Los Pérez-Osos

Esta película tiene la comedia y la dinámica familiar de la exitosa película animada “Los Mitchells contra Las máquinas” con las travesuras culinarias de Chef, ambientada en el vibrante y espectacular contexto de paisajes latinoamericanos y australianos que toda la familia adorará. Una película que nos recuerda que debemos apreciar las partes deliciosas, divertidas y maravillosas de la vida, sin olvidar que se debe condimentar al momento.

Detrás de las imágenes amateur se esconde una historia sincera y adorable sobre la importancia de la familia, el equilibrio y la vida en el momento (...) Los conflictos familiares son realistas y se celebra a cada miembro de la familia por sus habilidades y personalidades únicas, al tiempo que se los anima a crecer y mejorar como personas (...) lo que a estos perezosos les falta en velocidad lo compensan con corazón.

En definitiva, Los Pérez-Osos enseña a valorar la familia, la cultura, la historia y el hecho de estar en el momento con quienes importan. Es una película divertida y, a veces, espeluznante (¡zombis!) que todos pueden apreciar. Tal vez incluso les recuerde a algunos espectadores que deben acercarse a sus seres queridos y apreciar las comidas familiares y la historia que las acompaña. Después de todo, nos enseña que la comida es combustible que se saborea.

Parte de la franquicia en auge “The Tales from Sanctuary City”, “Los Pérez-Osos” es un cuento convencional sobre el paso a la adultez. Contiene muchas enseñanzas útiles para los niños pequeños, aunque los adultos sentirán el calor de ver algo que es simplemente una avalancha sobreestimulante de sonido y color. Algunos de los personajes son débiles y el diseño de animación puede parecer apresurado, pero en general es una experiencia bastante agradable, aunque olvidable.

La trama es un choque clásico entre el arte y el comercio, encarnado por una inquieta perezosa preadolescente llamada Laura (con la voz de Teo Vergara) y Dotti (Leslie Jones), una guepardo magnate de la comida rápida. Hace varios gestos sobre problemas del mundo real, sobre todo en la catástrofe climática inicial y en una escena que parodia la apropiación cultural en la industria culinaria. Pero “Los Pérez-Osos” se apega principalmente a lo básico (solidaridad, identidad, dolores de crecimiento) en un relato lo suficientemente genérico como para hacer honor a su título.

En primera instancia la película tiene una muy buena animación, con algunos métodos que la diferencian con otras películas (...) Hablando de la historia, aunque sea predecible es algo que se disfruta, más que nada porque el valor céntrico que la película nos comparte es la familia y conlleva lo bueno y lo malo, los momentos hermosos, pero también los difíciles (...) Precisamente el carisma de la película es lo más asertivo en la historia; expresa los valores mexicanos en una película extranjera, englobando hacia una característica que a todo mexicano le encanta, la comida, pero no solo el alimento y ya; sino la centralidad familiar que representa la sazón y el amor; no como otras películas que solo ven la superficialidad de un mexicano.

Los Pérez-Osos es un film vibrante, entretenido y cargado de aventura y emociones, sin dudas, una animación muy correcta para pasar una tarde en el cine en familia (...) Para construir su relato visual, el film maneja la típica estética del 3D que predomina en la animación actual. Entre los colores y la paleta, probablemente lo que más llame la atención, sea la elección de ciertos colores neón, que contrastan con algunos colores más maid y algo pasteles cercanos a la familia Pérez-Oso. El ritmo del film es dinámico, con momentos en los que el diálogo adquirirá protagonismo para enfatizar ciertos momentos de tensión, principalmente entre la hija y la madre de la familia.

Los Pérez-Osos es una película muy básica, insignificante y carente de carisma o corazón, que cae en lugares comunes que no suman ni restan en lo absoluto, creando una atmósfera extremadamente aburrida y monótona debido a una narrativa que no hace el menor esfuerzo por hacer que la película sea divertida o entretenida. En este proyecto, lo único que realmente destaca es el estilo de animación, que innova con un apartado visual similar al stop motion, la construcción de sus personajes, que en ocasiones resulta muy realista, y una simpática crítica al mundo de la gastronomía, que, aunque parece ser el gran protagonista, no se desarrolla de manera coherente, pero sí se presenta como la subtrama más inteligente e innovadora que la película logra crear.

La animación es colorida y llena de energía, aunque el trabajo de diseño a veces parece un poco plástico, y está poblada por una extraña variedad de criaturas con rasgos extrañamente humanos. Aun así, los personajes son animados y agradables, incluida la agresivamente desagradable Dotti (Jones), que está decidida a hacer que la población en general se vuelva adicta a su comida barata y apresurada. La acción que sigue es muy tonta, pero los ingeniosos detalles animados animan las cosas. Aunque la historia central es predecible y tonta, con referencias disparatadas a películas como Indiana Jones y Braveheart, hay algunas observaciones importantes a lo largo del camino.

Los Pérez-Osos es una película animada tierna, vibrante y emotiva que sin duda encantará a su público objetivo. La animación es colorida y única, los personajes son agradables y transmite un mensaje positivo sobre la familia y la perseverancia. Sin embargo, su narrativa desordenada e inconsistente hace que sea más difícil de vender a los espectadores mayores. Si bien los niños más pequeños se divertirán mucho, cualquier persona mayor de 9 años puede terminar desconectándose antes de que aparezcan los créditos finales.