infancia.

Todos recordamos el “pinche india” de Sergio Goyri dedicado a Yalitza Aparicio; el blanqueamiento realizado a la piel de la actriz para la portada de la revista ¡Hola! en febrero del año pasado; el escándalo sobre el grupo de actrices mexicanas que supuestamente conspiraron contra ella; el presunto complot de los Premios Ariel para no reconocerla como ganadora; y los usuarios de las redes sociales escribiendo comentarios que engloban la siguiente idea deleznable: “Ella actúa como sirvienta porque esa es su realidad”.

Los insultos hacia Yalitza fueron innumerables y penosos, lo siguen siendo, demostrando el racismo puro que se vive en México y que tanto cuesta eliminar. Para quienes atacan a Yalitza y no entiendan sus propios motivos, Natividad Gutiérrez Chong, socióloga e investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, lo responde con facilidad para El Financiero:

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Ésto existe porque el o la racista tiene temor de que el otro, en este caso una indígena, le quite algo que, por ser blanco, cree que le pertenece. Asimismo, el racismo es un freno a la movilidad social de los de abajo, es un freno al éxito a los de abajo. Por ello hay tantas descalificaciones. [...] Cuando los españoles llegaron, sometieron a las mujeres nativas y su condición se redujo a la domesticidad, así, pensar que sólo las indígenas pueden estar haciendo trabajo doméstico es la interiorización del pensamiento en la psique.

Las oportunidades para las pieles morenas y blancas en México son muy diferentes, así lo demuestran los estudios del INEGI. ¿Un cambio de generación y un despertar consciente son lo que el país necesita para deshacernos de los prejuicios y finalmente entender que el color de piel no debe generar diferencias? La supremacía blanca es una idea que debe ser erradicada. Por fortuna, Yalitza Aparicio ha dejado muy atrás a quienes sufren con su éxito, así lo escribió en su artículo para The New York Times a finales de mayo:

Una mujer indígena no era una digna representante del país, dijeron algunos. Fue difícil para mí ver y escuchar este tipo de declaraciones. Finalmente, estas discusiones destacaron la importancia cultural y política de la diversidad en la sociedad, el arte y los medios de comunicación. Estoy utilizando mi activismo recién descubierto para mejorar las condiciones sociales en México, defender la igualdad de género y promover la diversidad siempre que pueda.

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