METE-CRÍTICA| Metallica 72 Seasons en cine, la música salva el día

La trascendencia y trayectoria de Metallica, con todo y sus portentosos alcances creativos que han marcado a generaciones e influenciado a una interminable cantidad de artistas, además de su postura ante los aspectos comerciales, sus enfrentamientos con la industria y hasta el grado de tragedia que los marcó en su momento, la convierte en uno de los arquetipos por excelencia de las bandas de rock y metal.

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A lo anterior hay que agregarle que si algo siempre han sabido hacer, es no solo adaptarse a la época, sino sacar provecho de las posibilidades que ofrece en la cuestión de negocios, y si se lo proponen, hacer de cada uno de sus proyectos un verdadero evento, independientemente de sus características. Tal y como sucede ahora con el estreno en cines de Metallica 72 Seasons, que parecía buena oportunidad para aprovechar al menos un poquito más la estructura y la narrativa propias de la pantalla grande, así como los formatos documentales y similares, pero en cambio solo se plantea como un escueto recorrido por los tracks de dicho nuevo álbum, con pequeños comentarios antes de cada video -los cuales tampoco son precisamente sobresalientes-, y que en realidad sabe a poco con respecto a las expectativas.

Sin embargo, al escuchar por separado a Lars Ulrich, James Hetfield, Kirk Hammett y Robert Trujillo, compartiendo particularidades de cada uno de los temas, aparecen líneas interesantes que conectan con los armados visuales que en este caso les acompañan y compensan la experiencia. Y es que más allá de lo que a final de cuentas no es más que la superposición de imágenes, efectos de luz y explosiones de formas, en secuencias más pretensiosas que sugestivas, está su música y Ia potencia que no se ha extinguido.

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Por que cuando hablan de la génesis de las composiciones entre el nuevo metal británico y el punk de Ramones, los resabios persistentes de Black Sabbath, la siempre presente influencia de Thin Lizzy y la autoreferencia que pueden permitirse, de manera casual establecen puentes con el sonido de los riffs de cada rola, que se extienden interminables rechinando cual las llantas de un auto que derrapa sin perder la maestría de la ejecución en las curvas más pronunciadas.

Lo mismo sucede cuando hablan de su canción más “surf”, y al escucharla ilustrada con la simpleza de imágenes digitales nos encontramos con que las olas sobre las que se desliza son montañas escarpadas que palpitan en la penumbra, o cuando puntualizan frases como “no puedes escapar de ti mismo”, y luego vemos que las luces se materializan en líneas que les desdibujan durante las pocas apariciones que tienen propiamente durante dichos videos, queda claro que la maquinaria del vehículo está engrasada y ruge como en sus mejores tiempos.

Es entonces que lo que en realidad se presenta solo como el preludio para los conciertos que en agosto también se proyectarán en pantalla grande, explota en detalles y estímulos cobrando un mayor sentido para convertirse en un festín para el fan. Claro, esto último es muy prudente enfatizarlo y ponerlo en mayúsculas, Metallica 72 Seasons presentada por el sello de Cinepolis Más que Cine, si es un festín, pero un festín PARA EL FAN.

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