Roma: Slavoj Zizek comparte su controvertido análisis de la película de Alfonso Cuarón

A pesar de que Roma - 99% se estrenó hace un mes, la película del director mexicano Alfonso Cuarón sigue en boca de todos. Netflix se encargó de realizar una de las mejores campañas publicitarias de la plataforma asegurando que en algún momento todos veríamos la película, ya fuera en la exhibiciones de los cines alternativos o en la plataforma de streaming. Cada quien sacó sus propias conclusiones, algunos la amaron, otros la odiaron, y a muchos realmente no les importó. Ahora, el famoso sociólogo y filósofo Slavoj Žižek ha publicado su interpretación, y es tan extrema como suelen ser sus opiniones respecto a la construcción social del mundo (vía The Spectator).

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El autor comienza diciendo que sí, que los críticos hacen bien celebrando a Roma y que instantáneamente pasará a convertirse en un clásico del cine mundial; pero que en realidad la percepción de los especialistas está equivocada, y que se sostiene bajo una lectura aterradora y casi obscena. El teórico asegura que Roma está siendo reconocida por los motivos equivocados.

Žižek describe a Roma - 99% como un presunto tributo a Cleo, la empleada doméstica que sirve a una familia de clase media alta en la Ciudad de México durante la década de los años setenta. Realiza un breve resumen de la película en donde incluye los conflictos más importantes: el esposo que se va con su amante y que deja a Sofía con los niños, y el embarazo de Cleo después de ser abandonada por su novio.

Slavoj comienza a preguntarse si Roma - 99% realmente celebra a Cleo (Yalitza Aparicio), si la película en verdad la ovaciona por su entrega y dedicación hacia la familia para la cual trabaja. Para el filósofo, Cleo es una víctima de la explotación física y emocional, y sus esclavistas suavizan este golpe haciéndole creer la falsa idea de que la quieren y de que es parte de la familia.

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La textura de la película está llena de signos sutiles que indican que la imagen de la bondad de Cleo es en sí misma una trampa, el objeto de una crítica implícita que denuncia su dedicación como resultado de su ceguera ideológica. Tengo en la mente las obvias disonancias sobre cómo los miembros de la familia tratan a Cleo: inmediatamente después de profesar su amor por ella y de hablarle como “una igual”, le piden abruptamente que haga algún trabajo doméstico o que les sirva algo.

Posteriormente, Slavoj Žižek hace un análisis de la escena que marca el climax de la película, esa en donde Cleo entra al mar y salva a los niños:

No hay intercambio de tomas entre Cleo entrando al agua y los niños, no hay tensión dramática entre el peligro que corren los niños y el esfuerzo que ella realiza para salvarlos, no hay una toma que describa lo que ella ve. Esa extraña inercia de la cámara, su negativa a involucrarse en el drama, nos enseña de manera palpable el desenredo de Cleo del patético rol de una sirviente fiel dispuesta a sacrificarse.

Para Slavoj, la vida de Cleo está llena de mentiras; la hipocresía de la familia es lo que la mantiene sometida bajo la
apariencia de un falso cariño. Pero es en la última escena donde el crítico alcanza a ver un poco de esperanza.

Hay un indicio de emancipación que llega en los últimos momentos de la película, cuando Cleo le dice a Adela: “Tengo mucho que contarte”. Tal vez, esto significa que Cleo finalmente se está preparando para salir de la trampa de su bondad. […] Tal vez el explicar su problema a Adela es el comienzo que permitirá a Cleo tomar una “consciencia de clase”, el primer paso que la llevará a unirse a los protestantes en las calles. Una nueva figura de Cleo surgirá, una más fría y despiadada, una figura de Cleo libre de las cadenas ideológicas.

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