Deseo de Matar ya tiene primeras críticas

La segunda enmienda de la constitución estadounidense fue creada cuando la nación recién se había independizado del dominio británico. La idea de esta enmienda es básica: que la ciudadanía tenga derecho a defenderse, a su familia y a su tierra en caso de una amenaza interna o foránea. A la fecha este artículo se mantiene como la base para que en varios estados de la Unión Americana los ciudadanos puedan conseguir legalmente armas de fuego después de pasar diferentes filtros en los que se investigan antecedentes penales y psiquiátricos. El derecho de todo ser humano a defender su vida es un tema controvertido en Estados Unidos y uno de los puntos más recurridos en las guerras culturales actuales. Para algunos, tener un arma a la mano es un derecho tan básico como la educación y la salud, para otros es reflejo de una mentalidad obsoleta y anacrónica. Para los liberales las armas son un problema, para los conservadores no, pero aquí también entran chivos expiatorios a los que se busca acusar de ser los causantes de la violencia en la sociedad, sean juegos de video o películas.

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El tema es complejo, pero en la actualidad los debates serios y sobrios brillan por su ausencia y todo se resume a descalificaciones en redes sociales entre izquierda y derecha. El estreno de Deseo de Matar - 23% de Eli Roth, remake de El Vengador Anónimo - 67%, dirigida por Michael Winner, llega en un clima político sumamente tempestuoso en la mayor potencia del mundo. La crítica no fue sutil y sus reseñas descargaron con furia sus opiniones respecto al tema de las armas y cuestionaron la oda al vigilantismo que profesa la historia. En su momento, la original protagonizada por Charles Bronson también causó controversia. Aquella historia transcurría en un Nueva York con altos niveles de delincuencia y asesinatos, algo similar a lo que ocurre ahora en Chicago, donde tiene lugar la historia del remake. Así como Bronson en su momento, Bruce Willis es una estrella de acción veterana en decadencia que no ha logrado tener un éxito en la cartelera estadounidense en mucho tiempo y busca revivir su carrera con algo similar a lo que ha hecho en el pasado.

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La cinta original se basaba en la novela homónima de Brian Garfield y, en su momento, el escritor denunció a la cinta como una glorificación de la violencia y del ojo por ojo. Ambas cintas operan como fantasías de una sociedad de clase media harta de la incompetencia de las autoridades, cansada de que a los delincuentes se les trate como víctimas. La realidad es que difícilmente se puede esperar una reflexión pensada sobre la violencia y la venganza de un realizador como Eli Roth, quien definitivamente no es un Chan-wook Park, pues busca emociones netamente viscerales con la más escueta reflexión sobre las consecuencias de la violencia en un ser humano. El remake es quizás una efectiva mancha de Rorschach en la que el espectador verá reflejada sus posturas políticas.

La película se encuentra en este momento en tercer lugar en la taquilla del vecino del norte y llegará a México este fin de semana. La mayor parte de la crítica se ha dedicado a atacar la premisa más que fijarse en la ejecución de la misma. Este tema de matar criminales en las calles causará mucha ámpula en Estados Unidos, pero definitivamente en un país como México la idea se recibe de manera más abierta y porque los índices de violencia y crimen han hecho que varios ciudadanos se armen para enfrentar la amenaza diaria que representa la delincuencia desatada. Dicho sea en otras palabras, cada quien sacará sus conclusiones de la cinta de Roth. Lo único seguro es que las reseñas de los especialistas contrastan fuertemente con las del público, quienes fueron fans de lo que vieron en la pantalla.

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Richard Roeper, Chicago Sun Times:

La cinta se siente todo menos real.

David Ehrlich, IndieWire:

El problema con la repugnante celebración de las armas de fuego de Roth es que es demasiado entretenida para ignorarla.

Uporoxx, Vince Mancini:

La cinta no logra justificar su existencia y carece totalmente de contexto. Es como una hamburguesa con todos los ingredientes, menos la carne.

Owen Gleiberman, Variety:

Es un shooter en primera persona fantasioso. La única lectura que da la cinta al tema es que la justicia a sangre fría es divertida.

Stephen Whitty, New York Daily News:

La cinta es muy dispareja, varias escenas de debate sobre la violencia y armas por conductores de radio son intercaladas con escenas de acción. Todos los enemigos que enfrenta el protagonista son lentos, torpes y estúpidos, lo cual resta emoción al relato.

William Bibbiani, IGN:

El tema de la violencia y la justicia de vigilantes es muy serio, pero la cinta solo se enfoca en crear un melodrama donde se glorifica al protagonista como un héroe de las masas.

Robert Abele, The Wrap:

Tan Pronto como Willis empieza a sonreír mientras caza a los que mataron a su mujer, la cinta se convierte en una más del montón en cuanto a historias de acción se refiere.

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