Es difícil imaginar que una película del MCU no sea un éxito en taquilla, y que las siguientes instancias en que dos o más Vengadores se reúnan (Capitán América: Civil War, Avengers: Infinity War) sea menos que un imán de dinero; esto se debe a que Disney-Marvel han creado una máquina bien engrasada de películas de superhéroes, una que fue manejada con cierta paciencia y reservas para asegurar su éxito; puede que los resultados se estén volviendo predecibles, y es definitivo que si la fórmula de Marvel es ganadora en taquilla, ya sea por su tratamiento más ligero y humorístico de los personajes, esto no siempre ha convencido en su totalidad a la serpiente. Ahí tenemos el ejemplo de Iron Man 3, que muchos perciben como la más débil en su trilogía debido al tono de la trama (y un poco debido al Mandarín).

Warner-DC, por el contrario, no han tenido tanta suerte: Sus últimos esfuerzos por crear películas standalone de sus personajes fueron divisivas (El Hombre de Acero y Linterna Verde), cuando mucho, y la impresión que han dado con sus planes extensivos para Batman vs Superman: El Origen de la Justicia es que buscan saltarse completa la parte de “asentar bases” y pasar directamente a la parte en que el grupo de superhéroes salva al mundo (y ganan miles de millones en la taquilla mundial). ¿Tiene sentido esto?
No es tan raro que DC busque llegar tan pronto a la película grupal de superhéroes por un par de razones; primero que nada, no hay tiempo, ya que este mercado ha sido explotado desde hace más de 10 años, y “comenzar frescos” podría ser un error sumamente ingenuo y caro. Nos remitimos a cierta pregunta que aparecía frecuentemente antes de que Avengers se estrenara en 2012: "¿En verdad necesitamos ver el origen de TODOS estos superhéroes?" Esa estrategia fue en parte responsable de que las pantallas se sintieran saturadas de héroes hace un par de años. Superman y Batman son íconos mundiales que realmente no necesitan presentación (a pesar de la existencia de Man of Steel), y a fin de cuentas, los demás miembros de la Liga de la Justicia iban a colgarse de la presencia de estos dos (tengan o no sus películas en el futuro, como Mujer Maravilla).

¿Cuál es el problema entonces? Se han visto muchos rumores correr por internet estos últimos meses. Algunos mencionan la falta de entusiasmo por parte de las audiencias de prueba, lo que a su vez provoca que Warner no esté confiando del todo en el éxito de la película; existen reportes sobre BvS siendo una película más 'cerebral' que puede no gustar a las audiencias normales; ¿por qué hacerla de ese modo y arriesgar tanto al mismo tiempo? Escuadrón Suicida ha corrido con mejor suerte en ese departamento, pero no hay tantas cartas en juego con ese proyecto al tratarse de un equipo de 'personajes alternativos', y la respuesta del público ha sido positiva en lo general; irónicamente, Warner jugó con más riesgo en esa película, y el peligro de BvS está en lo conservadora que parece. Si vemos los planes de negocios que siguieron Marvel y DC con sus propiedades intelectuales en el cine, sería fácil ver que la segunda está construyendo su modelo de arriba hacia abajo: Empieza con algo gigantesco y encárgate de los detalles después. ¿Por qué, entonces, existe tan mala recepción de antemano? Es difícil saberlo, pero la respuesta de los fanáticos apunta a tres cosas:
1) La película sigue los eventos de Man of Steel, que no fue bien recibida por la audiencia.
2) La percepción general es que la trama será innecesariamente densa y sobrecargada de personajes que ‘necesitan ser introducidos’.
3) Una combinación entre las decisiones creativas y el mando de Zack Snyder en la película; evidentemente se trata de una cinta oscura y muy seria, algo que muchos encuentran ridículo. La dirección de Zack Snyder también tiene fama de ser demasiado estilo sobre muy poca sustancia, aunque no hay duda de que una parte de la audiencia espera eso de las películas de cómics.

Se trata de un movimiento riesgoso a todas luces, pero no intentarlo sería más dañino a la larga; la falta de personajes de DC en el cine (a comparación de Marvel, quien tiene representación en dos grandes productoras) resultaría peor para el negocio, ya que es obvio que no será un fracaso comercial; su mala recepción, sin embargo, podría significar un acelerado cambio de planes para Warner, y de ese es posible que no vuelvan a salir dentro de pocos años. Todo está puesto sobre la mesa y DC necesita ganarse el corazón de una audiencia que está renuente a aceptarlos del todo en la vía por la que van.
Los boletos se venderán solos para Batman vs Superman, porque el concepto y los nombres acarrean la mayor parte del atractivo comercial, pero lo que verdaderamente está en juego pesa en la recepción del público y la crítica: Vivimos en una época que no perdona una mala primera impresión dentro de un juego bien establecido, y una mala opinión pública podría ser el clavo final en el ataúd de cualquier plan de Warner-DC posterior a Justice League Part 1.
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Axel Alcalá es redactor en Tomatazos.com, tiene un doctorado en Godzilla y puedes seguirlo cuando lo encuentres, pero solo entonces.