Muchas personas sueñan con convertirse en superhéroes, verlos utilizar sus increíbles poderes o sus abundantes millones nos inspiran a querer afilar nuestras capacidades y ser la mejor versión de nosotros mismos, pero ¿un superhéroe es un buen modelo a seguir? Depende de quién estemos hablando. El mundo está repleto de ellos, abundan en las historietas, en el cine, en la televisión, en las series y en los libros. Aunque muchas formas de entretenimiento los abordan, las más populares siempre terminan siendo aquellas que complazcan nuestro sentido visual, observar la espectacularidad de esos personajes en la pantalla grande es una experiencia que ha tomado fuerza en los últimos años, pero más allá de las capas, los trajes pomposos y las fabulosas capacidades ¿qué ocultan los superhéroes más populares del mundo en su interior? La psicología tiene mucho para responder.
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Desde que Disney compró Marvel y desde que Warner se decidió a crear un universo para los personajes de DC, tenemos más películas de superhéroes todos los años. En el pasado ya habían sido producidas muchas cintas del género, pero ahora la oferta y demanda han aumentado por los cielos. Todo mundo aguarda con emoción el siguiente proyecto, el siguiente nombre que saltará a la gran pantalla para dejarnos impactados con sus hazañas.
Por un lado, los personajes Marvel se han caracterizado por ser ligeramente más planos que los de su competencia, en el cine se les ha retratado de esa manera. Disney ha optado por crear superhéroes más enfocados en solucionar los dilemas que aquejan al mundo siempre acompañados con un toque de humor. Si en algo se distingue Marvel Studios es que sabe montar buenos ratos de entretenimiento sin hacer demasiado énfasis en los conflictos internos que puedan atormentar a los protagonistas.
Por otro lado, las películas e historietas de DC sí que profundizan en el dilema externo pero también en lo que guarda el personaje. A lo largo de su historia hemos podido conocer los traumas de muchos de ellos, las experiencias que los han marcado y que los definen. Todos son lo que son por lo que han vivido, por las decisiones o encrucijadas que han tomado, exactamente igual a lo que vivimos los humanos en el mundo real.
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Aunque los superhéroes pueden ser considerados como roles a seguir, debemos admitir que muchos de ellos, sobre todo en DC, han pasado por suficientes traumas que ponen en duda su buena salud mental. Esta característica crea personajes voluminosos, así es, pero tal vez no sea tan buena idea soñar con tener una vida como la que ellos tienen.
En esta época donde muchos buscan la sanidad en cada aspecto de su vida, la figura del superhéroe se encuentra lejos de alcanzar tal cometido. A continuación, te presentamos una lista de superhéroes y antihéroes DC acompañada de una breve explicación y diagnósticos concedidos por el psicoanalista John Foster Elliott sobre los trastornos con los que lidian (vía Bleeding Cool).
Superman
Clark Kent es un dios en la Tierra, pero también posee las debilidades de un humano. Foster señala que al ser adoptado, Superman ha desarrollado un tipo de desorden de apego, lo cual bloquea la intimidad con patrones de comportamiento, todo por su temor a la pérdida. Su identidad como Superman es una creación hecha para ocultar la inseguridad y cualquier tipo de herida suscitada por su complejo. Saber que no es una persona de la Tierra es algo que le provoca mucha frustración. Diagnóstico final: trastorno de adaptación con alteración mixta de las emociones, trastorno de apego.
Batman
A pesar de su imperio multimillonario, sabemos que Bruce Wayne no ha tenido las cosas fáciles. La tristeza del caballero oscuro procede inevitablemente de la pérdida parental, esta experiencia fue la que lo terminó definiendo como superhéroe, pero todo ese dolor reprimido también se convirtió en agresión e ira. Bruce no quiere ser visto como alguien débil o vulnerable, además rechaza a cualquiera que lo mire con un poco de compasión; también tiene serios problemas con la autoridad, es decir, puede formar parte de un equipo siempre y cuando él tenga el mando o de lo contrario partirá por su cuenta. Diagnóstico final: trastorno depresivo mayor, trastorno obsesivo-compulsivo, rasgos disociativos.
Mujer Maravilla
La longevidad puede ser un regalo pero también una maldición y ese es el tormento de Diana Prince. Su naturaleza semi-divina la han hecho enfrentarse a la pérdida una y otra vez, ella permanece y lo continuará haciendo, una y otra vez atestiguará la muerte de todos aquellos a los que ama. El fallecimiento de su hermano Jason en los cómics la ha convertido en una persona aislada, atravesará un complicado proceso de depresión e ira que sería muy interesante de ver en el cine. Diagnóstico final: trastorno depresivo por duelo.
Harley Quinn
Herleen Quinzel trabajaba como psiquiatra en el asilo de Arkham pero padeció el síndrome de Estocolmo definitivo cuando el Joker llegó a su vida. La facilidad con la que cayó en las redes del supervillano señalan que ya existía un trastorno previo, comenzó a verlo como el amor de su vida y como alguien invencible aceptando sin chistar todos los malos tratos que recibía. Algo que vivió en su pasado la hizo conectar con el Guasón, algo oscuro y desconocido. Diagnóstico final: trastorno esquizoafectivo no especificado.
Booster Gold
Michael Jon Carter alias Booster Gold es conocido por ser un personaje que se convirtió en superhéroe solo para obtener fama y fortuna, en sus inicios fue presentado como un hombre egoísta, engreído y vanidoso pero con la llegada de algunas tragedias a su vida comenzó a tomar la forma de un héroe verdadero. Booster Gold padece ansiedad, le da demasiada importancia a su imagen, también tiene serie conflictos con la autoridad y le aterra mostrar su intimidad. No obstante, Michael todavía es capaz de sentir compasión y de alguna manera busca redimir su camino. Diagnóstico final: rasgos sociópatas y narcisistas.
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