La corrección política acabará con Los Simpson, asegura guionista principal de la serie

Los Simpson ya es una institución histórica. El programa de televisión sobre la familia que vive en Springfield, conformada por Homero, Marge, Bart, Lisa y Maggie Simpson se ha emitido por 30 años y sin ella no existirían otros éxitos televisivos como Padre de Familia, 30 Rock o Veep - 92%, pero tal vez ya sea hora de que la historia llegue a su fin porque los tiempos cambian y su humor sencillo es ahora considerado como una falta de respeto a prácticamente todo.

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El guionista y productor Mike Reiss lleva trabajando en la serie desde sus primeros pasos, hace exactamente tres décadas, y es el mejor testigo del declive de Los Simpson y todos los cambios por los que pasa la producción cuando se trata de adaptarse y seguir el paso de las nuevas tendencias para no quedar en el olvido. Ese es uno de los tantos temas de los que habla en el libro que publicó, de nombre Springfield Confidential: Jokes, Secrets and Outright Lies, pero que también decidió profundizar durante su entrevista con El País.

La serie ha sido objeto de numerosas críticas recientemente, en una época donde solo se puede ser políticamente correcto o de lo contrario las críticas y consecuencias llegarán en cuestión de tiempo y a Reiss cada crítica le duele, porque para él cada temporada de Los Simpson es como su bebé.

Me sigue ofendiendo. Es como preguntar: “No digo que tu hermana sea una zorra, pero, ¿qué dices a los cientos de personas que dicen que lo es? Nuestro programa es un hombre de 658 años. ¿Te preguntas por qué no es tan guapo como antes? Tenemos suerte de que siga siendo capaz de mear.

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Si bien no deja la ironía de lado, es palpable el cariño que tiene hacia el trabajo de su vida, del que afirma que ahora debe tener mayor cuidado si no quiere enfrentarse a la reacción de la gente por temas que se consideren como inapropiados.

Los guionistas nos hemos vuelto más cautos que al principio. La gente está muy sensible. Pero incluso cuando nos sorprenden las reacciones negativas, inmediatamente aparecen reacciones a esas reacciones. Una de las cosas que hay que agradecer a Trump es la rapidez de los ciclos de noticias. Si hay un escándalo con la serie el domingo, el miércoles está completamente olvidado.

La diversidad es otro de los temas de los que no se deja de hablar y Mike Reiss también se toma su tiempo para mencionarlo. En comparación con el primer equipo de escritores donde todo se trataba como un “club de chicos”, asegura que ha evolucionado según el talento de la persona en contratarse y no en base a sexo o raza.

Prácticamente todos los guionistas fichados en la última década son “contratos de diversidad”, mujeres o personas de otras etnias. Acabamos de incorporar dos mujeres, pero odio el término porque son escritores maravillosos y no me gusta ponerles sello. Los guionistas son hasta más jóvenes que la serie.

Es notable el cambio en la mentalidad del equipo que realiza la serie, ya que hace un par de años Mimi Pond, quien escribió el episodio piloto de Los Simpson, declaraba que fue apartada de la habitación de los escritores por ser mujer.

Nadie me llamó ni me explicó ni se disculpó ni nada. Y no fue hasta años más tarde que descubrí que Sam Simon, quien era el líder de la carrera, no quería tener a ninguna mujer cerca porque él estaba pasando por un divorcio. Había permanecido durante mucho tiempo como un club de varones. Siento que estaba tan calificado como cualquier otra persona que vino y me contrataron en el programa, y ​​fue solo porque era una mujer que no tenía permiso para ingresar a ese club. Lamento tener que explotar burbujas pero [risas]. No fue una experiencia agradable para mí.

El País afirma que uno de los mejores episodios de la actual temporada está escrito por una mujer, Megan Amram, lo que confirma que el talento es algo que puede tener cualquiera para aportar a la longeva producción. Quizás se extrañe el humor de antes, pero Los Simpson han avanzado mucho en términos de igualdad y también es algo digno, especialmente siendo lo que Lisa hubiese querido. Si tiene que terminarse esperamos que sea porque ya no hay más que contar, porque tampoco nos gustaría que se vea acabada por autocensura y demás polémicas que repriman su libertad de expresión.

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