METE CRITICA: desde el FICG, Sueño En otro Idioma, para contrarrestar los excesos contemplativos intelectualoides

En otras manos, una premisa como la de Sueño en otro Idioma, tal vez hubiera resultado en un repetitivo vehículo de pretensiones “intelectualoides” y excesos contemplativos plagados de escenas en tiempo real, con alguno que otro tramposo sobresalto que lograra inquietar y sorprender al público. Sí, otra de esas películas que pululan en los Festivales, “apapachadas” por el esnobismo cinematográfico y que se conforman con ganarse el favor de una parte del sector especializado.

También te puede interesar: Alfonso Cuarón habla del rodaje de Roma en Ciudad de México: "mi infancia es de época"

Afortunadamente, aquí el responsable de ponerse en los controles, no es otro que Ernesto Contreras, quien luego de la estupenda Párpados Azules y la inconsistente pero no menos interesante e intensa Las Oscuras Primaveras - 60%, entrega el que quizás deba considerarse como el mejor logrado de los títulos de su filmografía. Y es que mostrando una innegable madurez creativa, hace que el rescate de una antigua lengua indígena –en este caso creada para la ocasión-, que solo puede lograrse si los últimos dos hablantes de la misma, vuelven a dirigirse la palabra después de más de cincuenta años, se convierta en una conmovedora y reflexiva historia sobre la amistad y el amor malogrado, que a pesar de lo que pudiera pensarse, nunca cae en regodeos visuales innecesarios o códigos rebuscados. Por el contrario, son las atmósferas evocadoras, el manejo de ciertas alegorías, los convenientes y sutiles toques de humor y la naturalidad de los diálogos, lo que le otorga identidad a una propuesta que por si fuera poco, se sustenta en un discurso reflexivo sobre la diversidad y las tradiciones.

También te puede interesar: Récord de producción del cine mexicano en 2016: Bellas de Noche, el documental más visto

Se trata de un claro ejemplo de cómo sin recurrir a las fórmulas de género –como esos infames remakes de comedias románticas que actualmente infestan la oferta nacional en cartelera- se puede hacer cine de propuesta inteligente y con trasfondo social, que no olvida su naturaleza como vehículo de entretenimiento, apuntándose como una especie de drama romántico de tintes místicos. Una pequeña joya que ha sorprendido al Festival Internacional de Cine de Guadalajara en su edición 32, con todo lo necesario para reclamar en su momento, un espacio en las salas comerciales y conquistar al gran público. Estás son las películas mexicanas a las que el espectador debe dar prioridad durante su primer fin de semana de estreno, por encima del blockbuster en turno -al fin ese estará un buen rato disponible-, si es que quiere disfrutarla cómo se debe, en la pantalla grande.

También te puede interesar: Lars Von Trier podría retirarse del cine