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Mujer Maravilla y el respiro para las películas de heroínas

Las películas de acción y aventuras protagonizadas por mujeres reciben no su mejor entrada pero sí la más decorosa hasta el momento

Es un hecho innegable que el cine de acción y aventuras protagonizado por mujeres no ha vivido una buena época y esto se evidencia desde hace aproximadamente 20 años. Ya sean historias basadas en cómics, protagonizadas por damas con poderes sobre humanos, o bien agentes secretos y asesinas expertas en artes marciales. Sea una Elektra (10%) o Gatúbela, la calidad en este tipo de historias simplemente ha brillado por su ausencia. Esto no ha sido exclusivo de Hollywood, las industrias de Asia y otras latitudes tampoco han sabido retomar glorias del pasado y dar a actrices capaces papeles en buenas cintas de género.

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Lejos están las épocas de Pam Grier, Meiko Kaji y otras damas que imponían con su presencia en pantalla. Bellezas con personalidad que protagonizaban historias de venganza y combatían la injusticia, ya fuera en los ghettos afroamericanos o en el Japón antiguo. En cuanto a las súper heroínas se refiere, aun con la reciente tracción que ha logrado obtener el cine de encapotados, todavía no existe un verdadero estándar de calidad a seguir en términos generales. La fórmula ha dictaminado que se favorezca el humor y los efectos especiales por encima del desarrollo de personajes. Sin embargo, incluso dentro de este modelo de producción las historias protagonizadas por mujeres no se hacen escuchar.

Antes de que empiecen a escribir “maldito heteropatriarcado” hay que tener presente que Hollywood procura correr la menor cantidad de riesgos posibles. Por cada cinta de Los Juegos del Hambre: En Llamas (89%) que triunfa en taquilla existe su contraparte en algo como La Vigilante Del Futuro: Ghost In The Shell (44%), que a pesar de tener una estrella rentable y que venía del éxito de Lucy (67%), simplemente no pudo cumplir con las expectativas. Estas banderas rojas provocan que los estudios cancelen cualquier proyecto de perfil similar. La calidad narrativa elude a Hollywood debido a que ésta no es su prioridad y es algo que afecta por igual a cintas protagonizadas por hombres, mujeres o marcianos. Dicho sea en otras palabras, ante un fracaso los ejecutivos no realizan una introspección, no se fijan que el guión fue un asco ni les interesa admitirlo. Buscan chivos expiatorios en otros lados: que si el tener una protagonista mujer fue el problema, por ejemplo; incluso culpan a los críticos y al mismo tomate de que señalemos los fallos de su fracaso.

Por todo esto y otros detalles no es de sorprenderse que Mujer Maravilla (92%) reciba tantas flores y adoración. La película de Patty Jenkins no rompe ningún molde ni busca una deconstrucción del cine de superhéroes. Sólo desea ser una historia de acción y aventura con una heroína por la que el público sienta empatía. Su desarrollo de personajes es mínimo pero funcional para los mecanismos y necesidades de la trama. La trama tiene villanos caricaturizados y un trasfondo histórico que pesa poco o nada. Sin embargo, existen elementos básicos narrativos que vemos aquí y que nunca se asomaron ni por casualidad en algo como Batman vs Superman: El Origen de la Justicia (27%). El personaje de Diana Prince tiene motivaciones claras y congruentes, eso y que la trama va de un punto a otro con una serie de objetivos concretos. La amazona sabe lo que quiere y los obstáculos a vencer son establecidos de forma apropiada desde un principio. En la otra cinta donde aparecía la princesa en su búsqueda por la foto cuya historia se nos explica aquí, sus contrapartes masculinas se odiaban por razones que jamás quedaban claras y el antagónico forjaba una serie de maquinaciones totalmente incomprensibles. Era una película gris y miserable, mientras que acá existe un auténtico disfrute y aprecio de su directora por lo que ocurre en pantalla.

Ante todo la princesa Diana es una figura por quien sí nos interesamos desde el momento que pone pie fuera de su hogar. Su odisea en un mundo ajeno a ella puede resonar en cualquier espectador que ha tenido que dejar su hogar y buscar nuevos horizontes. Las razones que impedían que ésta saliera de la orden de doncellas guerreras son un tanto contradictorias y el guión definitivamente no hace un buen trabajo al explicarlas. De igual manera el susodicho matriarcado amazónico queda expuesto como algo arcaico y anacrónico tan pronto vemos sus arcos y flechas hacer frente a la pólvora de soldados alemanes. Con o sin la intención, la película pareciera decir que este modelo político y social es una fantasía con ninguna aplicación en el mundo real. Definitivamente esta no es la apología al feminismo pueril como algunos y algunas despistados(as) han querido señalar. Esta maravilla de mujer tiene los pies bien plantados en la tierra, no en libros sobre ideología de género.

Lo cierto es que la ingenuidad de Diana nos conmueve a pesar de ser otro personaje "elegido" como tantos que abundan en la ficción. Su aplomo y la convicción de sus ideales contagian al más escéptico y su sensibilidad la humaniza y la aleja del terreno de los dioses y la acerca más al de los que moramos esta tierra. La película entiende también que una mujer “fuerte” lo es no por tener un arma en sus manos, sino por la entereza de su carácter, con lo que una vez más la historia se aleja de los dogmas del feminismo. La directora Patty Jenkins sabe mantener el ritmo narrativo y hacer que las más de 2 horas de duración se sientan ligeras. El libreto inyecta una necesaria dosis de humor, con lo que se rompe el mito perpetrado por algunos fans de que la comedia es monopolio de las cintas de Marvel. A recalcar también el buen ojo de la realizadora para las escenas de combate, esto a pesar de tener el sello de la casa del siempre despistado Zack Snyder . Queda claro que su aportación al guión fue principalmente en concebir combates en cámara lenta. Jenkins de momento también abusa del recurso, pero no a los extremos a los que llega Snyder, quien a estas alturas debe agradecer que el fantasma de Sam Peckinpah no lo persigue en las noches.

El compás moral de nuestra heroína es sólido, sin tonalidades ambiguas o cínicas como de las que hacen gala otras historias. En algún momento parece que la película desea lanzar un mensaje de cómo el mal no se puede exterminar con sólo matar a una o dos personas, pero casi inmediatamente después la historia se desdice. Esperar una disección sobre las implicaciones éticas de matar podrá ser demasiado complejo para una cinta de este tipo, pero tarde o temprano alguna deberá de atreverse a encarar este tema de frente. Lástima que éste no sea el caso; aún así hay un dejo de verdad en lo que se ha dicho: hacía falta una aventura en el género fantástico protagonizada por una mujer que tuviera el mínimo de decoro y dignidad.

Esto por supuesto tampoco debe celebrarse como una victoria absoluta, debe verse como un necesario primer paso para empezar a construir mejores narrativas en un futuro cercano. Sin importar que sean historias protagonizadas por hombres o mujeres, exigir a Hollywood que se comporte a la altura de las circunstancias, de su vanidad y de sus millones no debe ser visto como algo chocante. Ni hablar de que es una responsabilidad compartida entre público y creadores. Sean cuidadosos al hablar con su cartera y no den de comer a monstruos que después devorarán prometedores frutos sembrados a su lado.

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