La tendencia en los tiempos de ejecución de las películas parece tender hacia una duración mayor, e incluso sin necesidad de contar con datos oficiales, hemos estado viendo en los últimos años como en franquicias taquilleras, por ejemplo la de Disney/Marvel y la James Bond, sus entregas cuentan con muchos minutos más que antes. Por alguna razón, estas series tremendamente populares sienten la necesidad de justificar su existencia al pegarnos a nuestros asientos durante más de dos horas cuando muchos de nosotros podríamos haber pagado por el mismo boleto para una película que nos ahorraría estar sentados tanto tiempo.
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De seguro habrá quien no esté de acuerdo, pero algunas películas largas no justifican su duración, y de hecho podrían mejorarse aún más al acortarlas. A veces, la visión de un director no permite que ocurran muchos cortes dentro de una película y, por lo tanto, los detalles pueden expandirse hasta que la película se vuelve un poco larga e incluso un poco exagerada. Si la sala de montaje estuviera un poco más llena de escenas que no hicieran avanzar la película o que no fueran tan esenciales, podría ser que algunas de estas películas serían menos tediosas, tendrían más sentido o serían mejor aprovechadas.
Aún así, la calidad de una película no está determinada por su duración aunque en algunos casos sí ayudaría a que se sienta más compacta. Por cada película que dura mucho más de lo necesario, hay otra que se siente comprimida por su duración relativamente más corta. Algunas historias son igual de efectivas cuando se toman su tiempo, ya sea porque tienen tanto que decir y hacer que nada parece desperdiciado, o porque se nos permite disfrutar del lujo en un mundo cautivador con personajes interesantes.
En el fondo, ninguna película buena se siente demasiado larga y ninguna película mala parece corta. En los casos que mencionaremos a continuación están películas que sobrepasan las tres horas de duración, pero también aquellas que duran más de dos y podrían haber sido más cortas. Desde clásicos del cine hasta estrenos más recientes, todos estos títulos no se salvan de aparecer en esta lista, y aunque no todas son de la misma calidad podemos decir que de haber sido más cortas todo habría sido diferente, para mejor.
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Si hablamos de hitos visuales, Avatar entra en la conversación. Esta fantasía de ciencia ficción necesitó casi tres horas para mostrar el mundo de Pandora y la atención al detalle que hubo en el proceso de su creación para la película. Desafortunadamente, el guión del trabajo de James Cameron falla en su intento de crear una narrativa innovadora. Su amor por su creación está ahí, pero irse por el lado del entretenimiento y lo visual hace que se pierda la oportunidad de que la película sea más reflexiva y en todo lo que dura es inevitable que sintamos que se pudieron omitir muchos diálogos tontos en el proceso.
Este encuentro Leonardo DiCaprio con Martin Scorsese es un festín de tres horas de locura llena de drogas, sexo y el ascenso y caída de Jordan Belfort. Su notoriedad aumentó debido a que glorifica la vida de un criminal, y viendo el lado bueno utiliza el lado de comedia física de su protagonista de una forma que no se ha explotado mucho en su carrera. Elogios merecidos sí, pero podría haber durado menos y sin embargo su director prefirió hacer una película larga a la que le quita la resonancia emocional que podría haber tenido efecto en la audiencia. En cambio, carga con una historia de tres horas que nunca brinda el punto de vista de las víctimas del criminal por dedicarse a la fiesta.
A veces es necesario preguntarse si una cinta de acción y drama realmente necesita un talento de comedia, como el que Jack Black llevó consigo a esta película. Es una gran incorporación, al igual que otros de los nombres en la cinta, pero hay momentos en los que la comedia no es del todo necesaria. Además, su narrativa es algo que podría reducirse a unas pocas líneas y aún así conservar la sensación que buscaba el director. Pequeñas cosas para aumentar el atractivo de una gran película que terminó durando más de tres, a la larga innecesarias para un relato que podía haber transcurrido en mucho menos tiempo e incluso ganarse más al público y la crítica de lo que ya lo hizo.
Algunas películas de Quentin Tarantino podrían entrar aquí. Los 8 Más Odiados es un excelente ejemplo, porque carece de algo importante que sí tienen otras. En lugar de comenzar con energía y entusiasmo, decide matar el ritmo de la película desde el principio, haciendo que la audiencia espere cuarenta minutos hasta llegar al lugar donde la historia en sí está ambientada. En muchas partes carece del encanto de otras películas del mismo cineasta, sin embargo, una vez que llega el segundo acto, toda la película eleva su calidad. Este filme sobrepasa la marca de las tres horas; todo lo bueno está contenido en apenas una hora a una hora y media, que podrían haberse convertido en un thriller brillante.
La odisea de Stanley Kubrick que se centra en una pareja que explora sus vidas y fantasías sexuales conserva el estilo del cineasta de hacer que inquietante sea fascinante. Sin embargo, mientras otras películas consiguen tener humor negro, Ojos Bien Cerrados tiene raros intentos de llegar a la sátira. En su momento se comercializó como un duelo actoral entre Tom Cruise y Nicole Kidman, pero su falta de tiempo en pantalla, en el segundo acto de la película, es desafortunada ya que su presencia hizo que las escenas sean mucho más interesantes. Su tendencia a tomar grandes cantidades de tiempo entre sus escenas más poderosas significa que, en última instancia, no llega a ser uno de sus mejores trabajos.
La película de Alejandro González Iñárritu que le otorgó el Óscar a Leonardo DiCaprio es, sin duda, un logro técnico y de actuación. Sin embargo, para una película que es una historia de venganza sencilla, Revenant: El Renacido pasa una gran cantidad de tiempo empujando a su protagonista al extremo para poder sobrevivir, enfocándose tanto en la batalla contra el medio ambiente como en la historia de venganza. Pero esta película toma una dirección descarriada en el acto final, aparentemente reacio a darle a la audiencia el enfrentamiento que prometía la película. Mucha conversación en torno a ella fue sobre cómo se hizo y no sobre su historia, que claramente no justifica las más de dos horas y media que dura.
Esta película de James Cameron fue fantástica y más al punto que estaba escrita y actuada de una manera magistral. Esta mezcla de drama y romance se convirtió en un clásico instantáneo y es como si el tiempo no hubiera pasado por él, además de que fue el combo completo al ser uno de los mayores éxitos de taquilla en la historia del cine. Habiendo dicho eso, hay algunos momentos que se pueden omitir y aún así conservaría toda la maravilla que la caracteriza y el intenso drama que hizo que esta película fuera tan adorada. Tendría que hacerse de una manera muy cuidadosa y consciente, pero Titanic, que pasa de las tres horas de duración, podría ser una película mucho más corta y aún así funcionar en muchos niveles. Es más, de seguro muchas personas más habrían estado dispuestas a verla o repetirla si su duración fuera menor.
Por más genial que sea esta adaptación,Zack Snyder siempre ha tenido ese “problema” de hacer películas muy largas que no tienen tanto sentido porque sacrifica lo visual por lo narrativo, y en el caso de las adaptaciones se enfoca bastante en trasladar literalmente las viñetas a la pantalla. Con Watchmen, Los Vigilantes se puede decir que es un poco ridículo en el sentido de que hay varias versiones de la película y cada una es más larga que la otra. La que llegó a cines dura poco más de dos horas y cuarenta minutos, que se convierten en tres horas y seis minutos en el corte del director y después en tres horas y treinta y cinco minutos. Una versión más corta, sin toda la exageración, podría haber tenido una mejor bienvenida.
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