Guillermo del Toro asegura que Fidecine daba resultados y lamenta su extinción

Realizar cine en México se convierte en una labor cada vez más difícil. Nuestro país se encuentra a años luz de contar con una industria como la de Hollywood, en donde la iniciativa privada es capaz de hacer y deshacer todo tipo de producciones multimillonarias. Por nuestra parte, el cine nacional depende en gran medida de los apoyos financieros proporcionados por el gobierno federal; pero cuando las autoridades comienzan con los recortes nos encontramos ante una situación lamentable en lo que todos, absolutamente todos perdemos. Guillermo del Toro (El Laberinto del Fauno - 95%, Cronos - 89%, La Forma Del Agua - 92%) acude a las redes sociales para hablar sobre la reciente desaparición de Fidecine.

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Guillermo del Toro es un director mexicano que aprendió a hacer cine desde abajo, llenándose de experiencia y estando muy consciente de que vivir del séptimo arte en México es difícil, sobre todo para alguien como él con tantas ideas vinculadas al cine de corte fantástico. El tapatío migró a Estados Unidos pero sin olvidar de sus raíces, y muy de vez en cuando ofrece su apoyo a jóvenes talentosos que sueñan con hacer una vida siguiendo el mismo camino que él escogió. Pero ahora que el gobierno federal ha puesto las cosas más difíciles extinguiendo Fidecine (Fondo de Inversión y Estímulos al Cine), hecho que indudablemente afectará el desarrollo del sector cultural, del Toro tiene algunas palabras. Aquí su publicación en Twitter:

Solo queda IMCINE - la lucha ahora es que a traves de el instituto se puedan recuperar las funciones de promocion y financiamiento.Yo seguire buscando apoyar a los nuevos cineastas y a nuestros talentos de animacion. La paradoja es que FIDECINE tenia resultados y transparencia. https://t.co/dsSVBiJYMt

— Guillermo del Toro (@RealGDT) September 30, 2020

Los recortes presupuestales eran una amenaza que se asentó en la Cámara de Diputados varios meses atrás, afectando de manera directa a los sectores de arte, cultura y ciencia. Finalmente ayer se aprobó la eliminación de 109 fideicomisos por parte de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. El diputado y coordinador de Morena, Mario Delgado, fue quien presentó la propuesta de extinción con anterioridad, hecho que trató de ser contrarrestado por numerosas figuras publicas vinculadas no solo a la industria del cine en México, también al resto de los sectores afectados. Desgraciadamente los esfuerzos resultaron en vano, y aunque las conversaciones con las autoridades fueron abiertas y conscientes, el dictamen ha sido aprobado.

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Cuando los cineastas mexicanos hablaron con las autoridades en mayo, las cosas parecían marchar bien. La situación lucía como un acuerdo en común para luchar por la permanencia de los fideicomisos y por lo tanto de la cultura; pero no pasó mucho tiempo para que la Cámara de Diputados volviera a la carga señalando que la desaparición es necesaria para enfrentar la crisis económica derivad de la pandemia. La desaparición de fideicomisos liberará 68 mil millones de pesos, mismos que tendrían un destino borroso debido a la escasez de mecanismo para distribuirlos de manera acertada; por su parte, Morena se comprometió a hacer uso del dinero de forma transparente y en mayor medida para las consecuencias de la crisis sanitaria.

El cine en México está a travesando por tiempos muy difíciles, oscuros, en los que el talento y hasta los ánimos se ven afectados por una crisis inesperada, y un gobierno cuyos objetivos generan descontento entre muchos de los ciudadanos. Gracias a los fideicomisos tenemos en México excelentes producciones nacionales como La Camarista - 92% o La Región Salvaje - 82%, películas muy lejanas en calidad a las comedias románticas repetitivas que vemos aparecer de vez en cuando en cartelera y que contienen a los mismos actores haciendo el mismo papel una y otra vez; la existencia de ese tipo de cine no está mal, pero cuando es lo único nacional que llega a salar estamos ante un problema severo.

El desarrollo de la pandemia en México nos dirá cómo resultarán las cosas para la industria del cine nacional y cuáles serán sus nuevos alcances durante los próximos años. A pesar de las malas circunstancias, no cabe duda de que el talento local continuará fuerte y activo, luchando por contar nuevas historias que enorgullezcan a los amantes de la expresión cinematográfica. Queda en nosotros consumir de manera legal todo el cine mexicano de calidad que sea posible.

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