Anthony Mackie dice que Marvel no confía en nadie

Marvel Studios se ha convertido en la más exitosa franquicia cinematográfica de la historia, con lo que sus procesos y formas se han ganado cierta reputación de alto perfil, en donde los errores y filtraciones no suelen quitarle el protagonismo a sus lanzamientos. No obstante, sus métodos para mantener en secreto la trama de sus películas se han convertido en una política distintiva desde sus primeras fases.

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Junto a una elaborada estrategia de marketing, el estudio y hace uso de toda su maquinaria para generar una alta expectativa por sus películas —y de las implicaciones de estás en sus macro arcos narrativos. En mucho de esto recae en la necesidad de mantener sus tramas en secreto, al haber mostrado enormemente su eficacia para generar entusiasmo y mantener el interés del público.

Pese a estos esfuerzos del MCU, en el pasado han existido incidentes que solo han propiciado el incremento de medidas de seguridad respecto a trama y guiones. Todo el mundo recuerda las graciosas filtraciones involuntarias por parte de Tom Holland o el spoiler de Mark Ruffalo que nadie se tomó en serio — excepto probablemente Kevin Feige. Pero al parecer todo esto ha dejado de resultar gracioso para muchos.

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Y es que el hermetismo con el que se maneja este universo cinematográfico puede resultar incómodo para muchos intérpretes al tiempo de realizar los más mínimos requerimientos para llevar a cabo su trabajo. Recientemente, el actor Anthony Mackie acudió a The Kelly Clarkson Show, donde en conversación con la famosa cantante convertida en host abordó su participación en Capitán América: Nuevo Orden Mundial y confesó que acababa de recibir el guión de la película:

No lo he leído. No lo he abierto. No obtuve mi código de acceso al sitio web que te permite ingresar al otro sitio web…Literalmente nos dan un código de acceso a un sitio web que nos brinda una ubicación para encontrarnos con la persona para firmar, sentarnos con una computadora y leer nuestro guión. No confían en nadie…Y siempre es como un interno de 21 años que simplemente te odia. Está sentado allí comiendo Cheetos y dice: 'Lee más rápido'. Y yo digo: 'Soy disléxico'. Y él dice: 'No me importa'.

Si bien este secretismo se creó con la excusa de no arruinar la experiencia televisiva para los espectadores que acuden a las salas de cine, lo cierto es que esta estrategia también ha creado sus propias consecuencias —de menor y mayor impacto— que hoy en día son imposibles de separar del fenómeno MCU.

Por un lado, la cultura de especulación y de teorías entre los fans, crea una vibrante y dinámica comunidad que siempre contribuye para incrementar el valor y la presencia de la marca. Por otra parte, este mecanismo le permite una mayor flexibilidad en el proceso creativo al director en turno, invaluable dentro del apretado margen de maniobra dispuesto por Marvel.

Lo cierto es que, el MCU siempre ha recibido una respuesta mixta por parte de su seguidores respecto a este método. Mientras algunos fans aprecian el esfuerzo por recibir la sorpresa frente a la gran pantalla otros simplemente se sienten frustrados ante la falta de información, especialmente después de haber invertido mucho tiempo de sus vidas en teorizar y analizar estas producciones.

Pero si bien puede no complacer a todos, ciertamente estas medidas han sido efectivo para mantener a los fans más comprometidos e interesados ​​en las películas. Ante el largamente vaticinado “cansancio” por el género de los superhéroes Feige y compañía continúan apostando por una estructura sólida que brinde al proyecto longevidad y éxito que aún guarda varios ases bajo la manga para mantenerse en la cima del mundo del entretenimiento por mucho más tiempo.

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