RESEÑA: Terminator: Destino Oculto | Un paso hacia ningún lugar

Con Terminator: Destino Oculto - 62%, el director Tim Miller y productor James Cameron nos piden olvidarnos de Terminator Génesis - 25%, Terminator - La Salvación - 33% y Terminator 3 - La Rebelión de las Máquinas - 70%, y así lo hacemos. Para su mala suerte, tampoco hace mucho más para elevar el potencial de la historia tras Terminator 2: El Juicio Final - 92% y, en comparación con ella, sigue siendo igual de poco interesante como el resto de sus secuelas incluso pese a los esfuerzos de un elenco que destaca por su dedicación.

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Ambientada décadas después de la destrucción del T-100 y los chips que eventualmente darían paso a Skynet, Terminator: Destino Oculto sigue a Dani (Natalia Reyes), una joven mexicana que es perseguida por un nuevo modelo de robot asesino enviado del futuro para asesinarla, el Rev9 (Gabriel Luna). Justo para rescatarla, llega Grace (Mackenzie Davis), una humana mejorada genéticamente que tiene como misión prevenir su muerte. Ambas pronto cruzan camino con Sarah Connor, quien ha pasado todo este tiempo cazando todavía más terminators.

Pese a lo que se pudiera pensar, al ser una historia ideada por el propio Cameron, creador de la franquicia, ni siquiera él pudo extender de una forma fascinante el legado de su propio filme luego de tantos años. Con una trama poco afianzada en la lógica de su antecesora y, a veces, incluso contradictoria con la propia que establece el filme, es rescatado del exterminio sólo por su elenco.

Los primeros minutos del filme serán controversiales. Sin entrar en detalles, hay una especie de final añadido a la entrega anterior que Terminator: Destino Oculto - 62%, usa como catapulta, pero que parece desdibujar el componente emocional de la entrega que supuestamente busca continuar. Algunos fans de la saga estarán muy molestos por ella, pero incluso si se logra ignorar no hay mucho más detrás de este nuevo relato.

La historia de Dani carece de cualquier tipo de tema y justificación detrás de sus secuencias de acción. Si bien es fácil ponerse de su lado, pues pierde todo a manos del Rev9, el filme no dice nada, como si lo hacía su antecesora, sobre el peligro de la inteligencia artificial, la guerra nuclear o el desarrollo de la conciencia humana. La cinta simplemente ve a este grupo de personajes escapar de la nueva amenaza, encontrarse con aliados y obstáculos y finalmente concluye sin ningún tipo de profundidad temática.

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Si acaso, Terminator: Destino Oculto retoma de manera ligera algunas discusiones interesantes: Grace, por ejemplo, proviene de un futuro en el que la humanidad es tan despiadada como los robots; Dani ve su trabajo en peligro ante el inminente reemplazo de máquinas autómatas; Connor se enfrenta a la pérdida de propósito, pero todos estos hilos temáticos se presentan en una secuencia, y jamás se desarrollan a lo largo de una trama que sí se extiende para diferentes escenarios de combate entre ellas y el robot asesino. Y lo que es peor: su esfuerzo por poner a tres personajes femeninos como principales es en vano a causa de éste desinterés por explorarlas a fondo y así le da motivos a los detractores de este tipo de inclusión para señalarla como "forzada".

El aspecto técnico del filme, decente para una producción de este tamaño, aunque no impecable, no resulta insuficiente. El entretenimiento está ahí en las balaceras con metralletas y disparos de bazucas y en los enfrentamientos entre el robot y Grace, pero difícilmente hay momentos memorables, a pesar de que la película tiene un sentido del humor bastante similar al de Terminator 2.

Lo más destacable de Terminator: Destino Oculto - 62%, es la vitalidad que sus actores le inyectan a los personajes clásicos y a los nuevos. Hamilton es dueña de Connor y será una gozada para los fans verla patear traseros después de todos estos años. Schwarzenegger transmite chispazos de humor. De la misma forma, Davis da la talla de cualquier superheroína como la feroz soldado y compasiva amiga de la protagonista. Reyes da el salto de víctima indefensa a implacable sobreviviente y hasta Diego Boneta, en su poco tiempo en pantalla, hace un papel divertido y conmovedor.

La trama de de la cinta, que volvió casi 30 años después, pudo haber usado un par de revisiones más antes de desaprovechar a su elenco, y por desgracia no cumple con uno de los objetivos: exterminar años de malas entregas de la saga. El filme de Miller y Cameron no tiene clara su misión y se siente más bien como un viaje al pasado que sólo tiene como propósito dar un paseo hacia ninguna parte.

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