Político australiano acusa al anime de sexualizar a los menores

El anime una vez más está siendo atacado, pero esta vez no se debe al pánico satánico de mamás latinoamericanas, sino a un senador australiano que quiere llamar la atención de las autoridades del país para que consideren prohibir algunas de las polémicas obras provenientes de Japón que promueven la «explotación infantil».

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La popularidad del manga y el anime es enorme en casi todo el mundo, cuenta con una variedad tan grande de historias y temas como casi cualquier otra forma narrativa que exista, y uno de sus géneros es la pornografía, ya sea que involucre solo adultos o menores. Esta última variedad de pornografía está prohibida en gran parte del mundo, incluso si se trata de dibujos animados, pero el senador Stirling Griff no solo busca atacar los animes que explícitamente muestren relaciones sexuales, sino otros que pongan a menores en situaciones sugestivas con adultos.

El anime en general parece estar ligado indiscutiblemente a los rasgos infantiles, el presentar a sus personajes con ojos grandes y bocas pequeñas, aun si en la ficción son mayores de edad, es algo que podría ser interpretado como pervertido. Pero el senador es un poco más específico al referirse a las producciones y lo que muestran (vía IGN):

Niños de ojos grandes, usualmente en uniformes escolares, involucrados en poses y actividades sexualmente explícitas, y frecuentemente siendo abusados sexualmente.

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De acuerdo con IGN Latinoamérica, el anime que llamó la atención del senador sobre el tema fue EroManga Sensei, con temas como el incesto y algunas escenas que Griff calificó como perturbadoras. Su intención es que la Junta Australiana de Clasificaciones escuche sus exigencias, clasifique como pornografía infantil al anime y manga que retrate dichas situaciones y lo prohíba.

El anime en cuestión, EroManga Sensei, trata sobre un joven escritor de novelas ligeras que logra triunfar gracias a la colaboración de un socio anónimo que dibuja escenas pervertidas. Las cosas cambian radicalmente para el protagonista cuando descubre que su hermana menor es el socio anónimo que dibuja las escenas pervertidas, a partir de que descubre ese secreto su relación pasa a otro nivel que algunos consideran incestuoso.

A pesar de que el senador australiano es el más reciente en señalar este problema con el anime, no es la primera vez que ocurre, en 2017 fue publicado un documental de la BBC titulado Young Sex For Sale in Japan, de la periodista británica Stacey Dooley, donde muestra la sexualización de menores en el país asiático, reflejado en gran medida en sus caricaturas. Hace algunos años el mundo se enteró de una empresa japonesa que crea muñecas sexuales que representan niñas, las cuales son compradas por pedófilos para satisfacer sus deseos. El fundador de dicha empresa aseguró que sus muñecas sirven para que los pedófilos cumplan su deseo por menores sin lastimar a nadie (otros lo consideran como una normalización de la pedofilia).

No sería correcto generalizar y decir que todo el manga y anime es pervertido y promueve la pornografía infantil, pero sí es un tema que no se debe ignorar y que debe ser tratado con seriedad. En países como México, Canadá, Argentina, España, Rusia y muchos más, la pornografía infantil está prohibida incluso cuando solo son dibujos, pero en Japón solo es prohibida cuando se trata de pornografía con niños reales.

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Pero más allá del anime pervertido, un problema mucho más urgente es combatir la pornografía infantil real, de la cual México es responsable de producir un 60% de la que se distribuye por todo el mundo. En 2016 la organización Guardianes reveló este dato y desde entonces hasta la fecha muy poco se ha hecho para frenar este crimen de lesa humanidad.