Eli Roth llamó la atención de los fans del terror gracias a Cabin Fever, cinta donde un grupo de adolescentes se ve consumido por la paranoia y la enfermedad. Con este trabajo, el director dejó en claro su interés por el gore y los jóvenes desinteresados y confiados que ya son costumbre en el género. Luego de esta obra, Hostal - 61% lo convirtió en un creador muy popular gracias al respaldo de Quentin Tarantino y la oferta que promovía para fomentar el gore realmente explícito. Luego de pasar varios años enfocándose en producir otros proyectos, Roth regresa al camino de la sangre y la carne con Viernes Negro - 86%, título que rápidamente se convertirá en un clásico de temporada.
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El origen de 'Viernes Negro'
Cuando Quentin Tarantino y Robert Rodriguez se unieron para hacer el proyecto Grindhouse - 83% como homenaje a las cintas de explotación de antaño, ambos decidieron recrear en lo posible la experiencia de esos tiempos y pidieron a varios directores que trabajaran cortometrajes en el tono de este género. Fue aquí donde nació el cortometraje de Thanksgiving de Eli Roth que llamó tanto la atención del público y se volvió una constante para muchos que esperaban ver una película real. Por muchos años, Roth dijo que sus mejores muertes estaban en este pequeño trabajo, así que no había más que ofrecer, pero pronto tuvo algunas ideas para hacer un largometraje en forma.
Tras varios años buscando el mejor camino para su historia y escribiendo varios borradores, Roth finalmente obtuvo luz verde para producir la película que se hizo en poco tiempo y con la confianza de que estaría lista para el Día de Gracias en Estados Unidos. Aunque el director sí quería hacer una crítica sobre cómo este día tan importante se ha reconfigurado para dar paso al consumismo, él sabía bien que su propuesta debía mantenerse en una línea más violenta para darle gusto a los fans y, en muchos sentidos, a él mismo como creador cuyos primeros pasos en la industria se acompañaron de litros de sangre, tripas, sexo y hasta canibalismo.
El falso tráiler simplemente mostraba a un asesino en serie matando a jóvenes promiscuos y víctimas indefensas, tal y como dicta la tradición del slasher, pero por muy divertido que fuera este espectáculo, no podía sostener un largometraje sin una premisa más clara. Para la película, Roth decidió criticar la sociedad del consumo, desde las compras hasta la forma en la que nos relacionamos con las redes sociales, pero dejando en primer plano el camino de venganza de un asesino que se convertirá en un icono entre los conocedores.
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¿De qué trata 'Viernes Negro'?
La película comienza en la tarde del Día de Gracias, momento en el que algunas familias se preparan para la gran cena y otros invaden las tiendas departamentales para aprovechar los descuentos de temporada. Jessica (Nell Verlaque) es hija de un magnate que puede disfrutar tranquilamente de la noche mientras sus empleados deben enfrentar a la gente enloquecida por las compras. La joven termina acudiendo a la tienda con sus amigos, y es aquí cuando el infierno se desata y conecta su historia con la de Eric Newton (Patrick Dempsey), sheriff del pueblo que es testigo del desastre.
Este inicio, por cierto, es memorable en el caos que propone en parte realista y preocupante, y en parte exagerado y revoltoso. En estos primeros minutos está la clave para el resto de la cinta a nivel narrativo, pero también a nivel técnico, pues el director logra superarse con cada muerte, lo que dice mucho de este punto de partida. Un año después de este trágico evento, el pueblo de Plymouth se prepara para un nuevo Día de Gracias, pero las festividades no volverán a ser igual cuando un asesino comience a cazar a todos los involucrados en ese catastrófico día. Por supuesto, Jessica y sus amigos son los invitados de honor, pues el asesino tiene reservado algo muy especial y violento para ellos, iniciando así una masacre sin igual.
‘Viernes Negro’ da nueva vida a los slashers
Toda una generación creció con películas como Scream: Grita Antes de Morir - 78%, Sé lo que Hicieron el Verano Pasado - 36% y Leyenda Urbana que seguían los pasos de clásicos como La Masacre de Texas - 88%, Halloween - 94%, Viernes 13 - 58% y Pesadilla en la Calle del Infierno - 94%, pero las propuestas de hace años se enfrentaron a un obstáculo muy complicado, pues las cintas necesitaban aprovechar la emoción de los más jóvenes y debían sacrificar varios aspectos interesantes para no perder su accesible clasificación. Por suerte, Eli Roth no tenía interés en seguir esos pasos, y aunque su película mantiene el ritmo y las mejores cualidades de este subgénero, nunca olvida que es para adultos, y en ese sentido aprovecha cada gota de sangre y vómito que ofrece.
Para que un slasher funcione bien debe cumplir con tres cosas: un asesino despiadado que también es la representación de una crítica, muertes muy originales, y una chica final que debe alejarse las convenciones. Viernes Negro cumple con todo esto al ofrecernos la imagen de John Carver como máscara que usa el asesino, y es que este personaje se relaciona con los primeros colonos en Estados Unidos y marca muy bien la dualidad de la tradición que pide reconocer la importancia del Día de Gracias y el consumismo que ha absorbido esta fecha dedicada a recordar las cosas por las que estamos agradecidos en nuestra vida. Gracias a esto, los asesinatos son gloriosos, divertidos y muy sangrientos, pues se basan en los elementos clásicos de esta festividad, incluyendo la brutal escena de una cena con un pavo… peculiar que sigue muy bien lo que se presentó en el corto falso original.
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Tal vez el punto más débil es la actuación de nuestra chica final, pero curiosamente eso no es tan importante, pues el contexto en el que se desenvuelve su personaje funciona muy bien y la deja como representación del equilibrio que se debe encontrar entre la tradición y el consumismo. El grupo de jóvenes tiene gran química, son divertidos y logran ir más allá de los clichés del género, pero presentando ciertas actitudes familiares para no perder la costumbre y que el público pueda sentirse cómodo en ese mundo casi de inmediato. Esto quiere decir que la audiencia sí encontrará al patán y a la chica de fuerte moral, pero sin repetir tendencias pasadas de moda como “el deportista” y “la virgen”.
Esto hace que Viernes Negro tenga mucho valor entre los fanáticos del terror, pues presenta personajes de la generación TikTok con un estilo de antaño que va a satisfacer a todas las partes. De igual forma, la crítica es interesante, pero tampoco se le toma con tanta seriedad como para ser una pobre calca del horror psicológico que se ha popularizado en los últimos años. Sí, el consumismo es peligroso, desalmado, y saca lo peor de cada uno, pero no es necesario presentarlo dentro de una alegoría elevada, pues un viaje de venganza basta para entender la ironía que rodea esta festividad.
Luego de intentar abordar el horror infantil con La Casa con un Reloj en sus Paredes - 67%, y de dedicar más tiempo a la producción, Eli Roth demuestra que no ha perdido el toque y cumple su meta de entregar un slasher original que marque a una nueva generación, tal y como sucedió con los trabajos de Wes Craven. Lo mejor de todo es que Viernes Negro también logra hacer referencias a villanos clásicos y sus respectivas aportaciones al género, como el POV de Myers al principio de Halloween y los sueños de estrés postraumático de Pesadilla en la Calle del Infierno, de tal forma que los conocedores podrán apreciarlas y los que no están al tanto podrán interesarse en descubrir la historia de estas figuras que cambiaron al cine para siempre.
Con Viernes Negro, el espectador pasará por todas las fases del horror, incluyendo el asco y la impotencia, pero sin dejar de lado la diversión que también pueden ofrecer este tipo de historias con una premisa simple que sabe cuándo tomarse en serio, cuándo debe dejar respirar a la audiencia, y cuándo está lista para la siguiente y brutal embestida visual, reflejo del conocimiento técnico de Roth detrás de cámaras, pero, principalmente, de la pasión que siente como fanático de estas obras.
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