Rubia: Andrew Dominik cree que es extraño pensar en Marilyn Monroe como una mujer empoderada

Rubia - 59% era una de las películas más esperadas por la crítica y los espectadores gracias a que trataba la vida de una figura tan relevante en Hollywood como Marilyn Monroe. Las primeras imágenes de Ana de Armas como la actriz de Los caballeros las prefieren rubias - 98% causaron mucha emoción y elevaron las expectativas de este trabajo. Por desgracia, para cuando la cinta se estrenó en Netflix el público se sintió bastante indignado y hasta ofendido con la propuesta, que consideraban una forma de seguir victimizando a la fallecida intérprete. Sin embargo, para Andrew Dominik estas quejas no son muy relevantes y sólo son prueba de cierto mecanismo hipócrita actual, por lo que él quedó encantado de causar tanta conmoción entre los espectadores.

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La cinta está basada en la obra de Joyce Carol Oates , escritora que quería explorar la obsesión por la imagen de Monroe y quién era realmente detrás de esa fachada que la llevó a la fama y que le ayudó a sobrellevar años de abuso y abandono emocional. La novela es bastante extensa y muchos consideran que es el mejor trabajo de la autora porque logra exponer cómo la industria abusa de manera sistemática de estas mujeres que luego desecha sin más.

Andrew Dominik quería seguir esta línea y para ello era necesario no sólo encontrar a la actriz perfecta, también el espacio ideal para contar la historia a su manera. El director pasó muchos años perfeccionando la complicada adaptación y en el proceso se encontró con algunas intérpretes que aceptaron el rol y luego abandonaron el proyecto. Ana de Armas se convirtió así en la pieza clave para terminar de levantar este trabajo que prometía llevar a la actriz a la noche del Oscar y retratar a Monroe como nadie lo había hecho antes.

Desde su paso por el Festival Internacional de Cine de Venecia, quedó claro que Rubia no era lo que el público estaba esperando y ya entonces muchos acusaron a la producción y al director de ser misóginos, retrógradas y hasta de poner a su actriz principal en una situación muy vulnerable. Ana de Armas defendió su trabajo, que básicamente fue lo más elogiado de la película, mientras que el director tomó la ofensiva para responder a lo que él sentía como un ataque hipócrita. En la película vemos a Monroe sufrir escena tras escena, ya sea por agresiones sexuales constantes, abortos, o por relaciones vacías que sólo terminan con su frágil paz mental. Dominik siempre aclaró que la idea no era hacer un homenaje, sino exponer el abuso y el sufrimiento de esta mujer que se quitó la vida a temprana edad.

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Durante una aparición en el Red Sea International Film Festival (vía The Hollywood Reporter), el director habló sobre las críticas a Rubia y aseguró que en Estados Unidos fue donde más la odiaron por la hipocresía misma del sistema:

Ahora vivimos en una época en la que es importante presentar a las mujeres como empoderadas y quieren reinventar a Marilyn Monroe como una mujer empoderada. Eso es lo que quieren ver. Y si no les muestras eso, les molesta.

Lo cual es un poco extraño, porque ella está muerta. La película no hace ninguna diferencia de una forma u otra. Lo que realmente quieren decir es que la película explotó su recuerdo de ella, su imagen de ella, lo cual es bastante justo. Pero esa es toda la idea de la película. Es tratar de tomar la iconografía de su vida y ponerla al servicio de otra cosa, es tratar de tomar cosas con las que estás familiarizado y darle la vuelta al significado. Pero eso es lo que no quieren ver.

Andrew Dominik también aseguró que las películas en Estados Unidos son cada vez más conservadoras y parecidas a cuentos antes de dormir, por lo que él toma como buena señal la indignación del público con Rubia:

[Crecí en los ochenta cuando] ofender a tu audiencia era un deber solemne, para sacarlos de la complacencia sobre las cosas. Estoy realmente complacido [de que Rubia hubiera] indignado a tanta gente.

Aunque Rubia sí tuvo una buena cantidad de espectadores en su fin de semana de estreno, estuvo lejos de los número que Netflix esperaba y tampoco duró mucho en la lista de lo más visto. Tal vez la película perdió su impulso para convertirse en una de las favoritas durante la próxima temporada de premios, pero el público todavía espera que el trabajo de Ana de Armas no pase desapercibido para los expertos.

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