Terminator: Destino Oculto fracasa en la taquilla de Estados Unidos

Quizás el único triunfo que Terminator: Destino Oculto - 62% pueda presumir es haber mandado a Guasón - 91% de Todd Phillips al segundo puesto en taquilla. De ahí en fuera, el largometraje que trae de vuelta a Linda Hamilton como Sarah Connor y a Arnold Schwarzenegger interpretando al androide T-800, apenas pudo alcanzar unos US$29 millones en la taquilla local (vía Cinema Blend). Estos resultados son más que decepcionantes si tomamos en cuenta el presupuesto de US$185 millones invertidos en la película. La expectativa inicial era que el filme recaudara más de US$40 millones en sus primeros tres días de exhibición en las salas de cine de Estados Unidos y Canadá.

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Aunque muchas veces la nostalgia sea una perfecta estrategia para vender entradas, esto no le funcionó a la dupla conformada por Tim Miller y James Cameron. Ambos se embarcaron en un ambicioso proyecto, que al estilo de Halloween - 94% de David Gordon Green, pretendía borrar todo lo que la audiencia había presenciado en Terminator Génesis - 25%, Terminator - La Salvación - 33% y Terminator 3 - La Rebelión de las Máquinas - 70%. Así, el público tendría que ubicarse después de Terminator 2: El Juicio Final - 92%, para muchos, la mejor película de toda la franquicia.

La trama de Terminator: Destino Oculto gira en torno Dani (Natalia Reyes), una joven mexicana que es perseguida por un nuevo modelo de robot asesino enviado del futuro para asesinarla, el Rev9 (Gabriel Luna). Dani no se encuentra sola en esta cruzada para salvar su vida, a su ayuda llega Grace (Mackenzie Davis), una humana mejorada genéticamente enviada precisamente para prevenir su muerte. Las chicas se encuentran con Sarah Connor, una sobreviviente que ha pasado todo este tiempo cazando terminators.

La película, limitándose a ser un buen viaje al pasado, no muestra una misión ni un propósito claro a la audiencia. Detrás de las escenas de acción, la historia de Dani casi carece de significado dentro de la trama. Las figuras de Hamilton y Schwarzenegger, evidentemente no fueron suficientes para atraer el público que volviera rentable la película en su primer fin de exhibición en salas de cine. Quizás los motivos de este fracaso se deban a las diferencias creativas que director y productor tuvieron durante la realización del proyecto. De acuerdo a una entrevista con Cinema Blend, el director de Avatar - 83%, James Cameron, habló de lo difícil que fue su visión empatara con la de Miller, dando a entender que no es una tarea sencilla traer un filme de este tipo:

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Yo diría muchos. Y la sangre todavía se está limpiando de las paredes de esas batallas creativas. Esta es una película que fue forjada en fuego. Entonces sí, pero ese es el proceso creativo, ¿verdad?

A nivel internacional, la película ha recaudado US$123 millones, y probablemente sea el público de todas partes del mundo el que levante las ganancias del último filme producido por Cameron, mismo que ya augura estar muy lejos de lo obtenido por Terminator: Genesis. Con el sueño de muchos de volver a ver a la tremenda Connor en pantalla, sería buena idea mandar a descansar la franquicia. El filme de Tim Miller puede estar pereciendo pero no es el único. De acuerdo al sitio Variety, la más reciente producción de Edward Norton, protagonizada por él mismo, tampoco está viendo luz verde en la taquilla. Huérfanos de Brooklyn - 70% a duras penas pudo colarse en el top 10, recaudando la infame cantidad de US$3,650 millones en todo el mundo.

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Aunque a diferencia de Terminator: Destino Oscuro, en este largometraje de casi dos horas y media, Warner Bros sólo invirtió unos modestos US$26 millones. Si se vuelve rentable o no, al menos los productores pueden presumir haber invertido poco dinero en la película. Ambientada en los años 50, en Huérfanos de Brooklyn, Norton interpreta a un solitario investigador privado con síndrome de Tourette, mismo que actualmente trabaja para resolver el asesinato de su mentor. El elenco de este drama criminal también incluye a Bruce Willis, Gugu Mbatha-Raw, Bobby Cannavale y Alec Baldwin.