Las Niñas Bien | O cómo negar un fin inminente

Basada en el libro del mismo nombre, de la escritora Guadalupe Loaeza , Las Niñas Bien (90%), película dirigida por Alejandra Marquez Abella (Semana Santa (100%)), es el relato de uno de los peores periodos de crisis financiera en la historia mexicana, concretamente el ocurrido a inicios de la década de los 80, durante el periodo presidencial de quien dijera defendería el peso como un perro: José López Portillo.

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Narrada a partir de la experiencia de Sofia (interpretada por Ilse Salas), perteneciente a aquella elitista y tambaleante clase privilegiada, Las Niñas Bien nos introduce a un mundo en el cual, no obstante los embates financieros, son mucho más importantes las formas que las intenciones, la corrección verbal que el hiriente uso del lenguaje, la apariencia de normalidad que la pérdida de dignidades; un mundo de prejuicios disfrazados de buenas formas, de reclamos contenidos, amistades condicionadas y lealtades endebles, todo ello dentro de un ambiente donde los egos se encuentran en constante competencia.

Con un detallado vestuario, así como un cuidado extremo en la ambientación de sus escenarios, Las Niñas Bien (90%) recrea la época a la perfección, apoyándose, al mismo tiempo, en un adecuado uso de la música incidental.

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Cabe destacar el trabajo actoral de Ilse Salas en su construcción de Sofia, cuyos silencios y miradas, a lo largo del filme, logran transmitir tanto como sus parlamentos. Personaje en el que, además, durante su desarrollo, pueden vislumbrarse determinados destellos de Madame Bovary, el célebre personaje literario de Gustave Flaubert, con la única diferencia de que la ambición de Sofía, más allá de enfocarse en algo que nunca ha tenido, se centra en retener un estilo de vida que a todas leguas se avizora en proceso de pérdida.