Guillermo del Toro dice que no debemos temer a la Inteligencia Artificial, pero sí a la estupidez

Como uno de los directores más respetados, elogiados y premiados de todo el mundo, la palabra de Guillermo del Toro siempre se toma con total seriedad. A lo largo de los años y conforme ha escalado en las jerarquías de Hollywood, el creador ha abordado temas como el cine mexicano, la hipocresía de las productoras, lo difícil que es levantar una película a pesar de contar con cierta fama, la importancia de ver el mundo de la animación con otros ojos, y ahora también el gran dilema sobre el uso de Inteligencia Artificial en el medio. Para el también guionista, este tipo de aplicaciones no son realmente el problema, pues detrás de su uso está la pobre percepción que las empresas tienen sobre la labor creativa.

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El director llamó la atención del público y la crítica global desde el estreno de Cronos - 89%, y aunque el siguiente paso con Mimic - 61% estaba hecho para que él encontrara la fama mundial, al final la falta de control sobre esta película hizo que él pasara unos años más como un director algo oscuro que no era para todo tipo de público. Bajo esta etiqueta entregó al mundo El Espinazo del Diablo - 92% que se convirtió en su más grande éxito y que le dio mayor libertad para trabajar sus propias historias aunque no todas las productoras las aceptaban en primer lugar.

Blade II - 59% y Hellboy - 81% fueron nuevas oportunidades para llegar a las masas, y aunque en ese momento las adaptaciones de superhéroes no gozaban de la misma popularidad que hoy en día, su trabajo comenzó a ser más reconocido por el público. Fue el estreno de El Laberinto del Fauno - 95% lo que cambió todo el curso de su trayectoria, pues además de encontrar fama internacional, también se presentó como una figura ingeniosa con una mente maestra que debía ser promovida y no ignorada. Gracias a esto pudo avanzar con más historias propias en Hollywood, y aunque algunas como La Cumbre Escarlata - 71% y El Callejón de las Almas Perdidas - 72% no fueron el éxito taquillero que se esperaba, siguen siendo reconocidas como pruebas claras de su particular estilo y magia creativa.

Al igual que otros directores de talento similar y propio estilo reconocido, Guillermo del Toro ha hablado en varias ocasiones sobre el panorama actual de Hollywood que incluye la necedad de las productoras por generar franquicias multimillonarias, el saturar las carteleras globales impidiendo así la llegada de títulos independientes, y el uso indiscriminado y descontrolado de aplicaciones y métodos para trabajar más rápido las producciones en vez de con el cuidado que requieren desde la escritura del guion hasta la filmación y edición.

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En este contexto, el debate sobre el uso de programas de Inteligencia Artificial es el más popular en estos momentos, pues es parte de lo que llevó a los guionistas a ponerse en huelga. Los rumores son que las grandes empresas prefieren escribir en minutos un guion a partir de una aplicación como esta y tener a los escritores corrigiendo y adaptando el material por menos dinero que pagar a varios creadores que pasan meses desarrollando una historia. Los sorprendentes avances que estos programas han mostrado parecen aterradores a ojos de los creativos que temen ser reemplazados de manera definitiva.

Sin embargo, el director de Pinocho de Guillermo del Toro - 96% no le teme a esto, pero sí considera que el problema revela los malos manejos de las grandes compañías. En entrevista con The Hollywood Reporter, Guillermo del Toro explicó:

Cuando la gente dice que le tiene miedo a la IA, yo digo que no le tengan miedo a ninguna inteligencia; tengan miedo a la estupidez. Toda inteligencia es artificial. La estupidez es natural. Completamente, 100 por ciento natural, orgánica. Tengan miedo a la estabilidad. Ese es el verdadero enemigo. Creo que cuando alguien llama a las historias 'contenido', cuando alguien dice 'pipeline', está usando un lenguaje de aguas residuales.

El director hace referencia a la tendencia de las productoras de trabajar películas como se trabaja en una industria de construcción donde se maximiza la eficiencia de cada pieza para trabajar rápido, asegurar un estreno temprano y buenos ingresos en taquilla, dejando de lado por completo el arte mismo de este tipo de proyectos. Eso es algo que Guillermo del Toro sí comprende bien, pues por este pensamiento es que muchas de sus películas no ven la luz del día, ya que las empresas consideran un gran riesgo darle dinero para algo que no generará una franquicia y que no cuenta con antecedentes o referencias sobre el consumo entre el público que podría o no pagar un boleto para verla en cines.

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