Toro Salvaje, de Martin Scorsese, ¿qué dijo la crítica en su estreno?

Estrenada en el año de 1980, protagonizada por Robert De Niro, Joe Pesci y Cathy Moriarty. Escrita por Paul Schrader , Mardik Martin y el mismo Scorsese. Está considerada dentro de la cinco mejores películas del cine estadounidenses según algunos críticos, Toro Salvaje - 98% es la historia de violencia del boxeador Jake LaMotta, quien en su retiro se dedicó a la comedia. Para el personaje, De Niro tuvo que subir 26 kilos y usó una prótesis en la nariz, para darle el aspecto rudo de boxeador. Filmada con un estilizado blanco y negro.

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¿De qué trata Toro Salvaje?

Sin lugar a dudas, una película que se ganó al gran público desde su estreno, así como a la crítica especializada, volviendo la cinta una película de culto y una de las más referenciadas a la hora de hablar de filmes sobre boxeadores. Para hacer la película, cuenta Martin Scorsese, tuvo que convencerlo su amigo Robert De Niro, ya que Martin se encontraba en un momento bajo de su vida personal, debido a las drogas, según confesión del director neoyorkino.

Basada en el libro de memorias del pugilista Jake LaMotta , quien a través de los años tuvo la misma queja: "Yo pude ser un contendiente", en referencia a la película Nido de Ratas - 100% (1954). Mientras fue joven, un contendiente significaba aspirante al título de los pesos completos, división que no era la suya, él era peso medio, lo que implicaba subir más de diez kilos para llegar a la siguiente categoría. Eso lo frustraba. Lo llenaba de ira. La ira también le pertenece a la subjetividad. La ira, irracional como es, también busca sus razones y las suyas eran por no ser más grande.

En la cinta LaMotta agrede a Vicky (Cathy Moriarty), su esposa, físicamente , coquetea descaradamente con otras mujeres, la agrede psicológicamente y su idea de relación íntima, es la dominación. Dominar sobre el otro, avanzar en el ring de la vida. Su idea de la victoria es la humillación del enemigo, aunque el haya perdido la pelea por decisión de los jueces, su orgullo de peleador radica en que jamás fue derribado. Su gesto de victoria, prestado por De Niro, es la burla. Es esto quizás el detonador de la chispa De Niro-Pesci-Scorsese. Este trinomio sirve de manera perfecta para delinearnos la figura de LaMotta. Un tipo burlón, violento y sin mucha gracia, conducido por sus emociones y deseos. Un bruto noble, un artista del pancracio, peleador tozudo que va hacia delante y de convicciones, aunque cuestionables, que lleva hasta sus últimas consecuencias. Como el divorciarse de sus dos esposas, haber perdido la relación con su hermano Joe LaMotta (Pesci), y finalmente haber pasado dos años en prisión.

¿Qué dijo la crítica?

Aun así, nada lo hizo poner la espalda sobre la lona, ya que el pudo haber sido un contendiente, un aspirante a grandes cosas, de no haber sido por que la tragedia que vivió fue la de los luchadores, que en realidad es una tragicomedia, amarga por creer que todo se puede superar, ya lo dijo el comediógrafo griego Plauto, en referencia a que el peor enemigo de uno, es uno mismo: El hombre es el lobo del hombre.

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Esto es lo que dijo la crítica de Toro Salvaje - 98%:

Sébastien Lecordier en Cine Libre:

Como un réquiem, Raging Bull encarna la idea misma de la lucha sin piedad entre el alma y sus profundos tormentos, un compendio de visión humanista donde se cruzan la locura y la estupidez del hombre.

Jean Baroncelli en Le Monde:

Un estilo fulgurante para contar la ascensión y la decadencia de un ídolo del ring.

Gilbert Rochu en Libération:

Por una vez, la obra maestra anunciada es una de ellas.

Alain Masson en Positif:

El mérito de Raging Bull (Toro Salvaje) reside en el carácter completo y profundo de su uso estilístico

.

Jordi Costa en El País:

A pesar de que Scorsese tenía claro desde el principio que Toro Salvaje no iba a ser una película de boxeo, su representación de los combates marcó un punto y aparte en el tratamiento visual del tema.

Alfonso Gutiérrez Caro en La Voz en Off:

Toro salvaje es una película brutal. Es violenta, visceral y arrolladora.

Ricardo Pérez Quiñones en Esculpiendo el Tiempo 2.0:

En definitiva, Raging Bull sigue siendo una de las piezas clave del cine norteamericano moderno. Y la ineludible cumbre del subgénero boxístico.

Peter Bradshaw en The Guardian:

Cuando todo terminó, me sentí exhausto, pero también poseído de una extraña necesidad de gritar, o reír, o correr todo el camino a casa, o recoger los coches estacionados y voltearlos.

Roger Ebert en Roger Ebert.com:

Es un círculo vicioso. Freud lo llamó el "complejo madonna-puta." (…) Se trata de un hombre que tiene tan baja autoestima que él (a) no puede respetar a una mujer que se acostaría con él, y (b) está convencido de que, dada la elección, ella preferiría estar durmiendo con otra persona.

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