Mete Crítica: Cuando el verano nos alcanzó y los superhéroes nos… ¿salvaron?

Esta claro que el verano se distingue por el predominio de películas en donde la prioridad es el entretenimiento, generalmente -y según como lo dicta la supremacía hollywoodense -en base a los efectos especiales. Sin embargo, la oferta pocas veces había sido tan descuidada y hasta desastrosa como en este 2017. Y es que más allá de que se estrenaron algunas joyas como Dunkerque (92%) -qué va muy por encima del promedio y de la etiqueta de blockbuster-, prácticamente nada se salva de la quema.

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Es así que la lista de la infamia la integran piezas como Transformers: El Último Caballero (15%), desarticulado armatoste que raya en el humor involuntario; Cars 3 (68%), un descarado y olvidable pretexto para vender más juguetes; Mi Villano Favorito 3 (60%), anecdótica y forzada extensión de lo que fuera un entrañable y bien logrado concepto; Rápidos y Furiosos 8 (67%), ruidoso espectáculo que ya abusó del absurdo y ha llegado al ridículo; Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar (30%), fórmula gastada incluso como chiste; La Momia (16%), la peor forma en que podrían haber empezado el llamado “Dark Univers”, acompañadas por supuesto de fallidas producciones mexicanas como Hazlo Como Hombre (50%), además de propuestas que ni siquiera intentan ser tomadas en serio -y con justa razón- como Emoji - La Película (9%) y Baywatch: Guardianes de la Bahía (19%), bueno, en esta última hasta aparece brevemente Belinda, demostrando con orgullo que ni siquiera es capaz de burlarse de sí misma.

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En fin, por suerte los superhéroes, acompañados por unos talentosos primates, con películas tipo Mujer Maravilla (92%), Spider-Man: De Regreso a Casa (92%) y El Planeta de los Simios: La Guerra (93%), rescataron algo de la dignidad de este verano, pero no deja de ser un hecho que fue uno de los más flojos de los últimos años, porque nadie pide que sean obras de gran profundidad y discurso, pero el que se trate solo de vehículos de entretenimiento, no quiere decir que ya no les importen los estándares de calidad y los principios básicos -repito, BÁSICOS- del cine, por qué cómo entretenimiento también los tiene, y lo único que ofrezcan sea un show de luces y colores sin estructura. Sí, la taquilla sigue respondiendo, pero sería una falta de respeto para con los mismos espectadores, el que los que tenemos la posibilidad y los espacios, no lo consignáramos. Ojalá y cuando el verano 2018 nos alcance, las cosas puedan ser distintas.

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