RESEÑA | Háblame: deja entrar a estos espíritus

Aunque el género de terror es de lo más consumido alrededor del mundo, las ofertas no siempre están a la altura de las expectativas de la audiencia, y es por eso que algunas productoras han decidido mirar a otros formatos para atraer a nuevos artistas. Háblame - 96% es la primera película de los hermanos Danny Philippou y Michael Philippou, más conocidos en el mundo de YouTube por su página RackaRacka, y aunque este antecedente parece ideal para entrar en este medio, algunos podrían pensar que su ópera primera implicaría un montón de material reciclado o poco interesante que serviría más al estatus de su canal que a la industria del cine para la que no es fácil aportar algo realmente nuevo. Por suerte, este primer acercamiento demuestra que tienen lo necesario para hacerse de una larga trayectoria.

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Se dice que los hermanos Philippou rechazaron una oferta de DC para dirigir una de sus adaptaciones secretas, y es que ellos comenzaron a idear una propuesta de terror que querían explorar primero. Si este es el caso, los amantes del género pueden estar agradecidos con la decisión, pues en vez de dejarse llevar por la corriente comercial, los directores decidieron ser leales a su propia visión y Háblame será la gran prueba de esto, así como la obra con la que ellos mismos deberán competir una y otra vez si es que se dedicarán de lleno a la dirección de este tipo de películas. El interés por esta cinta comenzó a finales del año pasado cuando se promovió en varios festivales especializados, pero ahora que por fin llega a salas comerciales el público comprenderá mejor por qué es uno de los títulos que no se debe perder esta temporada.

¿De qué trata Háblame?

Háblame - 96% nos cuenta la historia de Mia (Sophie Wilde), una joven que perdió a su madre hace un par de años y no tiene una buena relación con su padre. La única conexión emocional fuerte es la que tiene con su mejor amiga Jade (Alexandra Jensen), su hermano menor Riley (Joe Bird) y su madre Sue (Miranda Otto), quien siempre la recibe con gusto en su núcleo familiar. Mia busca emociones de todo tipo para distraerse de su terrible pérdida, pero también para evitar una conversación incómoda y necesaria sobre las circunstancias alrededor de la muerte de su madre. Esto la lleva a querer descubrir y experimentar el misterio detrás de una serie de videos sobre chicos que parecen ser poseídos luego de tocar una extraña mano de cerámica. Como suele suceder en el género, este camino llevará a la protagonista a enfrentar esas cosas que prefiere negar y pondrá en riesgo su sanidad mental y sus relaciones más importantes.

A primera vista podría decirse que esta historia ya la hemos visto antes en el terror y ciertamente Háblame parece seguir ciertos clichés que podrían preocupar a los más conocedores. Por ejemplo, está la muerte de la figura materna, la destrucción de la familia convencional, el esperado triángulo amoroso entre su mejor amiga y su ex-novio. Incluso tiene como centro a un montón de adolescentes irresponsables que sacuden algo que no debieron tocar en primer lugar y que tratan como si fuera un escape divertido y no un peligro potencial. Sin embargo, todas estas tendencias que vemos a lo largo de la cinta funcionan bien para traer cierta familiaridad a la historia que los directores logran renovar una y otra vez, generando genuina sorpresa e incertidumbre, especialmente hacia su tercer acto que se desenvuelve de manera orgánica y fiel a la trama.

Las escenas donde los jóvenes se dejan poseer por unos segundos son el punto fuerte de la película, pues además de contar con gran ingenio para su filmación a nivel técnico, también nos hablan un poco de esta nueva generación sometida a las redes sociales y a buscar retos más peligrosos para poder sentir algo real en un mundo que los ha bombardeado desde pequeños con todo tipo de material audiovisual, bueno, malo y macabro. De esta forma, todo el proceso que deben seguir para ser poseídos: tomar la mano, entablar una conversación y darle permiso al espíritu en cuestión para entrar a su cuerpo, se visualiza casi como las escenas de drogas en Trainspotting: Sin Límites - 89% o Réquiem por un Sueño - 78%, donde ver cada paso es indispensable para comprender el vacío que sienten estos protagonistas y lo fácil que olvidan las consecuencias de sus actos por unos segundos de falsa conexión.

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Un final que sacude al público

Puede que la historia siga el camino a una resolución más o menos conocida, pero lo hace de una manera impecable. Desde los primeros minutos se deja en claro que los directores no tienen miedo de cruzar ciertos límites sin necesidad de exponerse demasiado en las escenas que requieren más violencia, sea explícita o implícita. Aquí entra la habilidad para los efectos prácticos que ya es bien conocida por los fans de su canal y que en este caso logra elevar mucho estos momentos que se convertirán en un referente para nuevos creadores de cine independiente. Y es que la mayor virtud del planteamiento es que, a pesar de tener a adolescentes como protagonistas, la trama no subestima nunca al espectador para cumplir con el susto fácil o con una ambientación más superficial para apelar a estas edades.

Háblame - 96% busca agitar a las audiencias desde el comienzo, y logra mantener ese ritmo elevando las expectativas con cada giro en la trama que no precisan de un exceso de análisis de parte del espectador porque están bien planteados y respetan la evolución de los personajes. De esta forma, la cinta también le da un giro muy interesante a las historias de posesión demoníaca al alejar por completo la naturaleza de la fe para dejar a cargo algo mucho más existencialista que termina por imponerse de manera sorprendente en los últimos minutos de la cinta. Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los títulos más interesantes del año y uno de los más ambiciosos de la última década. El mayor reto para los directores será estar a la altura de las necesidades de una franquicia, pues la secuela ya fue aprobada y ahora su evolución dependerá de cómo decidan manejar el canon que utilizaron de manera sutil y eficiente en esta película que se mantiene de pie por sí sola.

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