Lo mejor del cuarto episodio está en sus primeros minutos y ocurre precisamente cuando las acciones de Ellie (Bella Ramsey) salvan la vida de Joel (Pedro Pascal), pero le revelan que hacerlo tendrá un precio que no había bien anticipado. También es otro de los recordatorios a la audiencia de que la brutalidad es recíproca y que toda muerte trae consigo retribución, ya sea que ésta llegue tarde o temprano.
El episodio 4 de The Last of Us muestra que hay más peligros acechando en el mundo, incluso si se trata principalmente de preparar la mesa para futuros episodios. También termina en un momento de suspenso para morderse las uñas, que es a la vez sorprendente y exasperante.
...este episodio funciona como el cuarto piloto de "The Last of Us" hasta el momento, dejando atrás otro entorno y saltando directamente a un territorio desconocido. Cada uno de estos cuatro episodios comenzó como un punto de partida para una nueva fase del programa, solo para dejar ese camino cerrado al final del capítulo. En la superficie, ese podría no ser un enfoque sostenible para toda la temporada, pero mucho debería depender de lo que Henry y Sam aporten a esta búsqueda en las próximas semanas.
Si bien no es tan trágico como ninguno de los tres anteriores, el episodio de esta semana está haciendo mucho trabajo importante en la construcción de la relación entre Joel y Ellie, ya que aprenden a confiar el uno en el otro, comienzan a aceptarse y comienzan a comprender lo importante que es tener otra persona que cuide sus espaldas puede serlo. Gran parte de The Last of Us como historia trata sobre este vínculo, y este cuarto episodio es la primera vez que realmente comenzamos a ver florecer esta conexión.
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