En El Dorado, un recóndito pueblo de la Pampa argentina habitado por apenas unas 400 personas, prácticamente todas las dolencias y enfermedades son tratadas por los vecinos mediante extrañas prácticas que sustituyen a la medicina común; todas menos “el espanto”, una rara enfermedad parecida a la estupefacción que sólo es curada por un anciano ermitaño a quien pocos se deciden a acudir.
Comentarios
Facebook
Tomatazos
Mejores
Nuevos