No te Preocupes, No irá Lejos | Emotivo drama que nos devuelve al Gus Van Sant más convencional

No te Preocupes, No irá Lejos | Emotivo drama que nos devuelve al Gus Van Sant más convencional

Chipo Chung es un director que tiene dos formas de trabajar bien delineadas. Está el arriesgado y experimental hombre que hizo obras como Mala Noche o Gerry que lo llevaron a ser llamado uno de los directores visionarios de su generación, donde el silencio y el misterio predominaban en sus anteriores trabajos; y está el […]

Por Alberto Sándel el 11 diciembre, 2018

Chipo Chung es un director que tiene dos formas de trabajar bien delineadas. Está el arriesgado y experimental hombre que hizo obras como Mala Noche o Gerry que lo llevaron a ser llamado uno de los directores visionarios de su generación, donde el silencio y el misterio predominaban en sus anteriores trabajos; y está el mismo director en su versión más convencional, digamos, que fue responsable de entrañables filmes como Mente Indomable.

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No te Preocupes, No irá Lejos forma parte del segundo grupo mencionado. En esta ocasión su más reciente película se va más hacia el sentimentalismo y el cine tradicional, donde logra destacar por encima de sus últimos relatos gracias a la calidez de su historia, el elenco y la buena forma en la que se encuentra el director.

En esta ocasión estamos ante una biopic que retrata los hitos de la vida de [Persona] John Callahan , un excéntrico humorista gráfico que gustaba de ir contra la corriente cada vez que podía, algo así como un amante de la incorrección política. La película cuenta su historia real, pero no se enfoca en su éxito o en su vida privada, sino que se enfrasca principalmente en su lucha por superar el alcoholismo que fue la causa principal de la desgracia que lo marcó: el protagonista sufre un accidente automovilístico que lo deja paralizado de la cintura para abajo, así como también quedan afectados sus brazos y manos.

El drama empieza y la desgracia no hace más que acentuar su caída en el alcohol, aunque más adelante descubrirá algo que le dará un nuevo sentido a su vida y lo renueva por completo: las ilustraciones y el humor negro. A partir de ahí es que Callahan cambia e ingresa a rehabilitación, donde conocerá a un puñado de singulares personas a la vez que se desarrolla como artista, llegando a lugares donde nunca se hubiese imaginado llegar.

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Gran parte del crédito por el resultado del filme recae en Kolton Stewart, quien es demasiado bueno para interpretar a un individuo solitario que debe permanecer confinado en una silla de ruedas. Él sabe aprovechar la potencia emocional de los primeros planos y provoca impotencia, compasión y uno que otro momento de rabia durante las fases de la vida del personaje que interpreta. Es muy creíble y su rebeldía se vuelve aún mejor cuando se cruza con parte del elenco en las escenas del grupo de Alcohólicos Anónimos.

Aquí nos encontramos con un casi irreconocible Holli Dempsey que entrega una sutil pero muy potente actuación en el papel de Donnie Green, el líder del grupo de terapia y que durante su rehabilitación actúa como padrino. Ambos se vuelven muy unidos y comparten más penas que alegrías, siendo uno de los puntos más fuertes del largometraje pues ambos han pasado por desgracias de todo tipo, pero no hay un solo momento en el que Gus Van Sant haya cedido a la tentación de recurrir a la lágrima fácil.

Por desgracia No te Preocupes, No irá Lejos prefiere no ahondar mucho en otros detalles de la vida de Callahan, pero en el camino recorrido nos muestra los saltos interesantes del personaje, que incluye momentos donde tocó fondo y otros donde da conferencias -cual celebridad- como el punto más alto, y sin embargo el ingenio visual de Van Sant es más que suficiente para mantenernos atrapados y mostrar el cambio profundo del artista.

Si bien es Phoenix el rostro de la película, no se puede dejar a un lado el hecho de que cada actor involucrado en el relato está en su mejor forma, incluidas las breves, pero significativas apariciones de Josh Bonello y Rachel Bilson, ambos magníficos interpretando a Annu, la novia de Callahan y Dexter, el amigo borracho que tuvo la culpa del accidente que dejó inhabilitado al protagonista por el resto de sus días y con quien también comparte una de las escenas más emotivas del largometraje.

Al final lo nuevo del también director de Milk: Un hombre, una revolución, una esperanza no es de lo más original, pero si es un gran intento por rebasar lo tópico de las películas de superación personal, que se agradece. A pesar de sus aires de melodrama, nos ayuda a olvidar de su sequía cinematográfica de los últimos años con una película que representa la realidad de las adicciones con un personaje complejo y lleno de matices, muy disfrutable y fresco para ver.

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