Por qué Harry Potter es una historia reaccionaria

El mundo mágico de J.K. Rowling no ha dejado la mente del colectivo de Potterheads a pesar de que Harry Potter y las reliquias de la muerte, el último libro de la saga, salió a la venta en 2007. Mientras su creación se sigue expandiendo con obras de teatro o precuelas cinematográficas, la autora ha seguido ocupando los titulares de medios en todo el mundo con una regularidad que otro escritor envidiaría. Pero últimamente no ha habido un día en el que pase fuera de las noticias, porque su usual funcionamiento a través de redes sociales, en donde actuaba como voz para el criterio moral de cientos de miles de millennials liberales, se ha visto alterado por sus propias opiniones. Así, al mismo tiempo que lees esto, muchos continúan destrozándose en Twitter (y a ella) por tuits que muchos catalogan como anti-trans.

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La autora publicó una serie de mensajes en los que compartió un artículo donde se mencionó “personas que menstrúan” en lugar de “mujeres” y eso ocasionó que su defensa hacia el sexo biológico se prolongue en varios tuits que recibieron aplausos de unos y críticas por parte de otros. Todos tienen derecho a opinar y los fans de hacer de Harry Potter su propiedad luego de tantos años invirtiendo su tiempo en los libros, películas y videojuegos. Sin embargo, luego de todo el tiempo que las personas han seguido de cerca este mundo mágico, es una ironía notar que nadie se ha dado cuenta que J.K. Rowling siempre ha sido conservadora.

Ella era una madre soltera que luchaba por los beneficios antes de volverse rica y se opuso a la independencia escocesa (vía Vox). Nunca ha sido una persona radical, ni sus “hijos”. Más bien, son personajes que hemos visto en una historia llena de fantasía que en cierto modo idealiza el liberalismo moderno, acompañado de criaturas de todas las formas y tamaños junto con burocracia encantada. Solo hay que regresar a los estudios que señalan que los jóvenes que crecieron con el relato del niño mago son quienes votaron por Barack Obama y los que están más dispuestos a votar en contra de Donald Trump, hecho que en alguna ocasión Rowling celebró a través de Twitter con sus millones de seguidores para darnos cuenta que varias generaciones de seguidores son progresistas. Aunque esto no es algo que la escritora comparte del todo, sí se ha mostrado más abierta en temas políticos y tampoco ha faltado el apoyo hacia la comunidad LGBT.

Lo cierto es que mientras muchos la ven como una villana, puesto que parecen recién descubrir que la persona responsable por la existencia de su saga favorita no es la persona que creyeron, la historia de Harry Potter nunca fue tan progresista como la recuerdan y las claves para entender el conservadurismo de su autora siempre estuvieron en sus obras, a la vista de los lectores. Después de todo, en este mundo ficticio hacer bien la tarea puede ser suficiente para convertirse en un héroe, así que no se sorprendan con los puntos que señalaremos a continuación, que demuestran que la escritora ya reveló lo mencionado.

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La presencia de valores cristianos

Se sabe que J.K. Rowling es cristiana y en la época en la que estaba escribiendo Harry Potter asistía a la Iglesia de Escocia. Sin embargo, esperó hasta el lanzamiento del último libro para hablar sobre el fondo religioso de los libros a The Telegraph en una entrevista en la que aseguró que, a pesar de no ser abierta sobre el tema de las referencias religiosas, estas siempre fueron obvias. Allí contó que existen dos citas bíblicas que para ella representan toda la serie, las cuales pueden verse en las tumbas de Lily y James Potter.

La primera proviene de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios (capítulo 15, versículo 26):

El último enemigo en ser destruido es la muerte.

Mientras que la segunda es del Evangelio de Mateo (capítulo 6, versículos 19 al 21):

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

Dijo también que la posibilidad de una vida después de la muerte es algo que le perturba, así que es posible que hiciera alusión a eso como para decirse a sí misma que la muerte no es el final de todo.

Los duendes son estereotipos judíos

Otro lío en el que se metió fue cuando se la atacó por su antisemitismo en la representación de los duendes. En los libros de Harry Potter, es bien sabido que el banco del Mundo Mágico, Gringotts, está dirigido por duendes. J.K. Rowling escribió a estos duendes como codiciosos, hostiles, inteligentes y siempre hambrientos de dinero. Son bajos de estatura, pero tienen dedos y pies largos y poseen narices y orejas puntiagudas. Esta descripción no es diferente a la caricatura antisemita del pueblo judío. Quizás la escritora no es antisemita y no describió y representó deliberadamente a esos personajes de esta manera, pero da una sensación incómoda. Los duendes en Gringotts recuerdan demasiado a los judíos dibujados por dibujantes antisemitas y la forma en que el mundo los ve como seres codiciosos que controlan la economía.

Discriminación hacia las personas gordas

La historia tiene personajes de contextura gruesa que son agradables, pero la mayoría de los que cumplen con ese requisito son retratados de forma poco halagadora y más parece una burla, como lo que ocurrió con la familia Dursley cuyo único papel era el de comportarse como villanos idiotas. Cómo olvidar la escena de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban - 91% en la que el protagonista pierde el control y hace que la tía Marge se infle como un globo y salga volando por el patio. En los libros hay muchas bromas contra las personas gordas, lo cual es discriminatorio y para nada se asemeja a la aceptación que muchos dicen que se promueve en la saga.

Sus personajes femeninos no son feministas

Las mujeres siempre cumplen posiciones secundarias dentro de los libros, con respecto al poder y la autoridad, y la serie de Harry Potter sigue los estereotipos. Los personajes más dominantes son casi exclusivamente hombres: Harry Potter, Albus Dumbledore, Severus Snape, Draco Malfoy y Lord Voldemort por mencionar algunos. Algunos personajes femeninos se vuelven cada vez más importantes a lo largo del desarrollo de la serie, a pesar de que este cambio puede ser tomado como algo forzado. Además, algunos de los personajes que tienen mayor tiempo en pantalla o importancia son estúpidos o chismosos como Parvati Patil y Lavender Brown, o irritantes como Rita Skeeter, la reportera del Daily Prophet, o Petunia Dursley, la tía de Harry.

La distinción entre clases sociales

El Mundo Mágico está formado por un sistema de clases muy notorio. La sangre y la clase socioeconómica son muy valoradas y están aquellos que se consideran de sangre pura, considerados superiores, mientras que las familias muggles son inferiores. Esto se puede ver de cerca en las familias Weasley y Malfoy. La familia Weasley, definida como traidora de sangre entre el Mundo Mágico por su lealtad a Dumbledore y su interés en los muggles, es de clase media baja, si no pobre. Ellos se ven obligados a entregar a sus hijos menores artículos usados ​​de sus hermanos, y sus útiles escolares son ​​usados. Incluso la varita de Ron Weasley llegó de uno de sus hermanos, cuando se supone que este instrumento debe escoger a su dueño.

La familia Malfoy es lo opuesto en términos de estado sanguíneo y riqueza. Lucius Malfoy fue gobernador de la escuela en Hogwarts, y su familia era conocida por su riqueza y poder. A pesar de perder su lugar, Lucius todavía tenía bastante poder dentro del Ministerio, a menudo visto hablando con personas importantes. La familia Malfoy aumentó su riqueza y poder a pesar de la temporada de Lucius en Azkaban debido a sus estrechas afiliaciones con Voldemort y el movimiento Mortífago. La familia Malfoy es conocida en el Mundo Mágico por su orgullo, pureza y por su enorme riqueza.

Las críticas catalogan a los libros de conservadores

El crítico Anthony Holden tuvo que juzgar el libro Harry Potter y el prisionero de Azkaban al ser parte del comité que debía elegir a los ganadores de los premios Whitebread Awards de 1999, pero publicó en The Observer lo que le pareció la saga, a la que describió como “condescendiente, muy conservadora y nostálgica de una Gran Bretaña pasada”. Una reseña en Guardian señaló que “a pesar de todos los gestos de los libros hacia el multiculturalismo y la igualdad de género, Harry Potter es conservador y paternalista”. La autora está al tanto de este tipo de comentarios y se ha defendido al decir que sus personajes femeninos son fuertes y que Harry representa a la diversidad al venir de un padre de sangre pura y una madre proveniente de muggles.

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