RESEÑA: Un Día Lluvioso en Nueva York | Más forma que fondo

Woody Allen siempre se ha caracterizado por ser autobiográfico y autoreferencial en su cine y su nueva película no es la excepción. En Un Día Lluvioso en Nueva York - 80%, Allen intenta reunir todos los elementos que han distinguido su filmografía; La Gran Manzana, el mundo del cine, humor en sus diálogos, narraciones en voz off, triángulos amorosos, encuentros disparejos y amores imposibles. Aunque todo lo anterior nos lleva a recordar sus mejores títulos y la grandeza del autor que está detrás, su nueva entrega se queda lejos de convertirse en una cinta memorable en la carrera del autor de obras como Manhattan - 98% o Dos Extraños Amantes - 98%.

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Un Día Lluvioso en Nueva York, sigue las hazañas de Gatsby (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning), una pareja que planea pasar un romántico fin de semana en La Gran Manzana, pero estos planes cambian de dirección cuando Ashleigh concreta una entrevista con el director Roland Pollard (Liev Schreiber), lo que la conduce a vivir una serie de oportunidades para su carrera como periodista, pero alejada de su novio. Estas circunstancias llevan a Gatsby a coincidir con Chan (Selena Gomez), una chica que lo lleva a aclarar lo que su corazón siente.

La película nos hace vivir una experiencia endulzada por la romántica fotografía de Vittorio Storaro, la cual se apoya en una iluminación donde la hora mágica junto a la lluvia, crean encantadores pasajes de ensueño. El diseño de producción y la fotografía, nos hacen querer enmarcar la historia en un relato de los años 40, pues si no fuera por el uso de la tecnología, la cinta bien podría suceder en dicha época. En este filme, tanto pasado como presente, juventud madurez, así como el sol y la lluvia, crean un potente contraste entre sí, pero a la vez resulta romántico como pueden complementarse para dar como resultado un tercer elemento narrativo

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La propuesta visual también se apoya en la nostalgia con la que Allen parece haber hecho esta película. Planos generales y tomas largas que parecieran ser el sinónimo de un artista que no duda ni se cansa al explorar entre sus memorias. Esta vez lo hace a través del personaje de Gatsby, su alter ego encarnado por Chalamet, quien consigue hacer una versión muy autentica del newyorkino a través de una interpretación sutil, pero precisa y encantadora. Tal personaje es el que más logra conectar con la audiencia o al menos, es el que más logró desarrollar Woody en su guion.

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Fanning, quien no importa qué personaje o género intérprete, siempre provoca carisma en el espectador y en Un Día Lluvioso en Nueva York, es disfrutable su interpretación en un tono de comedia. Aunque por momentos su personaje la haga ver un poco sosa, nunca ha existido duda de que Fanning es una de las jóvenes actrices más talentosas de la industria cinematográfica. Por otro lado, en Selena Gómez se nota una evolución como actriz, pero por momentos se llega a sentir un poco fría su interpretación.

Aunque Allen trata de hacer eco de algunos de los mejores momentos de su filmografía, su guion no se lo permite del todo, pues lo artificial que resulta bello dentro de la propuesta visual, no consigue funcionar de la misma manera cuando se presentan situaciones forzadas en la narración o incongruencias entre los personajes y sus relaciones. Aunque la obra tiene un tono minimalista y Allen conoce perfectamente las piezas de su trabajo, no logra moverlas o acomodarlas de manera estratégica para que uno recuerde por más tiempo una película que intenta y no logra ser un mosaico con lo mejor de su carrera.

Cabe mencionar que a pesar de las fallas en su guion y aunque no todo brille en Un Día Lluvioso en Nueva York, la película puede llegar a gustar a quienes siguen de cerca el trabajo de Allen año con año, gracias al trabajo de fotografía y a las actuaciones de su elenco principal. La película, que ha tenido dificultades para concretar su estreno, forma parte de la programación de la 67° Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional.

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