Un político japonés se disculpa por acusar al anime de influenciar a un asesino serial

Es difícil tratar de comprender las razones detrás de atroces y extraños crímenes. La aparición de los asesinos en serie se volvió un tema que sigue siendo analizado y poco comprendido. La idea de que una persona decida simplemente dedicarse a matar va en contra de nuestro propio sistema moral, personal y social y es natural buscar culpables que le den un cierto sentido a todo ese caos; sin embargo, hay muchas veces que las acusaciones toman un giro algo absurdo que fomenta ideas en extremo conservadoras y terminan por alimentar tendencias sin fundamento.

Desde siempre se ha criticado a la animación japonesa. Su auge en occidente, provocó muchas discusiones por el hecho de que fueran caricaturas, usualmente asociadas con los niños, pero que trataran temas de adultos, violentos y de corte sexual. El público comenzó a mezclar terrores de que los pequeños veían pornografía japonesa o de que tal violencia podría servir como inspiración para algunas personas, mismas acusaciones que ha sufrido por años el mundo de los videojuegos, aún cuando se ha comprobado lo contrario.

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Japón es conocido por ser un país bastante ordenado y seguro, pero eso no lo libra de crímenes terribles, aunque definitivamente algo raros en su población. Hace poco se arrestó al asesino serial Takahiro Shiraishi de 27 años, culpable de al menos nueve asesinatos, que incluían a mujeres con antecedentes de suicidio, aunque finalmente sólo se le acusó de uno. Por supuesto, su historia se volvió noticia internacional, pues el público necesitaba una explicación de lo ocurrido.

Según ComicBook.com, un político japonés de nombre Ichita Yamamoto comentó en su momento que habría que cuestionarse si el asesino fue influenciado por los videojuegos y las animaciones repletas de violencia. Yamamoto es miembro de la Casa de Concejales y es conocido por no perder la oportunidad de charlar sobre política, a pesar de las críticas. Estos comentarios fueron hechos en el programa Shin Hodo, donde también explicó que él considera que los medios podían ser una gran influencia para los criminales que ya no pueden distinguir entre la realidad y la ficción. Además de que en muchas animaciones se ven crímenes de todo tipo de manera explícita, lo que podría servirles de inspiración.

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Yamamoto también dijo que hacer un monitoreo de redes, para saber qué ve cada persona, podría servir para evitar este tipo de crímenes. Sus comentarios se volvieron virales y fueron criticados a nivel mundial. Eventualmente, el político se disculpó aclarando que no se había expresado bien y que él mismo era un fan del anime y el manga. Su punto de vista no es ni extraño ni nuevo, pues a lo largo de los años este tipo de animaciones han sido duramente criticada y hasta censuradas en diversos países; incluso, algunos proyectos han sido prohibidos de manera definitiva por la forma tan directa de mostrar crímenes de corte sexual y una violencia inigualable que sólo la libertad del género permite.

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